Santa Cruz celebra su 531 cumpleaños con obispo nuevo y el alcalde de rey

La Rambla y la parroquia de La Concepción fueron los dos polos de atracción en el día grande de la Muy Leal, Muy Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, que conmemoró este 3 de mayo el 531 aniversario de su fundación en la playa de Añazo.

Apenas diez horas después de dar por finalizada su participación en el baile de magos que se desarrolló con gran brío en el casco antiguo de la capital, el alcalde chicharrero, José Manuel Bermúdez, arrancó en la Rambla, cerca del Kiosco La Paz, un paseo primero por la Feria de las Vacaciones para sumergirse de lleno, después del mediodía, en la particular romería de la cruz en la que se ha convertido el paseo hasta Las Tinajas.

Acompañado por la parranda de Tajaraste, Bermúdez departió con los vecinos, algunos infatigables de las Fiestas de Mayo, como Maxi Carvajal, presidente de Diablos Locos, que la noche anterior había estado en el baile y al mediodía de este sábado 3 disfrutaba de los arreglos y también de la conversación con otros murgueros, como el histórico Rafa Darias, de la recordada Singuangos.

Junto a Bermúdez, que desafió al calor con chaqueta y corbata, el concejal de Fiestas, Javier Caraballero, o el portavoz nacionalista en el Ayuntamiento de Santa Cruz, José Alberto Díaz Estévanez, o por el PP, su socio de gobierno, el primer teniente de alcalde, Carlos Tarife, que salió airoso esta vez con el tiempo para poder acudir.

La pequeña Attenya Chinea González, reina infantil de las Fiestas de Mayo, pedía agilizar el paso a la comitiva para llegar a ver la cruz que habían elaborado en su colegio, justo en el momento en el que en la Rambla hicieron acto de aparición una docena de lavanderas que más tarde protagonizarían la recuperación de la tradición que da nombre a este barrio, referente en la participación ciudadana.

Con la Rambla de bote en bote, la comitiva llegó a la Rambla de las Tinajas, donde este año se echó de menos la exhibición de maquetería que se desarrollaba en el paso con edificios singulares.

Desde el Kiosco Numancia hasta cerca del hotel Mencey, las doce cruces de entidades colaboradoras y los cinco distritos de Santa Cruz, entre los que destacó, por lo diferente, la propuesta del arreglo que presenta Distrito Salud-La Salle, con Cristo incorporado y que recuerda a la imagen de la parroquia de la Cruz del Señor, como advirtió Marta Vela, mano derecha del equipo de Carlos Tarife.

Llamó la atención la propuesta del CD Tenerife, con más imágenes que flores, que fue uno de los polos de atracción para aquellos que fueron a buscar a históricos jugadores en las fotos que daban forma al madero.

Después de una hora y media de recorrido, algunos aprovecharon a adentrarse en el parque García Sanabria y aprovechar un queso y regresar a casa –como la concejala de Igualdad y Anaga, Gladis de León–, mientras los infatigables se trasladaron hasta Los Lavaderos para disfrutar de la recreación recuperada por los vecinos de este barrio en colaboración del Distrito Centro-Ifara que dirige la nacionalista Purificación Dávila.

Los Lavaderos

Más allá de la de Roque Negro, en el Distrito de Anaga, habían pasado años desde la última edición de la recreación. Y Los Lavaderos abrió sus pilas para que la comitiva disfrutara de lo lindo raspando con jabón lagarto algunas prendas dispuestas para la ocasión.

A Luisa Rodríguez Díaz, la reina de los mayores, le faltó tiempo para sumarse a la docena de vecinas lavanderas que secundaron la invitación de la asociación para recrear esta costumbre y que se inmortalizó con un topónimo del barrio. No le faltó tiempo a Carmen Delgado Martín, la primera dama de honor de la fiesta, para remangarse y dar jabón.

Un coro, como los ángeles

Un alto para almorzar, visitar el parque o descansar los pies y... desde las cinco y media toda la comitiva municipal a expensas de la jefa de protocolo del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Vicky Fariña, que había preparado por todo lo alto un acto que habitualmente es de trámite.

Es el 531 aniversario. No es una fecha redonda, pero dos hechos daban un empaque a la ceremonia religiosa que se desarrollaría en la parroquia matriz de La Concepción. La primera, de orden civil: el regidor municipal, José Manuel Bermúdez, representaría al rey en los actos conmemorativos de la fundación de la ciudad. La otra cuestión relevante: la visita por primera vez del nuevo obispo de Tenerife, Eloy Santiago, a la capital chicharrera.

El prelado nivariense, de 51 años, llegó con sotana episcopal una hora antes del momento del inicio de la celebración. A las puertas del templo lo saludó el párroco, y vicario episcopal para Santa Cruz, Juan Manuel Yanes, y procedió a la bendición del templo al ser la primera vez que lo visitaba. Luego, a hacer tiempo en lo que los militares formaron para que el alcalde, como representante real, pasara revista. Y de ahí, al interior de la iglesia, donde monseñor Eloy Santiago saludó a cuantos fieles fueron a su encuentro y también, por primera vez, al alcalde, ausente en su toma de posesión.

El boato de la función se respiraba en el ambiente y lo realzó el Coro Contemporáneo de Tenerife, que dirige Esther Wagenaar; se creó para las bodas de oro de la Basílica y canta como los ángeles.

En su homilía, cercana y didáctica, el obispo no se metió en charcos. Fue al grano e invitó a la feligresía a ser eslabones de la historia de Santa Cruz, «sin olvidarnos de donde venimos para afrontar el futuro con ilusión». Poco más de una hora y procesión para acabar el día grande en Santa Cruz.

Fiesta en Tíncer y El Draguillo

En el Suroeste, Javier Rivero atendía a dos de sus barrios o pueblos: Tíncer y El Draguillo, que también celebran su fiestas patronales que eclipsa el aniversario de la fundación. En Tíncer, procesión y hasta verbena con la orquesta Columbia que alegra el alma.

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