BARRIO A BARRIO | Anaga
El Cabildo revisará de la mano de los vecinos cunetas, apartaderos y bolardos de Anaga
El consejero de Carreteras recuerda que la obra no ha acabado y la de Medio Natural fija compromisos

El consejero de Carreteras, Dámaso Arteaga, se dirige a los vecinos junto a su compañera, Blanca Pérez. / Arturo Jiménez
La consejera insular del Medio Natural, Blanca Pérez, se ganó a pulso su nominación como defensora de los vecinos de Anaga, si algún día la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, decide convocar esta plaza.
El centro ciudadano de Las Mercedes acogió en la tarde de este miércoles 30 de octubre la reunión que solicitaron los representantes de Chinamada, Demetrio García, y de Afur y Medalla de Oro por su compromiso con la participación ciudadana, Goya Alonso, y que secundaron los representantes y vecinos de colectivos de Anaga como la asociación de vecinos El Río, Las Carboneras, San José de Taborno, Cumbrecilla de Afur, Nube Gris de Roque Negro, Rurales, Los Catalanes y Casas de la Cumbre.
La cita comenzó sin preámbulos. Demetrio García entró a saco al dar lectura a las deficiencias que, a juicio de los vecinos, se detectan en la obra que se ejecuta en la carretera de Anaga. Las principales preocupaciones de los vecinos de los caseríos y asentamientos del Parque Rural estriban en que con el asfaltado se ha incrementado la profundidad de las cunetas y además se han colocado a medio metro del límite de la calzada los bolardos que impiden a las guaguas hacer el giro como era uso y costumbre hasta que se procedió a la mejora de la vía. Los vehículos de transporte público ya no pueden invadir con el morro de la guagua el arcén y eso dificulta los giros y provoca un atasco cuando se encuentran dos frente a frente.
La altura excesiva de las cunetas y la colocación de los bolardos que limitan la calzada motivan la principal preocupación de los vecinos de Anaga, mientras también reclamaron que se proceda a pintar la raya que delimita la mediana de la calzada y se reprochó que a la altura del molino de gofio de Las Mercedes se sustituyera unos bolados por un muro, lo que para los vecinos se ha traducido en que se ha recortado el margen de la carretera en esta zona.
Tras la exposición de los asuntos que preocupan a los residentes, el consejero de Carreteras, DámasoArteaga, fue desmotando o justificando una a una las preocupación de los usuarios del Parque Rural que, como le advirtió Demetrio García, reclaman apartaderos que facilite resolver desde una avería a actuar en caso de una emergencia.
Dámaso Arteaga destacó el esfuerzo realizó el esfuerzo realizado desde Carreteras en los veinte kilométros de extensión de esta carretera de Anaga en las que se invierte más de tres millones de euros, para recordar que la obra está aún en marcha y se recibirá el 21 de noviembre. «Estamos a tiempo para revisar las necesidades que planteen». Eso sí, el consejero de Carreteras recordó que se trataba de la rehabilitación de la vía, no de un proyecto para la ampliación de la calzada.
El orden de capas altera la altura
Tomó la palabra Fulgencio Ramos, histórico dirigente vecinal de Casas de la Cumbre, para reprocharle el orden en el que se procedió a colocar las dos casas de asfalto entre Las Canteras y el mirador de la Cruz del Carmen. El consejero de Carreteras, Dámaso Arteaga, entendió que le cuestionaba que su departamento no había hecho lo anunciado: dos capas de asfalto de Las Canteras a la Cruz del Carmen y una en el resto.
Más preocupados u ofuscados en si se faltaba a la verdad o no, el debate no era cuántas capas se habían colocado, sino el orden en el que se instalaron, pues Fulgencio Ramos consideraba que lo oportuno era haber echado una, proceder a arreglar las cunetas, y luego instalar la segunda, porque de esa forma se evitaba acrecentar la altura de la cuneta. La consecuencia es que antes los vehículos podían invadir esa zona límite de la carretera, incluso las guaguas, y ahora es imposible porque los conductores se arriesgan a que el vehículo se les quede dentro.
A eso se añade otro revés: la colocación de biondas para acotar el límite de la calzada, lo que se traduce en que las guaguas antes podían llegar con sus ruedas hasta el límite de la calzada y ahora, con los bolardos, no pueden realizar esa maniobra. El problema en el tráfico en Anaga se incrementa ahora porque cuando dos guaguas se encuentran de frente es misión imposible maniobrar.
Justo en ese momento se incorporó a la asamblea la consejera del Medio Natural, Blanca Pérez, quien demoró su llegada porque prefirió acercarse antes a verificar la colocación de los bolardos en los límites de la carretera entre Las Mercedes y la Casas del Agua.
Junto a Toño, el que fuera policía de Anaga y hoy dirigente de Taborno, y Jose, vecino y conductor de Titsa, se cuestionaron los criterios de los técnicos del Cabildo para acotar la carretera mientras el chófer de la compañía de transporte público, curtido al frente del volante, ratificó el daño causado con la colocación de los bolardos en la carretera.
Dámaso Arteaga tendió la mano a buscar soluciones, mientras dio la palabra al técnico que lo acompañaba para explicar cómo se habían ejecutado las cunetas, lo que motivó la inquietud de algunos vecinos que cuestionaban la aplicación de la normativa que se topa de forma frontal con los vecinos del parque rural.
La consejera del Medio Natural pareció convertirse por momentos en la dirigente de una asociación de vecinos para pedir que se revisara la colocación de los bolardos y junto a Dámaso Arteaga, trazaron la hoja de ruta. Compromisos, dijo Blanca, para acordar acudir junto a los vecinos a revisar apartaderos, que no aparcamientos, así como los famosos palos que limitan el arcén. «Y si los técnicos rechazan los apartaderos, que hagan un informe y digan por qué», exigió la propia consejera, mientras Dámaso Arteaga emplazó a los vecinos a dejar su teléfono para revisar las cunetas y estudiar suprimir bolardos.
Los vecinos no vuelan
La responsable del Medio Natural abrió otra espita, para comprometerse a promover una reunión con el ayuntamiento de La Laguna para resolver la zona de la carretera de Anaga que es urbana y garantizar la accesibilidad. Se han colocado vallas ahora que impiden el acceso a las viviendas, y hasta el acceso a propiedades privadas.
«Y los vecinos no vuelan», dijo Blanca Pérez, para como la voz de la calle, recordar que los vecinos o entran y salen en coche de su casa o no pueden transitar por la carretera porque está prohibido. Mientras ella promueve esa reunión mandó a su director insular, Pedro Millán, a localizar los posibles apartaderos que proponen los vecinos en aras a tener la propuesta antes de quince días. Arteaga recordó que la obra está en marcha y se recibirá el 21 de noviembre.
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