BARRIO A BARRIO | El Toscal

Vecinos de El Toscal proponen fijar la zona de bajas emisiones en San Sebastián y Cabo Llanos

Representantes de tres asociaciones defienden sus criterios ante los técnicos, en una reunión sin políticos

Juego de mesa de participación ciudadana

Vídeo: E. D. / Imagen: Carsten W. Lauritsen

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Santa Cruz de Tenerife

Los técnicos de las áreas de Movilidad y Planificación Estratégica se quedaron solos en la búsqueda de consenso con los vecinos afectados por la zona de bajas emisiones, que hicieron gala de su experiencia en la participación ciudadana para exponer su rechazo a este plan que está diseñado para cumplir con las demandas de Europa. Y en medio de reproches porque el Ayuntamiento no había invitado a más colectivos afectados y ante la falta de entendimiento, las representantes vecinales decidieron abandonar la mesa y la decisión de los residentes en manos de los portavoces de la Ni Fú-Ni Fá y Mamelucos más cuatro vecinos que acudieron a la asamblea a título personal.

De origen, la convocatoria llamó la atención por dos motivos. Era la tercera reunión promovida desde Movilidad y Planificación Estratégica. La primera celebrada en la Casa Sindical, fue a modo de presentación general sobre qué es una zona de bajas emisiones y cómo afectará a Santa Cruz; la segunda, en la Casa Siliuto, con los representantes empresariales, que deparó en particular el aprendizaje a los técnicos sobre el horario que deben de tener en consideración en el reparto de la mercancía entre los comercios.

El tercer encuentro sobre la zona de bajas emisiones se reservó con los dirigentes vecinales y residentes para esta zona de influencia que por mandato de Europa, se pondrá en marcha a partir del verano de 2024 en las ciudades de más de 50.000 habitantes.

Llamó la atención este encuentro por dos motivos: la falta de políticos, que prefirieron dejar la explicación en manos de los técnicos, y la baja participación de vecinos del ámbito comprendido entre las calles de Galcerán, Méndez Núñez hasta la Rambla de Santa Cruz para seguir hacia Francisco La Roche o avenida de Anaga y subir por la calle Ni Fú-Ni Fá y la vera del barranco de Santos.

La Casa Siliuto acogió un encuentro con más reproches que puntos de encuentros y consenso

La reunión se celebró en la Casa Siliuto, en el corazón de El Toscal. Asistieron cinco asociaciones y casi una decena de vecinos. Más allá de que dos colectivos de residentes aseguraron que habían acudido porque se enteraron sin mediar invitación, las asociaciones presentes fueron El Perenquén, de Silva Barrera; Tribulaciones, colectivo de afectados de la zona de Ramón y Cajal más representantes de la Ni Fú-Ni Fá y Mamelucos, de la calle de La Noria. 

Fue un encuentro con más reproches que puntos de encuentro, hasta el extremo de que las asociaciones El Perenquén, Tribulaciones y Ramón y Cajal fueron, mostraron que forman un frente común porque comparten argumentos, evidenciaron su rechazo al plan y se marcharon. A partir de ahí comenzó otra reunión que contrastó la tensión inicial, que se prolongó durante casi una hora, con la metodología de usar un juego de mesa para que menos de diez vecinos decidan, o propongan al menos, sobre cuestiones tan estratégicas como si se permite o no el acceso en la zona de bajas emisiones a los clientes de las viviendas vacaciones –algo que rechazan– o a vehículos de auto escuelas. Al final, alguno de los residentes parecía más preocupado por recordar la antigüedad de su vehículo particular para sortear la prohibición sobre la que se tenía que pronunciar para que se pusiera en marcha desde 2024.

Las tres asociaciones opositoras a los postulados del equipo de gobierno sobre la zona de bajas emisiones acudieron con la tarea hecha, aunque la ausencia de políticos le dejó el camino expedito y a los técnicos sin más margen que el argumento de que cumplían con los requisitos llegados de Europa.

Algunos particulares plantean limitar el acceso rodado a clientes de viviendas vacacionales

Olga, representante de la asociación de vecinos de Tribulaciones, tomó la palabra para dar unas pinceladas de un informe que dijo haber realizado sobre la afección de la zona de bajas emisiones; luego siguió la portavoz de la zona de Ramón y Cajal, para advertir de cómo influye la contaminación acústica y si se tenía contemplado, para remachar Silvia Barrera, de El Perenquén, que puso de modelo la Zona Urban de cómo no se tenían que gestionar, ante la ausencia o el incumplimiento de planes de seguridad y recordar que«nosotros tiramos en el Supremo la ordenanza de Movilidad». Entre los intentos de los técnicos por recordar que ellos cumplían con la ley y los requisitos que establece Europa para la puesta en marcha de esta zona, las tres portavoces le espetaron que «Europa fija el marco pero cada municipio decide como lo lleva a término».

La representante de Tribulaciones se vio arriba para preguntarle a los técnicos qué otras alternativas se han estudiado más allá de El Toscal para limitar el acceso rodado a esta zona a partir de 2024, para plantear, con el apoyo de las otras dos asociaciones, que se considera ámbito de bajas emisiones San Sebastián y Cabo Llanos, zonas que «han vaciado ElToscal y que tienen más tráfico y más negocios». Los técnicos intentaron rebatir; uno dijo que son dos vías principales; otro que cumplía la ley. De nuevo la portavoz de Tribulaciones: «Yo vivo en Méndez Núñez, que no se limita al tráfico y mi casa quedará revalorizada, pero cuando se constituyó la asociación en defensa de El Toscal decidimos un velar por el interés general y no defiendo mi vivienda».

En el acaloramiento dialéctico, las tres representantes se marcharon y el interlocutor de participación ciudadana para explicar el plan echó manos de un juego de mesa, repartió unas fichas y, como para dejar en el olvido lo ocurrido, planteó a la decena de vecinos que se quedaron a quién limitaban los accesos como quien juega al parchís. Hoy, reunión con representantes de colegios de la zona.

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