EMMASA impulsa un modelo eficiente para prevenir la escasez de agua

La desalación es una de las formas de obtención de agua potable más frecuentes en España, que en la actualidad cuenta con el mayor número de plantas desaladoras del mundo

Fotografía aérea de la desaladora de Santa Cruz

Fotografía aérea de la desaladora de Santa Cruz

La escasez de agua y la necesidad de encontrar soluciones sostenibles para abastecer a la población son desafíos que no solo afectan a nuestro territorio insular y peninsular, sino que se posiciona entre los problemas mundiales más acuciantes.

Aplicar prácticas y tecnologías innovadoras que no solo garantizan el suministro de agua potable, sino que también promueven la sostenibilidad ambiental y la economía circular, son objetivos claves en el desarrollo de estos procesos.

El crecimiento económico y demográfico, sumado a la afluencia del turismo, ha hecho que con el paso del tiempo este tipo de infraestructuras sean necesarias para garantizar el establecimiento de agua potable a toda la población.

Porque como ocurre en la costa mediterránea o en el archipiélago balear, nuestras islas sufren también un estrés hídrico resultante de una demanda superior a su disponibilidad. Por esta razón, en Canarias la desalación se convierte en la mejor alternativa para conseguir agua potable, haciendo de nuestro territorio una de las principales áreas para la producción de este tipo de agua, con alrededor de 280 plantas repartidas a lo largo de las ocho islas.

Teniendo en cuenta esta realidad, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife junto con la Empresa Mixta de Aguas (EMMASA) y en colaboración con Sacyr Aguas, han puesto el foco en un aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, así como en la prevención del desabastecimiento de agua, a través de la Estación Desaladora de Agua de Mar (EDAM) que actualmente desala 28.800 metros cúbicos diarios de agua, o lo que es lo mismo, el equivalente a llenar de este preciado bien unas 12 piscinas olímpicas.

La capacidad de convertir agua de mar en agua potable, apta para diferentes usos, es un logro tecnológico significativo que sitúa a EMMASA a la vanguardia en términos de soluciones avanzadas para abordar los desafíos relacionados con el agua en la isla de Tenerife, donde el 52% del agua consumida en los hogares de la ciudad es desalada.

El alcalde en funciones de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, asegura que "la desalación del agua se ha convertido en una apuesta estratégica para el desarrollo de ciudades circulares y sostenibles. Reconocemos la importancia de garantizar un suministro de agua seguro y fiable para nuestros ciudadanos, al mismo tiempo que preservamos nuestros recursos naturales y mitigamos los impactos ambientales”.

El agua desalada en cifras.

El agua desalada en cifras.

El proceso

Para captar el agua de mar Emmasa cuenta con trece pozos perforados, a 36 metros de profundidad, en la zona más próxima a la costa, donde trece bombas sumergibles extraen el agua de mar y la envían hacia la filtración.

El agua extraída llega a tres módulos de ósmosis inversa, impulsada por tres equipos de bombeo de alta presión, que cuentan con sistemas de recuperación de energía que permiten optimizar el consumo energético, produciendo cada uno 9.600 metros cúbicos de agua desalada por día.

Tras el proceso de desalación, y para que el agua cumpla con las exigencias legales para su consumo, la instalación cuenta de equipos de almacenamiento en los que el agua se dosifica con hidróxido cálcico y se mezcla con agua enriquecida en dióxido de carbono (CO2), para conseguir un grado óptimo de remineralización.

Un depósito de hormigón armado, de 2.000 metros cúbicos de capacidad, es el lugar para su almacenamiento, desde donde se bombea a través de seis equipos capaces de transportar el caudal, hasta los depósitos reguladores que existen en el municipio.

Acción Climática

Actualmente, en esta búsqueda concienzuda para que este tipo de instalaciones consigan su utilidad pública a través de un mínimo impacto en la Isla, se siguen estrictos protocolos medioambientales para garantizar su correcto funcionamiento y gestión.

En este sentido, el concejal de Servicios Públicos y Medioambiente en funciones, Carlos Tarife, explica que Emmasa ha sido un socio fundamental en nuestra visión de ciudad sostenible. “Su enfoque innovador en la desalación del agua nos ha permitido diversificar nuestras fuentes de abastecimiento, posicionándonos como un referente en la implementación de soluciones sostenibles en el ámbito hídrico, contribuyendo al ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y al ODS 13 (Acción por el clima)”, añade.

Desde la primera planta desaladora de agua de mar de España, que se instaló en la isla de Lanzarote en 1964 con una producción de 2.500 m3/día de agua potable, siempre se ha perseguido que estos procesos se realicen de la forma más eficiente, eficaz y limpia posible.Pero hoy estas construcciones pasan además por la búsqueda de soluciones ‘bajas en carbono’, basadas en energías renovables y en la eficiencia energética.