BARRIO A BARRIO | Duggi

El barrio de Duggi rememora el antiguo colegio de La Asunción

Con motivo de las fiestas patronales del barrio de Duggi, en honor a María Auxiliadora, los vecinos recuerdan la impronta del colegio de La Asunción, hoy parque Viera y Clavijo

La religiosa de Las Asuncionistas Cristina Massó.

La religiosa de Las Asuncionistas Cristina Massó. / El Día

Humberto Gonar

Humberto Gonar

En barrio de Duggi celebra este miércoles 24 de mayo sus fiestas patronales en honor de María Auxiliadora, imagen que se venera desde hace 23 años en el templo de la calle Serrano. Por este motivo, este miércoles desde las 19:30 horas, se celebrará una eucaristía que presidirá el cura afurero Agalac Alonso Siverio –párroco de Adeje– y que dará paso a una procesión con la imagen por las calles de Serrano, Castro, Duggi, Álvarez de Lugo, Ramón y Cajal y Benavides hasta regresar al templo. En paralelo, más allá de los cultos religiosos, la comisión vecinal y parroquial ha organizado un ciclo de charlas en un intento de acercar la iglesia a la sociedad.

Entre las charlas organizadas con motivo de las fiestas patronales del barrio de Duggi, el testimonio de la religiosa gallega Cristina Massó, que ha participado en la vida de la comunidad de Las Asuncionistas en dos etapas, la primera, desde 1972 a 1977, junto hasta el curso antes que se cerrara el colegio de La Asunción, y desde 2018 en la comunidad que tiene sede en el convento de Tegueste, el único lugar donde se mantiene la presencia.

El colegio de Las Asuncionistas estuvo en funcionamiento desde 1907 hasta 1978, cuando dejó paso al parque cultural Viera y Clavijo.

El colegio de Las Asuncionistas estuvo en funcionamiento desde 1907 hasta 1978, cuando dejó paso al parque cultural Viera y Clavijo. / El Día

La fundación de la congregación se remonta al siglo XIX y tiene su cuna en Francia, si bien la orden abriría su primera casa en Santa Cruz de Tenerife en 1903, cuando decidió alquilar la casa que se localizaba en el número 17 de la calle Santa Rosalía, en el chicharrero barrio de El Toscal, atendiendo en sus inicios a un grupo de veintiséis alumnas, según consta en los anales que se conservan y ha estudiado la religiosa Cristina Massó, que ha ahondado en estos escritos elaborados a mano y en francés. Aquella primera comunidad estuvo formada por una avanzadilla de dos religiosas a las que se sumaron otras tres para atender aquella casa espaciosa que pronto se quedó pequeña.

De El Toscal, a San Diego del Monte, en La Laguna, donde la comunidad alquiló un antiguo convento franciscano en julio de 1904 y que contó con el visto bueno del obispado para la labor pastoral que se prolongó hasta 1915, que incluso llegó a tener un internado que atendió a unas setenta niñas.

Las religiosas se trasladan a diario desde Tegueste a La Alegría para mantener su labor

Los benefactores de Las Asuncionistas no se resignaron y trabajaron para garantizar la continuidad del colegio en Santa Cruz, por lo que se buscó un terreno en donde hoy se localiza el parque cultural Viera y Clavijo, en una finca que era propiedad de la familia Beatell; se adquiere en 1904, un año después comienza la construcción –cuyas cristaleras de la capilla se trasladan desde Francia– y se imparte ya clases, por primera vez, en 1907. Allí se implantó la escuela gratuita que se impartía para las familias sin recursos, lo que benefició a niñas llegadas de las cuevas del barranco de Santos y que, ya en el colegio, no se mantenía el distingo, explica Cristina Massó, un servicio que se prestó hasta los años cincuenta y sesenta cuando ya desapareció este distingo y se unificó en una sola oferta escolar con la llegada de las becas y las ayudas a las alumnas de parte de las administraciones públicas.

La Asunción impartió clases hasta 1978, cuando el cambio de la ley de Educación motivó que se estrangulara el centro ante la imposibilidad de adaptar las aulas a las nuevas necesidades, máxime cuando el ayuntamiento de Santa Cruz advirtió que no se permitían realizar obras que afectaran a la fachada del edificio. Aunque fueron muchas las promesas realizadas por las autoridades de la época –entre las décadas de los setenta y los ochenta–, lo cierto es que la ley acabó con el colegio, una propiedad que fue adquirida en los años ochenta por el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, que le dio otros usos vinculados a la cultura y cuya rehabilitación se planteó este mandato. Antes de que María Auxiliadora tuviera su sede en el templo parroquial de la calle Serrano, la capilla de La Asunción sirvió de sede provisional de la iglesia bajo la tutela del párroco Jorge Fernández del Castillo.

Cristina Massó recuerda la propuesta que la comunidad planteó para edificar un nuevo colegio junto a donde se encuentra el actual Hotel Escuela, en la avenida San Sebastián, una posibilidad que también se desestimó dado que la calificación del suelo no se adaptaba a la finalidad planteada.

La presencia de Las Asuncionistas se ha mantenido en Tenerife más allá del cierre de la casa de San Diego, en La Laguna en 1915, que se instaló en La Orotava desde ese año hasta 1921 en una familia que facilitó la familia Cólogan, o la presencia de la comunidad en el barrio de La Alegría, desde 1966, donde se puso en marcha una escuela de alfabetización y apoyo escolar ya de forma oficial desde 1971, si bien en 2013 se cerró la comunidad en este núcleo de Anaga, aunque mantiene su actividad por la tarde con talleres de memoria, inglés y baile canario.

No fue la única acción pastoral de La Asunción, que tuvo presencia en La Salud, en 1972, o en Granadilla, hasta 2003. En la actualidad, estas religiosas tienen su comunidad en Tegueste, donde se instalaron en 1944 y con comunidad desde 1978. Entre las cinco religiosas que residen allí, Cristina Massó, que recuerda aquel colegio de La Asunción –regentado por 23 monjas– que llegó a reunir a 900 alumnas al año y que marcó a generaciones de chicharreras.