Fiestas de mayo | Pregón inaugural

Juan Galarza repasa la historia de los barrios de Santa Cruz a toque de pelota

El periodista deportivo, toscalero de cuna, hizo un repaso por el origen del fútbol en la capital

Humberto Gonar

Humberto Gonar

La plaza Isla de La Madera, escenario de la recapitulación de la Gesta del 25 de Julio de 1797 donde se reconoció la victoria de las milicias locales sobre el intento de invasión de los británicos que lideró Horacio Nelson, acogió anoche el acto inaugural de las Fiestas de Mayo de la capital chicharrera que conmemoran el 529 aniversario de su fundación.

Hoy como ayer, Juan Galarza estableció el símil con el mismísimo general Gutiérrez, que repelió el ataque, para referirse a las nuevas generaciones que, como Raquel y Juan –sus hijos– «defienden su patricia chica» allende los mares.

Frente a quienes abordaron como pregoneros en el pasado el hecho fundacional, «con el desembarco de Fernández de Lugo en la costa de Añazo, hasta la asunción de la capitalidad, pasando por las réplicas frente los asaltos de Blake, Jennings y Nelson.

Los efectos de catástrofes y calamidades. El progreso del puerto y la ciudad. La estancia de visitantes ilustres», Galarza acercó la historia más allá de la ciencia, los escritores, poetas, artistas, músicos para regalar su sabiduría desde una óptica original y con valor propio: el fútbol.

El periodista Juan Galarza, toscalero de cuna y experto en el mundo del fútbol, durante su pregón. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ

El periodista Juan Galarza, toscalero de cuna y experto en el mundo del fútbol, durante su pregón. | | ANDRÉS GUTIÉRREZ / Humberto Gonar

Fue un pregón de contraste y mucho sentimiento. Contraste en el tiempo, para referirse al centenario que celebra el CD Tenerife, el club de los amores del periodista deportivo que hoy en adjunto a la Presidencia del club, no el balde junto al alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, anoche cambió la tribuna del Heliodoro por las sillas de la plaza Isla de La Madera Paulino Rivero.

Galarza revivió sus orígenes en periodismo deportivo, e hizo partícipe a los presentes, para recordar a Secundino González Tinerfe, quien en las páginas de Jornada Deportiva recordaba los inicios del fútbol en Tenerife, que se remontan a 1905. «Por esas fechas, un grupo de jóvenes de la colonia inglesa, muy importante entonces en la Isla –no se olvide que el 70 por ciento del comercio, tanto de exportación como de importación, se realizaba con las Islas Británicas– comenzó a darle puntapiés a un balón redondo, en juego que, incluso aquí, se llamaba entonces football. A ese grupo se unirían tinerfeños, hijos de agricultores y comerciantes acaudalados, a quienes sus padres enviaban a Inglaterra, bien a cursar estudios o a imponerse en las actividades comerciales que, entre unas y otras islas, dejamos dicho que eran muy intensas».

Cita en El Monturrio

Los entrenamientos y partidos de aquellos pioneros tuvieron lugar en un campo de tierra, conocido como “El Monturrio”, que se localizaba donde hoy confluyen la avenida 25 de Julio y la calle Robayna. Llevados por el entusiasmo propio de quienes se sentían precursores de una actividad hasta entonces desconocida, aquellos jóvenes llegaron a cargar a hombros las porterías y transportarlas a La Laguna, en la jardinera del Tranvía, para enfrentarse a los equipos del municipio vecino, en la plaza del Cristo.

El primer cuadro constituido en Santa Cruz se denominó Club Inglés, tuvo su sede en un local de la plaza de la Candelaria e integró, mayormente, a ciudadanos de origen británico: Mr. Caulfield, Mr. Spragg, Mr. Wilson, Mr. Davis..., recordó Juan Galarza.

El fútbol se mestizó de inmediato, con la participación de muchos jóvenes de la localidad, propiciando la creación de un segundo conjunto: el Añaza. Es más, de la fusión de uno y otro surgió el Nivaria, que después, en 1912, dio lugar al Tenerife Sporting Club.

No se perdió Galarza entre décadas, sino que puso color a su pregón: «el precio de cada pelota era de 22 pesetas, mientras que las entradas se vendieron a media peseta, con un extra de 30 céntimos por asiento».

«Otro de los conjuntos adelantados de la época fue el Isleño Sporting Club, con base en el populoso barrio de El Cabo y campo de juego en las Cuatro Torres. Constituido en 1913, pasó diversas vicisitudes hasta su conversión definitiva en Sociedad de Fomento del Cabo, bajo el lema Instrucción, deporte y recreo».

«Arrancaba así una iniciativa que ayudó a cohesionar al barrio, en plena primavera de 1915, y que todavía perdura, con la denominación adquirida con el tiempo de Real Unión de Tenerife, siendo hoy el club más antiguo de la ciudad. Obviamente, su sede ya no está en la plaza de San Telmo, desaparecida muchas décadas atrás, como todo el barrio, estableciéndose actualmente en La Salud».

Y junto a las notas de color, también las caras de pioneros de una práctica deportiva que llevó el nombre de Tenerife a lo más alto: «aquel Fomento –aquel Unión– fue la cuna de grandes estrellas del fútbol canario y nacional. Sí, han escuchado bien: nacional. Porque hasta tres futbolistas del equipo de El Cabo llegaron a vestir la camiseta roja de la Selección española: Gabriel Jorge, Agustín Sánchez y Yeyo Santos».

«El verano de 1922 se produjo un hecho que cambiaría el rumbo del fútbol local. (...). El nacimiento del Club Deportivo Tenerife marcó el resurgimiento del fútbol en la capital santacrucera, y por extensión en toda la isla».

Y a partir de ahí, «la creación de equipos se multiplicaba en El Cabo, El Toscal y Salamanca, los tres grandes núcleos de la capital». A partir de ahí Galarza desgranó la elección de los elementos identificativos –el por qué del azul y blanco–, hasta incluso rendir tributo a su abuelo, Juan –llegado de Andalucía– quien le regaló al pregonero su primer carné como socio del club... El periodista regaló un último párrafo que bien podría ser el estribillo de un himno a Santa Cruz: «La ciudad amable. Amada. Querida. Disfrutada. Alegre. Bulliciosa. Tranquila. Bullanguera. Apacible. Marítima. De brisa o ventolera, como quiera el alisio que se alonga sobre Anaga».

«Una persona leal y comprometida»

El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, destacó de Galarza «ser una persona leal, comprometida con quienes tiene alrededor, una persona familiar, que transmite una confianza y cercanía que le han hecho ser no solo un hombre conocido en su ciudad, sino un profesional respetado por todos quienes han tratado con él».

El regidor municipal aseguró que el periodista «forma parte de esta estirpe de mujeres y hombres que han contribuido, con su compromiso incansable, a construir la capital que hoy disfrutamos. Aquel niño que, ya desde chico, era aficionado al Toscal, siempre El Toscal, ha sido partícipe en los últimos años de un ilusionante proyecto para dar lustre al centenario del Club Deportivo Tenerife» que hace grande a la ciudad.