Santa Cruz solicita a Defensa que le devuelva los cañones de Paso Alto

El Ayuntamiento pretende que las emblemáticas cuatro armas, expuestas en la actualidad en el Museo Militar de Almeyda, regresen a la histórica batería de la avenida de Anaga

El concejal de Patrimonio de Santa Cruz junto a uno de los cañones de Paso Alto.

El concejal de Patrimonio de Santa Cruz junto a uno de los cañones de Paso Alto. / E. D.

El Ayuntamiento de Santa Cruz ha solicitado al Ministerio de Defensa del Gobierno central, a través de un escrito, que le devuelva los cuatro cañones del Castillo de Paso Alto, expuestos en la actualidad en el Museo Militar de Almeyda. Según explica el edil de Hacienda y Patrimonio, Juan José Martínez, el Consistorio capitalino quiere que estas emblemáticas armas regresen, tras casi treinta años, a la histórica batería situada en la avenida de Anaga, cedida recientemente, por parte del Estado, al municipio chicharrero.

La fortificación, que hasta ahora se encontraba abandonada, será rehabilitada por el Ayuntamiento de Santa Cruz y su intención es que los cuatro cañones, retirados en 1997, también formen parte del proyecto de recuperación de este espacio, para convertirlo en un «atractivo turístico». Martínez recuerda que el Castillo o Batería de Paso Alto también acogerá la sede de la Asociación Histórico-Cultural Gesta del 25 de Julio y un museo de la historia de la ciudad.

El Estado ha cedido a la capital chicharrera el histórico Castillo de Paso Alto para su rehabilitación

En abril del año pasado, la Corporación local chicharrera, a través de su alcalde, José Manuel Bermúdez, pidió al Estado, en concreto, a la Dirección General de Patrimonio, la cesión del histórico Castillo de Paso Alto, debido a su estado de abandono y deterioro, y con el objetivo de proceder a su rehabilitación. Unos meses más tarde, la petición fue aceptada por el Gobierno y ya este espacio pertenece a la capital.

Estado actual del Castillo de Paso Alto, situado en la avenida de Anaga.

Estado actual del Castillo de Paso Alto, situado en la avenida de Anaga. / Andrés Gutiérrez

En concreto, el Estado aprobó la cesión gratuita de la citada batería militar, situada en el entorno del Puerto de Santa Cruz, para «coadyuvar a la dinamización de la zona, promoviendo la puesta en valor del inmueble desde una perspectiva histórica, patrimonial y de fomento del turismo».

El Ayuntamiento ha decidido ahora solicitar al Ministerio de Defensa que devuelva a la ciudad los cañones de bronce que se encontraban en el castillo, «para incorporarlos a este proyecto y para que regresen al lugar en el que estaban», ha apuntado el alcalde.

El Ayuntamiento quiere convertir la abandonada batería militar en un «atractivo turístico»

«Santa Cruz ha recuperado recientemente las instalaciones del Castillo de Paso Alto, todo un símbolo de las fortificaciones que marcaron la historia de este municipio, gracias a las cuales esta ciudad nunca fue conquistada. Y creemos que deben regresar a este lugar los cuatro cañones que un día fueron retirados, con el fin de que pasen a formar parte de la oferta cultural y patrimonial de nuestro municipio. Además, esta batería, una vez rehabilitada, y sus cañones pasarían a convertirse en un atractivo más para quienes nos visitan y para los vecinos. Para aquellos que tenemos cierta edad, estos elementos también formaron parte de nuestra infancia, de nuestros paseos por la avenida de Anaga», manifiesta el edil de Patrimonio y Hacienda.

Éste señala que la Batería de Paso Alto debe recuperar sus características como infraestructura defensiva de la ciudad. «Queremos que, simbólicamente, los cañones vuelvan a estar defendiendo la entrada de Santa Cruz, convirtiéndose también en parte de nuestra oferta turística», insiste

Historia

La historia del Castillo de Paso Alto relata que desde 1582 existía en dicho lugar un fortín, denominado Santo Cristo, que fue transformado en baluarte en 1625. Durante el ataque del almirante inglés Robert Blake, en 1657, cayeron sobre esta fortaleza 1.200 balas y 200 palanquetas, matando a cinco soldados tinerfeños.

En 1774, se inició su reconstrucción, después de que una gran tormenta, la noche del 18 de diciembre de dicho año, le causara graves destrozos. Al finalizar los trabajos, diez años más tarde, era el segundo castillo más importante del Puerto, pues «tenía planta semicircular, una plataforma a ras del agua y un edificio de dos plantas».

41 bombas

El Castillo de Paso Alto participó «eficazmente» contra el ataque del almirante de la Marina británica Horacio Nelson, el 25 de julio de 1797. Tres días más tarde, el gobernador del castillo, Pedro de Higueras, dio parte el general Gutiérrez sobre el daño causado en la batería por el «fuego enemigo», con el objetivo de proceder «a su composición». La Escuadra Inglesa de Nelson arrojó más de 41 bombas sobre el Castillo. Una cayó sobre la cocina, «rompiendo algunas tejas, tablas y un pedazo de tabique», y otra dentro de la capilla, «en donde se hallaba un crucifijo, sin que causaran el más leve daño los seis cascos en que se abrió».

En 1881, se abrieron nuevas troneras para añadir más cañones. En 1898, ante la posibilidad de una invasión por parte de Estados Unidos, se construyó una batería anexa con 50 metros de magistral, que recibió el nombre de La Cortina. Ésta fue demolida en 1965 para construir el Club Deportivo Militar de Paso Alto.

Nelson

Como homenaje a la Gesta del 26 de julio de 1797, en la que Nelson fue derrotado, el Estado ordenó la restauración y embellecimiento de la Batería de Paso Alto para instalar un museo en sus dependencias. La inauguración tuvo lugar el 2 de mayo de 1955, pero 23 días más tarde, la Comandancia de Fortificaciones de Canarias entregó el castillo a la Junta de Obras del Puerto, por 330.087 pesetas (1.983 euros), con el objetivo de que este organismo pudiese realizar la carretera que uniría la Dársena de Anaga con la del Este.

En aquel documento de cesión se estableció como condición la protección del castillo y se describieron las características del mismo. Una de ellas se refería a la explanada superior, señalando que ésta «limita en el frente de mar por un ancho parapeto, en el que se abren cinco troneras que acogen cuatro cañones de bronce, fundidos en 1717, durante el reinado de Felipe V». «Sus nombres son, copiados textualmente: Orible, Inbensible, Espanto y Torpe».

Prisión

El castillo fue utilizado a principios del siglo XVII como calabozo del pirata tinerfeño Ángel García, conocido con el sobrenombre de Cabeza de Perro. Durante la Guerra Civil Española fue utilizado como prisión militar.

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