BARRIO A BARRIO | El Cabo

Isabel La Católica, veinticinco años como referente del deporte en El Cabo

Los 221 alumnos del centro conmemoran las bodas de plata de la iniciativa que ‘inventó’ Felipe Cordero

Un momento de las particulares olimpiadas de los niños del colegio de El Cabo.

Un momento de las particulares olimpiadas de los niños del colegio de El Cabo. / Trino Garriga

Humberto Gonar

Humberto Gonar

«Felipe Cordero, Samuel Neris, Óscar Pino y doña Fabiola. Ellos son los ‘culpables' –entre comillas y con agradecimiento– de que nosotros estemos hoy aquí celebrando el 25 aniversario del primer día del deporte que se celebró en el colegio Isabel La Católica» (centro que cumple ya 91 años). Con estas palabras agradecía el director del centro del barrio de El Cabo, Tanausú Cabrera, no sólo el ‘invento’ que implantó en la década de los noventa Felipe Cordero, en la actualidad inspector general de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, sino el trabajo que continuaron sus sucesores, entre los que se encuentra el propio Tanausú.

El actual director, Tanausú Cabrera, habla con el inspector general Felipe Cordero en presencia del alcalde de Santa Cruz.

El actual director, Tanausú Cabrera, habla con el inspector general Felipe Cordero en presencia del alcalde de Santa Cruz. / Trino Garriga

Fue una jornada festiva, de familia para ensalzar el orgullo de pertenencia al colegio y al barrio, cargado de muchos detalles. No sólo por los presentes que les entregaron al alcalde y al concejal de distrito Salud-La Salle, José Manuel Bermúdez y Carlos Tarife, respectivamente, sino por el guiño que hizo el director actual a doña Fabiola. Aunque ella no pudo acudir al acto, don Óscar estuvo rápido y encontró entre los 221 alumnos del centro a la nieta que cursa estudios en el centro. Y Tanausú la hizo subir a la pequeña Nirvana, para recoger la placa de agradecimiento con la que se distinguió a su abuela, como al resto de responsables del centro.

Desde primera hora, la cancha del colegio de El Cabo estaba abierta de par en par y contagiaba a las cuatro torres el ambiente festivo de la jornada. Para los niños de Educación Infantil, castillos hinchables, globoflexia, talleres pinta caras... para los de Primaria, baloncesto, fútbol, pimpón, ajedrez, escalada por el rocódromo, baile y hasta percusión que animaba y marcaba el compás. Y dando paso a una y otra competición, TanausúCabrera, con equipaje veraniego para combatir la alta temperatura de una jornada con dos sesiones. Por la mañana, los niños; por la tarde, desde las tres de la tarde, las familias.

Óscar Pino reconocía la fundamental labor desarrollada en el centro por Felipe Cordero al contraponer la imagen del colegio actual con aquel que se encontró en la segunda década de los noventa. «Felipe emprendió el Día del Deporte para la promoción de esta actividad y también para fomentar la convivencia entre padres», contaba junto a la tómbola el exdirector don Óscar. Participar en las diferentes competiciones organizadas ayer reportaba puntos a sus participantes que luego podían canjear por regalos en la tómbola. Y no eran los únicos presentes que había reservado la dirección.«No olviden el número del brazalete porque tenemos muchos premios que vamos a sortear», contaba el director a los alumnos que seguían embebidos sus explicaciones. Han pasado años, y los directores que han pasado recibieron el cariño del alumnado que coreaba sus nombres.

Con un toque de nostalgia, desde la jubilación, don Óscar recuerda que todavía hoy que heredan las competiciones de carreras de sacos, para recordar el divertido baile de la naranja que protagonizaban los padres que debían evitar que cayera al suelo, o cuando con los ojos vendados un padre debía dar de comer un bizcochón mojado en chocolate a otro. Junto a la tradición, la incorporación de nuevas tendencias, como una exhibición de patinete o de monopatín. De nuevo el testimonio de don Óscar, que estuvo dieciséis años en el colegio de Isabel La Católica. Si Felipe Cordero fue el ‘padre’ del Día del Deporte, a él se le debe la puesta en marcha de la radio escolar. En un momento de la conversación, coge a su interlocutor para mostrar en lo alto de un techo la antena. «¿Sabes quién la instaló?»... Y lo deja ahí, para recordar a otro profesor, que con su generosidad, económica, hizo posible este proyecto. «Para poner en marcha la radio pedimos 250.000 pesetas, y solo nos dieron 50.000 inicialmente. Con ese dinero desestimamos afrontar la radio, pero llegó Rogelio y preguntó por qué no se instalaba, y se le explicó que faltaban 200.000 pesetas. No dudó en poner de su bolsillo el dinero sin saber si algún día se lo podíamos reponer, como así ocurrió cuando el entonces alcalde de Santa Cruz Miguel Zerolo aprobó la dotación económica».

Gestos como eso hoy hacen grande a un centro que estuvo a punto de desaparecer a comienzo de la década de los años noventa porque languidecía por falta de matrícula y hoy es referente no solo en el barrio de El Cabo sino en SantaCruz, como reconoció el alcalde José Manuel Bermúdez, que elogió la implicación tanto de los alumnos como en particular de los profesores y padres.

Otra anécdota de la jornada. De un árbol estaba suspendida una piña de plátano y debajo dos urnas. No era para jugar a los títulos de película, sino se trata de la apuesta que se realiza sobre el peso de la piña; y el ganador... se la lleva a casa.

Junto al intercambio de agradecimientos que evidencian la colaboración entre el centro y el ayuntamiento, el director que revolucionó y revitalizó el colegio,Felipe Cordero tocó corazón cuando en sus breves palabras tuvo palabras de reconocimiento para Hugo, un alumno del colegio Isabel La Católica a que se encontró en una competición de baloncesto y al que Cordero definió como una gran promesa del centro y del deporte. «No jugamos la Champion porque sí, sino porque nos preparamos cada eliminatoria», dijo en tono cercano el director del colegio, TanausúCabrera, que encarna el encuentro de la comunidad educativa con el barrio con el respaldo de los gestores municipales.

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