Durante los últimos meses, el Club Náutico ha atravesado una situación «complicada», que ha afectado a su vida social. Su presidente, Enrique Martínez, contra el que un grupo de socios presentó una moción de censura, ha decidido adelantar las elecciones y dejar su puesto. Se marcha, según cuenta, con la tranquilidad de contar con el apoyo de una buena parte de la sociedad y de haber tomado las decisiones correctas.
¿Qué pasa en el Real Club Náutico de Tenerife? ¿Por qué la situación es tan tensa?
Yo creo que lo que pasa es que hay un grupo de socios que difiere de mi forma de gestionar el Real Club Náutico, de mi forma de llevarlo, y quiere que haya un cambio de directiva y de presidente. Siempre he dicho que me iría cuando la sociedad no me quisiera. Y aunque es un grupo de socios el que desea que me vaya, lo mejor es adelantar las elecciones, por el bien de la sociedad.
¿Y por qué ese grupo de socios rechaza su gestión? ¿Qué es lo que ha provocado esa animadversión, hasta el punto de presentar una moción de censura, algo que no había ocurrido antes en el Club?
No lo sé exactamente, pero supongo que será por decisiones que he tomado, o que ha tomado la junta directiva, aunque no veo motivos tan importantes como para tener esas ganas de que haya un cambio de presidente y de directiva. Yo me puedo equivocar; he tenido errores, muchos, pero cuando me doy cuenta, si puedo rectificar, rectifico. Eso sí, si volviera a ser presidente, y pasados los cinco años que he pasado, yo creo que haría en gran parte lo mismo. Algunos errores sí es verdad que los corregiría. Supongo yo que será por algunas decisiones que se han tomado, pero exactamente no sé los motivos, pues siempre he defendido los intereses de la sociedad.
¿Esta crisis que ha sufrido el Club Náutico o división cuándo empieza, dónde se genera?
Esta crisis yo la detecto hace, aproximadamente, cinco meses, antes de Navidades. Es cuando este grupo de socios empieza a pedir información en secretaría, cuando me dicen que se reúnen entre ellos; es cuando veo que comienza realmente una división. ¿Cuál es el origen? Pues yo creo, como he dicho, que esto se debe a decisiones que he tomado a lo largo de mi trayectoria como presidente y con mi junta directiva, pues somos un equipo. Este grupo de socios entendía que la forma de conseguir o promover que hubiese un cambio era a través de la asamblea general para votar los presupuestos, prevista para febrero. Si no se hubieran aprobado los presupuestos del Club, posiblemente hubiesen pedido que me fuera, no lo sé. Pero, sinceramente, no entiendo ni las formas ni el porqué. En diciembre finalizaba mi mandato y yo me iba a ir. Yo mismo, cuando accedí a la presidencia hace cinco años y medio, puse un límite, de solo dos mandatos, dos de tres años. No entiendo todo esto, no entiendo las prisas. Hubiera sido más sencillo esperar hasta diciembre, pues yo me iba.
Algunos socios calificaron como una «batalla campal» lo ocurrido en la asamblea celebrada el 28 de febrero.
No fue una batalla campal, en absoluto. Lo que ocurrió es que una serie de personas me increparon, pero supongo que fue fruto de la tensión, pues el ambiente estaba muy crispado. Todo el mundo pierde los nervios alguna vez. Afortunadamente, los presupuestos salieron adelante el 20 de marzo. Para mí, era un día importante, porque el resultado de la votación sería la prueba de si contaba o no con el apoyo de la sociedad.
¿Entre las medidas que usted ha llevado a cabo durante sus años de presidencia, cuál cree que ha sido la que ha molestado tanto a ese grupo de socios?
Las decisiones más importantes tienen que ver con los monitores, al no aceptarse su inclusión en el convenio colectivo social del Club, sino en el estatal de las actividades deportivas, porque lo primero no es viable, y con la sección Náutica, en la que se actuó desde el punto de vista económico. Pero no veo que éstos sean motivos suficientes para llegar a esta situación, pues actué en defensa de los intereses de la sociedad.
Finalmente, ha tomado usted la decisión de adelantar las elecciones al 12 de junio y marcharse antes de tiempo. ¿Por qué lo ha hecho?
