Santa Cruz instalará seis sensores para controlar la calidad del aire y del ruido

La adquisición de estos aparatos de «última generación» forma parte de la implantación en el centro de la ciudad, antes de diciembre de 2023, de la Zona de Bajas Emisiones

Tráfico en Santa Cruz.

Tráfico en Santa Cruz. / Carsten W. Lauritsen

Santa Cruz contará con seis sensores de «última generación» para la medición y control de la calidad del aire y del ruido en el centro de la ciudad. Dichos elementos establecerán cuándo será necesario llevar a cabo restricciones del tráfico en el municipio.

La instalación de estos aparatos es una de las medidas incluidas en el proyecto de implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el centro de la capital, con el que el Ayuntamiento chicharrero pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de otros indicadores, así como la contaminación acústica, restringiendo el tráfico desde Méndez Núñez hasta la avenida de Anaga.

La concejala de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Evelyn Alonso, anuncia que el Consistorio ya está trabajando en la licitación para la adquisición e instalación en Santa Cruz de Tenerife de estos nuevos elementos de sensorización de calidad ambiental y ruido. La previsión es que comiencen a colocarse a partir del verano, «en el segundo semestre del año».

Alonso recuerda que la ZBE tiene su origen en la necesidad de limitar las emisiones contaminantes en la ciudad, «tanto desde el punto de vista de la calidad del aire como de la contaminación acústica». Por ello, agrega, es imprescindible contar con dichos aparatos, los cuales proporcionarán la información necesaria para la toma de decisiones. La edil indica que el Ayuntamiento destinará a la adquisición de estos seis nuevos sensores «de última generación» unos 180.000 euros.

En concreto, se instalarán por las zonas de la avenida de Anaga, Méndez Núñez, plaza del Príncipe, plaza Weyler, avenida de La Salle y al inicio de la avenida Tres de Mayo, junto a la sede de Presidencia del Gobierno de Canarias.

 Dichos sensores se sumarán a la actual red de medición de calidad del aire que existe en la capital, formada por siete estaciones, situadas en las zonas de la Piscina Municipal, Refinería, Tomé Cano, García Escámez, Tío Pino, Vuelta Los Pájaros y parque de La Granja.

Los nuevos elementos, y según explica la concejala, permitirán al Ayuntamiento controlar la calidad del aire y del ruido en la Zona de Bajas Emisiones, de manera que se pueda restringir el tráfico en la misma en función de las necesidades y del nivel de emisiones que se estén produciendo.

Evelyn Alonso manifiesta que la ZBE debe estar implantada antes de diciembre de este año, así como los aparcamientos regulados con zonas verdes (plazas para las que tendrán preferencia los residentes) y azules (plazas que favorecerán la rotación).

También a partir del verano se iniciará la instalación de los elementos de control de accesos, que serán, fundamentalmente, cámaras de lectura de las matrículas de los vehículos, según explica la edil responsable de Seguridad y Movilidad. Asimismo, añade Alonso, el Ayuntamiento «trabaja ya» en la redacción de la ordenanza específica que regulará el funcionamiento de la ZBE en el centro de la ciudad, que «vendrá acompañada de un plan de comunicación».

«A finales de 2023 tiene que estar todo instalado. Posteriormente, habrá un periodo de transición para que la ciudadanía pueda habituarse a los nuevos sistemas. Se baraja un plazo de unos tres meses para este periodo transitorio», matiza la concejala.

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