La sala Dubai garantizó un aforo de 950 personas y todos los permisos

El dueño del local y el promotor de la fiesta firmaron un contrato para repartir ganancias

Urbanismo autorizó a Univerzzo un evento para 150 clientes y vendió 1.500 entradas

Sala Dubai, en el Polígono El Mayorazgo.

Sala Dubai, en el Polígono El Mayorazgo. / María Pisaca

Santa Cruz de Tenerife

Todo comenzó con la firma de un contrato. Y lo que en un principio se gestó para que fuese un buen negocio en Nochebuena, se acabó convirtiendo en una fiesta desalojada y suspendida, con avalancha, ataques de ansiedad y desvanecimiento incluidos, y en un local cerrado por «incumplimientos», entre ellos, el del aforo. En el contrato firmado entre el propietario de la sala Dubai, ubicada en el Polígono El Mayorazgo, en Santa Cruz, y la organización de la fiesta Univerzzo para el uso del local la noche del 24 de diciembre, el primero garantizó que éste contaba con «todos los permisos requeridos por las autoridades competentes» para la celebración del evento con un aforo de 950 personas. Sin embargo, la Gerencia de Urbanismo dio a los organizadores de la fiesta Univerzzo «autorización para 150» clientes, por no cumplir los requisitos como discoteca, y, finalmente, se vendieron, según fuentes municipales, 1.500 entradas. El Ayuntamiento ha ordenado el cese de cualquier actividad musical en el citado establecimiento y se han incoado cinco expedientes sancionadores tanto contra el local como contra la organización de la fiesta.

Univerzzo ha emitido un comunicado en su cuenta de instagram pidiendo disculpas a todas las personas que se vieron afectadas por lo ocurrido el pasado 24 de diciembre en la fiesta del Mayorazgo, pero, eso sí, dejando claro que se trató de «circunstancias completamente ajenas a la organización». Los responsables de este evento, que alquilaron la sala Dubai para llevarlo a cabo, aseguran que, «en todo momento», dieron cumplimiento a sus obligaciones. Agradecen la actuación «impecable» de los cuerpos y fuerzas de seguridad que intervinieron aquella noche, y comunican que se pondrán en contacto con los asistentes «para solucionar el estado de las entradas». Asimismo, informan de que han puesto este asunto en manos de sus servicios jurídicos. Por parte de la Sala Dubai, no ha habido ningún tipo de manifestación pública. Y desde Urbanismo se ha señalado que las responsabilidades se dirimirán en los expedientes sancionadores abiertos. Ya la concejala responsable del área, Zaida González, del PP, ha apuntado que las multas serán «importantes, porque, además, no nos han dicho la verdad». «Se autorizó una comunicación previa para un evento de 150 personas y se celebró una fiesta para muchísimas más», ha comentado.

Y precisamente fue este «incumplimiento» el que provocó la desagradable situación que vivieron numerosos jóvenes durante la Nochebuena en Santa Cruz. Cuando la Policía Local chicharrera, en colaboración con la UPR (Unidad de Prevención y Reacción) de la Policía Nacional, desalojó el local, tras recibir numerosas llamadas, en el interior se encontraban 665 personas, unas 500 más de lo autorizado, superando en un 415% el aforo, según fuentes policiales. A éstas se sumaban los numerosos jóvenes que esperaban en la cola, en la calle, para poder acceder al establecimiento y que ya tenían su entrada comprada. Y es que se vendieron unas 1.500, tal y como apuntan fuentes municipales, multiplicando por diez el aforo que había sido autorizado.

Varios testigos han contado a ELDÍA que la avalancha de personas se produjo cuando los organizadores de la fiesta comunicaron a los jóvenes que estaban en la cola que ya no podía entrar nadie más. Dichos testigos aseguran que pasaron «mucho miedo». Incluso muchas de las personas que se encontraban en la calle decidieron marcharse y no acceder al establecimiento, aunque perdiesen el dinero de las entradas. Éstas se pusieron a la venta semanas antes al precio de 12 euros, en un principio, «pues, en los últimos días antes de la fiesta, ya se vendían a 30 euros». Asimismo, los testigos afirman que no se comunicó el lugar para la celebración del evento «hasta el último momento».