He tomado esta decisión porque ha habido una presión brutal. Hemos padecido, tanto mi junta directiva como yo, una presión muy, muy fuerte, afectando, incluso, a algunos miembros de manera personal y a familias. Y ha afectado también a la propia sociedad, por lo que algunos socios me pidieron que buscara la manera de terminar con esto. Yo he puesto por encima el interés del Club al mío propio. Y pensando en la sociedad y en mi junta directiva, creo que la mejor forma de recuperar la paz social es que yo dé un paso al lado y convoque elecciones anticipadas. Es cierto que llevamos ya unos 15 días muy tranquilos, que es lo que deseamos todos, y yo como presidente.
¿Le ha afectado todo este proceso personalmente?
Sí. Yo estoy acostumbrado, por mi profesión (abogado), a tener presión, pero esto pasó una línea que nunca se tendría que haber pasado, que fue entrar en el plano personal. Esto sí tiene su coste, porque afecta a tu entorno, familia y amigos. Ha habido mucho desgaste. En estos cinco años y medio, o me miró un tuerto o algo pasó, pues han sido muy duros. Pero nunca me he arrugado o asustado, ni me asusto ahora. Pero sí es verdad que en el plano personal es en el que uno debe meditar. Yo tengo fuerzas para seguir, pero me hace mucho daño que esto afecte a tercera personas. Por lo tanto, he tomado la decisión de dar este paso e irme en junio, pues debo pensar en todos.
¿Qué destaca de su gestión?
Tras cinco años y medio gestionando el Club, hemos resuelto sus principales problemas. Hemos renovado nuestras concesiones administrativas, hemos resuelto los problemas de inspección laboral y hemos superado la crisis sanitaria del covid, entre otros aspectos. Desde el punto de vista deportivo, hemos tenido campeonatos muy importantes, tanto mundiales como nacionales. Asimismo, también han destacado los actos culturales y sociales llevados a cabo. Nuestro objetivo era que la sociedad tuviese vida y creo que lo hemos conseguido. Y en el plano económico, el Club se encuentra bien, que es otro aspecto importante.
¿Dejando a un lago al grupo de socios del que usted habla, ha sentido el apoyo del resto de la sociedad del Club?
La verdad es que sí. Quiero dar gracias a toda la sociedad, incluso a ese grupo que está en contra, porque no soy rencoroso. Lo único es que creo que los problemas se resuelven hablando, yo creo que ese tendría que haber sido el camino.
¿Se arrepiente de alguna decisión que ha tomado?
No. Tomaría las mismas decisiones, porque pienso en el interés de la sociedad, para eso soy el máximo responsable por estatutos. Si pienso en el interés particular, tomaría otras. Mi objetivo era que ésta fuese una sociedad tranquila e importante para los socios y socias, y, asimismo, para la sociedad tinerfeña, y que el socio estuviese orgulloso de la misma.
¿Qué consejo le daría al próximo presidente del Club?
Le diría que estoy a su entera disposición y que le facilitaré toda la información que necesite. Le aconsejaría que se rodee de personas con conocimiento y sentido común, porque hay temas importantes y complicados. Las decisiones deben ser meditadas y estudiadas, pues esta sociedad es muy compleja. También le deseo toda la suerte del mundo, porque es muy difícil llevar y gestionar una sociedad como ésta.
¿Es cierto que le han ofrecido formar parte de la vida política de la capital chicharrera?
Se han dicho muchas cosas, incluso, que yo iba a ser candidato a la Alcaldía, pero eso no es cierto. Lo que sí es verdad es que dos representantes de dos partidos diferentes se pudieron en contacto conmigo hace unos diez meses, pero ahí quedó la conversación. Yo contesté que tenía que pensármelo mucho, porque tenía este cargo en el Club y mi trabajo. Además, mi mujer no quiere que me meta en política (sonríe).
¿Cómo ve el futuro?
A corto plazo, quiero dejar el Club lo mejor posible y dedicarme a mi familia, a mi trabajo, que tengo bastante, a mis amigos, a mí mismo, y, sobre todo, a desconectar en la medida que sea posible. Y a medio plazo, todo está abierto, ya se verá y veré.