El Ejército se reivindica entre la presión de la OTAN y el ruido de guerra

La capital chicharrera celebra el Día de las Fuerzas Armadas en un contexto marcado por el debate del aumento del gasto en defensa

Acto con el que comenzaron, el lunes, los actos conmemorativos del Día de las Fuerzas Armadas.

Acto con el que comenzaron, el lunes, los actos conmemorativos del Día de las Fuerzas Armadas. / María Pisaca

Santa Cruz de Tenerife

3.260 militares, 35 aviones y 67 vehículos, 33 motocicletas y 21 helicópteros. El Ejército no ha escatimando esfuerzos, sobre todo de logística, para celebrar hoy en Santa Cruz de Tenerife, por segunda vez en la historia de la ciudad, el Día de las Fuerzas Armadas (Difas). Presidido por los Reyes de España, supone el mayor despliegue militar de las últimas cuatro décadas en la capital chicharrera para homenajear el trabajo que desarrollan los militares. La celebración puede parecer una más de las hasta ahora 39 que se han venido llevado a cabo, pero no lo es.

El contexto político internacional tensionan la cita, que ya nada tiene de protocolaria. Están los conflictos bélicos de Rusia y Ucrania en Europa, el de Israel en Oriente Medio, el avispero del Sahel a apenas 750 kilómetros de Canarias desde la frontera de Malí, los avances de Moscú y China en África y, en especial, las presiones de Estados Unidos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para incrementar el presupuesto que cada país destina defensa; pero también, en clave interna, las demandas de los propios miembros de los Ejércitos y la Armada para abrir la mano la nuevas incorporaciones, aumentar el presupuesto para armamento, nuevas infraestructuras y, en definitiva, una modernización acorde con los nuevos tiempos.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, llegaba ayer por la tarde a Las Palmas de Gran Canaria, para participar, como parte de los actos del Difas, en un desfile naval en la playa de Las Alcaravaneras junto a don Felipe VI, directa desde Bruselas. En la reunión de los ministros del ramo, en la sede del Cuartel General -el último antes de la cumbre que se celebrará en La Haya los días 23 y 24-, constató que detrás de la música militar que marcará hoy el ritmo de las marchas hay poco margen para relajarse. 

Mientras que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, propuso oficialmente aumentar la inversión en defensa de cada socio de la Alianza al 5% del Producto Interior Bruto (PIB ) para cubrir el coste de las capacidades militares de la organización, en línea con lo que demanda la administración Trump,  España está instala en el límite del 2% al que se había comprometido Pedro Sánchez en el Plan Industrial y Tecnológico, y que supondrá incrementar el 10.471 millones de euros del presupuesto en Defensa este mismo año hasta alcanzar un total de 33.123 millones. Ese 2% es lo que España es capaz de cumplir, insistió Robles ante sus homólogos. 

Plan Industrial y Tecnológico

Precisamente, ayer, la ministra destacaba en Gran Canaria que España tiene un reto por delante como «socios y aliados serios, fiables y responsables que somos» en la Alianza Atlántica y en la Unión Europea, y refiriéndose al Plan Industrial y Tecnológico defendió «que va a ayudar a reforzar nuestras capacidades». Al tiempo que aseguraba hay que seguir invirtiendo en defensa «para trabajar por y para la paz, por los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas y por la industria de defensa». Pero, insistió, en que basta con el 2% al que se comprometieron los miembros de la OTAN en 2014.

Bien es verdad que en esa pelea España no está sola. Varios de los socios también defienden que el debate no tiene que centrarse en los porcentajes fijos, sino «sobre el cumplimiento de los objetivos».

Una ‘pelea’, por otra parte, en la que España no pierde de vista que debe hacerse fuerte dentro de la organización como país frontera Sur de Europa. Y ahí la posición de Canarias es fundamental, como constata la celebración en las Islas del Día de las Fuerzas Armadas.

Pero las reivindicaciones a las que se enfrenta el Ministerio de Defensa no acaban en el ámbito internacional. Esta semana, en Santa Cruz de Tenerife, aprovechando los actos del Difas, la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (Asfapro) reclamaba también en una rueda de prensa más inversión en mejoras para los militares, como el incremento de los sueldos y que la militar sea reconocida como una profesión de riesgo, «pues lo primero que se exige es usar armas y explosivos». El presidente de Asfapro, Miguel Peñarroya, tildó el Plan Industrial y Tecnológico de «engañoso». «Se habla de destinar el 33% del presupuesto a las personas, como pilar del ejército, pero, en realidad, esa inversión, se queda en el 6,48%».

Denunció que mientras que en el resto de Europa se revaloriza la defensa militar y en algunos países se habla de restablecer el servicio militar obligatorio, «en España», sin embargo, «miramos para otro lado». Una actitud, recordó, difícil de conciliar cuando con el paso a la reserva de miles de soldados de Tropa que ingresaron en las Fuerzas Armadas a principios de siglo hará falta en los próximos años al menos 20.000 que les den relevo. Difícil, apuntó Peñarroya cuando al personal al que se exige «matar o morir» es el peor pagado de la administración.

Un contexto pues, tenso, en el que hoy tiene lugar la celebración del Día de las Fuerzas Armadas en Santa Cruz para homenajear a los militares, especialmente a aquellos que perdieron la vida realizando su trabajo. 

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