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Los mayores de Santa Cruz demuestran en su día que la danza no tiene edad

Un centenar de vecinos exhibe sus mejores movimientos en la ‘pista de baile’ de la plaza de España

El colectivo pide «respeto» a través de la lectura de un manifiesto

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Flashmob de mayores en Santa Cruz de Tenerife María Pisaca

«Levantando las manos», «moviendo la cintura» y «con movimiento sexy» un centenar de mayores de los distintos barrios de Santa Cruz bailó este domingo el tema más famoso de la banda argentina El Símbolo, denominado precisamente Levantando las manos. Ataviados con gorras, camisetas y pancartas, los vecinos chicharreros con mayor recorrido reivindicaron su energía en el Día Internacional de las Personas de Edad a través de un flashmob –un baile espontáneo– que llenó de ritmo la plaza de España.

La actividad, organizada por el programa Santa Cruz Vital del Ayuntamiento capitalino, sirvió para congregar a mayores de prácticamente todas las asociaciones del municipio. A las 11.00 horas y tras la lectura de un manifiesto donde se pedía respeto para el colectivo, los vecinos crearon un ambiente festivo mostrando sus mejores movimientos con canciones como El Polvorete, popularizada en Canarias por Pepe Benavente

La matriarca de la pista de baile fue Victoria Martínez, que a sus 91 años es muy querida en la Asociación de Mayores de El Chapatal. Allí va a clases de baile, hace manualidades, gimnasia y ejercicios de memoria. La única pega –señala– es que desde la pandemia se han reducido las excursiones y le gustaría que volvieran las clases de natación en Las Teresitas. Tras el flashmob, Victoria fue a tomar «un picoteo» con una amiga de la asociación, donde se crean lazos importantes contra la soledad.

Otro de los marchosos de la capital es Luciano Martín, de 61 años. Él se apunta a todas las actividades que se hacen en la Asociación Cubo de La Galga de Ofra. Ni la pintura ni las manualidades ni por supuesto el baile se le resisten. Estos días está preparando junto a sus vecinos decoraciones de Navidad para luego venderlas y financiar los viajes.

Del flashmob a tomarse «una cañita y una tapa», ese fue el salto que se dio Lini González, de 65 años. Esta sexagenaria asegura sentirse «muy feliz» en este momento de su vida, que vive con mucha intensidad. Además, celebró que ayer se le comunicara la suma de una nueva actividad: ir a ver obras de teatro.

El sueño de cualquier persona podría ser llevar los 72 años tan bien como Miguel Ángel Hernández, de la Asociación de Vecinos San Martín de Porres, ubicada en el barrio de Chamberí. Este chicharrero disfruta de la danza, la gimnasia, las manualidades y la alfarería. Pero también hace maquetas de barcos, retoca fotografías antiguas y escribe poesía. 

Aunque la verdadera pasión de Miguel Ángel es el senderismo. Solía subir al Teide desde Garachico y pasarse en el monte tres días seguidos. Eso, antes de que naciera su nieto, que con solo dos meses de edad ocupa una gran parte de su tiempo. «La vida es esto, disfrutar de cada etapa una vez que llega», asevera.

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