Huerto urbano y separación orgánica: una simbiosis para lograr una ciudad sostenible

Usuarios del huerto urbano de El Toscal, en Santa Cruz, separan sus residuos orgánicos, que luego se transforman en compost

El Huerto Urbano El Toscal apuesta por la separación orgánica.

El Huerto Urbano El Toscal apuesta por la separación orgánica.

El número 45 de la calle San Martín, en el barrio santacrucero de El Toscal, no responde a un inmueble familiar ni a un establecimiento comercial. Se trata de un espacio en el que hortalizas, verduras y una gran variedad de flores y plantas ocupan un lugar frecuentado por vecinos y vecinas implicados en su cuidado y la creación de una ciudad más verde y sostenible.

La implantación del quinto contenedor para los residuos orgánicos, en la que continúa trabajando el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y la empresa concesionaria Valoriza S.A, también ha tenido impacto para este espacio comunitario del municipio. Alrededor de 14 familias, que hacen uso del huerto, se han sumado también a la separación de residuos orgánicos que, tras el tratamiento pertinente, se transforman en compost o abono.

Usuarios y usuarias del huerto aseguran que existe una gran participación por parte de todos los vecinos, que se ha reflejado también en la separación de materia orgánica. “La separación orgánica es vital para todos, es fundamental obtener compost de calidad”, explica una de las hortelanas.

La implicación de los vecinos y vecinas en el huerto urbano con la gestión responsable de sus residuos les ha llevado a colaborar, mano a mano, con Valoriza SA, para instalar un contenedor marrón de 800 litros en las instalaciones. En este sentido, el alcalde en funciones, José Manuel Bermúdez, celebra que sean los propios vecinos y vecinas los que promueven la conciencia medioambiental en la comunidad, transformando, al mismo tiempo, el paisaje urbano. “Es un orgullo contar con una ciudadanía implicada en la consecución de una ciudad verde, sostenible y comprometida con el medioambiente”, añade.

Un oasis en el centro de Santa Cruz

Los hortelanos y hortelanas del huerto urbano de El Toscal cuentan con su propia parcela en la que plantan hortalizas, vegetales y hierbas aromáticas junto a flores y plantas polinizadoras. Según explica una de las usuarias de este espacio, los participantes se apoyan unos a otros, transmitiendo experiencias y conocimientos sobre horticultura, intercambiando semillas e incluso parte de la cosecha. “También compartimos con la gente que nos visita a diario y que participa, de un modo u otro, en el funcionamiento de la huerta, bien regalando semillas, macetas, plantas, sustratos o abonos”, detalla sobre el proyecto.

Asimismo, apunta que el huerto urbano cuenta con un ‘hospital verde’, para la recuperación de las plantas, un jardín de recuperación de la mariposa Monarca e incluso una red de intercambio de semillas. “Son iniciativas participativas con las que nos nutrimos entre los propios vecinos para mejorar el espacio y contribuir a una ciudad mejor”, explica una de las hortelanas.

Lo cierto es que el huerto urbano de El Toscal va mucho más allá de un espacio agrícola, los vecinos y vecinas que forman parte de esta iniciativa afirman que se ha convertido para muchos en un estilo de vida, en el que la cooperación y la colaboración son fundamentales.

Contenedor de orgánica instalado en el huerto urbano

Contenedor de orgánica instalado en el huerto urbano

El poder de la orgánica

El uso del compost en huertos o zonas ajardinadas es un ejemplo práctico y real de cómo se cierra el ciclo de los residuos orgánicos, dando la oportunidad de elaborar abono de calidad.

“Si podemos aprovechar los restos orgánicos, ¿por qué no hacerlo?”, se pregunta una de las hortelanas, quien destaca que “el huerto urbano de El Toscal es un proyecto social en el que, además de aprender a cómo plantar y cosechar, se fomenta el uso de la agricultura ecológica, se hace un uso sostenible del agua y se separan los residuos orgánicos para darles una segunda vida, además de fomentar la participación de los vecinos y vecinas, ofreciendo un oasis en la ciudad”.

El concejal de Servicios Públicos en funciones, Carlos Tarife, apunta que la separación de los residuos orgánicos ya se está ejecutando en el distrito Salud - La Salle y que, próximamente, se realizará en la zona centro - Ifara de la ciudad, a través de la instalación de los contenedores marrones. “La separación de la orgánica implica otros muchos beneficios para la ciudad y el planeta como la reducción de residuos que se destinan al vertedero y de los gases de efecto invernadero, además de otras implementaciones como el ahorro económico y energético, la sensibilización ambiental de la ciudadanía y, en definitiva, el cuidado de nuestro planeta”, apunta.

El huerto urbano del barrio de El Toscal ha encontrado en el uso del contenedor orgánico una fórmula para contribuir a la creación de conciencia ecológica. Un enfoque innovador que demuestra la posibilidad de transformar espacios urbanos en entornos sostenibles y un modelo a seguir para otros barrios y ciudades que deseen embarcarse en la senda de la ecología y la sostenibilidad.

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El compost es un fertilizante compuesto por desechos domésticos, hierbas, tierra y cal que supone una gran fuente de nutrientes para las plantas. La separación de los residuos orgánicos supone la primera fase para conseguir ese abono.

Restos de comida, cáscaras de huevos, frutas y verduras, hojas, etc, se separan y depositan en el contenedor marrón, destinado a la separación de los residuos orgánicos, que contienen material biodegradable.

Luego, los residuos orgánicos son recolectados y transportados a la planta de reciclaje, donde se ejecuta el proceso de transformación, que pasa por fases como la mezcla de los residuos recuperados y su aireación, necesaria para el proceso de descomposición.

A medida que los residuos orgánicos se descomponen, van aflorando bacterias, hongos y otros microorganismos. Paralelamente, se ajusta y controla el nivel de humedad y temperatura para favorecer a la descomposición y la eliminación de patógenos.

Finalmente, el material se deja reposar para que complete la fase de maduración, en la que se estabilizan los nutrientes presentes en el compost, que posteriormente se utilizará para mejorar la fertilidad de los suelos.