En el contrato firmado entre el propietario de la sala Dubai y la organización de la fiesta Univerzzo, al que ha tenido acceso ELDÍA, también se establece el reparto de las ganancias por la venta de entradas. Los organizadores del evento obtendrían el 90% de los ingresos obtenidos a través de esta vía y el dueño del local, el 10%. «De los ingresos de éste derivarán los gastos para abastecer las consumiciones que incluyen todas las entradas. De igual manera, dichos gastos cubrirán la impresión de los tickets para canjear las consumiciones». La recaudación obtenida por el servicio de bebidas se repartirán en su totalidad para el dueño de la sala;los ingresos producidos por los reservados se repartirán en un 50% para cada una de las partes; y los obtenidos por los shishas y productos derivados del tabaco serán para el organizador de la fiesta. Asimismo, en el contrato se indica que la actividad se lleva a cabo de forma «parcialmente conjunta» entre el arrendatario y el arrendador.

Tanto es así que el dueño del establecimiento fue el encargado de contratar al personal de seguridad y a los camareros, después de que los organizadores de la fiesta los seleccionaran. Éstos también se encargaron de la contratación de los Dj y de los trabajadores para el servicio de shishas, así como de la «adecuación estética del local». Y el dueño de la sala Dubai se responsabilizó del servicio de bebidas. El abono de los ingresos a éste último debía hacerse en dos pagos: el primero con fecha 24 de noviembre, en concepto de todos los ingresos obtenidos hasta el momento por las entradas y los reservados, y el segundo, con fecha 24 de diciembre, «a razón de todas las ventas que se hayan producido hasta ese momento».

Pero no sólo tendrán que devolver el precio de las entradas a numerosas personas, sino que también tendrán que hacer frente a las sanciones que finalmente interponga Urbanismo, a raíz de las cinco actas levantadas por la Policía «por incumplimientos», tras inspeccionar el local. Entre éstas se encuentran, además de «superar ampliamente» el aforo permitido, no contar con licencia para desarrollar una actividad de discoteca para más de 150 personas; no disponer de personal habilitado para el control del acceso, ni de sistemas para contar clientes; carecer de salidas de emergencia, «las cuales estaban bloqueadas con mobiliario y material de construcción»; y carecer de carteles que prohiban el acceso a menores.

«Una desgracia»

Precisamente, desde el sindicato policial CSIF, a través de su portavoz, Jesús Illada, se señala que la noche del 24 de diciembre no ocurrió una desgracia en esa sala de El Mayorazgo gracias al servicio de refuerzo de la Policía Local. «Estamos hablando de que se multiplicó por diez el aforo autorizado por el Ayuntamiento con la comunicación previa, pasando de 150 personas a 1.500 entradas vendidas. En el Madrid Arena, donde fallecieron cuatro personas en 2012, no se había llegado ni a duplicar».

La Policía avisó de lo que podía ocurrir

El 24 de diciembre por la tarde, la Policía Local de Santa Cruz avisó a la Gerencia de Urbanismo de que la fiesta organizada en la Sala Dubai, en el Polígono El Mayorazgo, por parte de Univerzzo, podría ocasionar problemas. Urbanismo contestó que no podía suspender un evento que contaba con comunicación previa si no existía ninguna prueba previa de que existieran incumplimientos. «Lo que hicimos fue instar a la Policía a que estuviera pendiente del evento por si se superaba el aforo autorizado, como finalmente ocurrió», explica el concejal Carlos Tarife, del PP. Éste recuerda que ahora sí se ha suspendido la autorización para la fiesta de Fin de Año prevista en la Sala Dubai.

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