Día de Reyes

Santa Cruz recibe a los Reyes Magos con una sobresaliente cabalgata

Las carrozas de luces, con música y personajes infantiles protagonizaron un sensacional cortejo entre animales inflables y comparsas con fantasías ‘navideñas’

Humberto Gonar

Humberto Gonar

El director artístico de la programación navideña, Javier Caraballero, puede presumir de haber dado la vuelta en siete años –dos de ellos marcados por la incidencia del covid– a la Cabalgata de los Reyes Magos. Anoche, la capital presumió de un sensacional desfile gracias a las doce carrozas de luces, con música y personajes infantiles que se alternaron entre decenas de elementos inflables y articulados que tomaron el testigo a los gigantes y cabezudos de antaño, mientras las comparsas y los grupos coreográficos lucieron una exquisita y cuidadas fantasías alegóricas a la cita, como coronas de Reyes, sobres de las cartas a Sus Majestades, árboles de Navidad... 

Con mucho, la Cabalgata que volvió a recorrer las calles del corazón de Santa Cruz tres años después de la última vez eclipsó al espectáculo organizado en el estadio Heliodoro Rodríguez López para agasajar a los Reyes Magos, algo que tampoco era muy complicado porque la megafonía del recinto deportivo parecía jugar en contra de los locales, y los 17.500 espectadores casi tenían que adivinar los diálogos del tercer y último capítulo de la trilogía que representó la compañía Timaginas Teatro bajo el título de La Fábrica de Babayán. Suerte que los argumentos a los que están acostumbrado el público se repite y ya es escuchar «¿quién viene hoy» y la grada comienza a corear «los Reyes Magos», o cuando ven a los carboneros retirar los regalos del césped, momento en el que padres y pequeños comienzan a silbar y gritar «¡fuera, fuera». Para el próximo año, en la carta a Sus Majestades, no estaría de más incluir un sonido en condiciones.

La principal novedad, con mucho, es el regreso a la normalidad. El reencuentro de las familias con Sus Majestades de Oriente en el estadio después de dos ediciones condicionadas por las limitaciones sanitarias que obligaban el distanciamiento social y, por ende, obligaron a sustituir el acto de recibimiento en el Heliodoro por programas que se emitieron por televisión.

De ahí que el reencuentro con los Reyes Magos en el estadio ya de por sí fue toda una novelería. Desde las tres y media de la tarde los aledaños del Rodríguez López eran un trajín de público, con un ambientazo propio de los encuentros más multitudinario del CD Tenerife. Una hora después, las gradas del estadio estaban llenas y eso a pesar de que desde la propia organización se confirmó que había 17.500 espectadores, incluso medio millar menos de las entradas que se vendieron a dos euros y cuya recaudación irá a parar a ONG que desarrollan programas de apoyo a los niños.

Regreso al estadio

Nada más marcar el reloj del estado las cinco de la tarde, al césped del Rodríguez López salieron más de setecientos componentes de los grupos coreográficos En Paralelo Danza, Crew of Dreams, Loli Pérez, Latin Salsa, Tenerife Dance Proyect, Rebeca García, Onys, Ballet Dance, Funkiguachi, Crazy Dancer, Ibaute y Moana.

Javier Caraballero se hizo un 360; o sea, trabajó para que el público de todo estadio, con independencia de que estuviera en la grada de gol o en Herradura, pudiera disfrutar de la actuación, con la complejidad que eso supone cuando en el centro de juego era donde Balto y Zenda, junto a sus hijas Matilda, Giorgina y Martina intentaron pelear contra la megafonía que se le resistía e intentar hacerse escuchar.

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personas disfrutaron del espectáculo que volvió al Rodríguez López, después de tres años por la incidencia del covid

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carrozas dieron espectacularidad a la Cabalgata de Sus Majestades

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hogares de familias vulnerables reciben a los Reyes

Entre acto y acto, canciones y bailes de los grupos coreográficos que rompían el esfuerzo de un sonido que no llegaba, pero las actuaciones de los setecientos participantes que llenaron el perímetro del césped logró animar las gradas del Heliodoro.

Del diálogo, a penas se entendió; pero fue lo justo y necesario cuando se entendió ¿quién viene esta noche? y luego, cuando los niños gritaron para que los carboneros no les quitaran los regalos que estaban en el césped. Por suerte para el espectáculo, ya se aproximaban las seis de la tarde y se comenzó a escuchar en la lejanía la llegada del helicóptero. Primera pasara. El aparato aparece sobre el marcador del estadio. El público infantil, y casi más sus acompañantes mayores, se vinieron arriba. Gritos. Manos arriba. Manos que cogían las caras de los pequeños para que apuntaran con sus ojos por donde llegaban los Reyes en helicóptero. ¡Tres años! ¡Tres años que no se veía esta escena en el Rodríguez López!. El helicóptero de Sus Majestades de Oriente parece recrearse en su primer pase desde Herradura a Grada de Gol, con un público entregado.

Los setecientos bailarines de los grupos coreográficos hacen un paseíllo; la compañía Timaginas Teatro se dispone a marcar el colofón a su cuento de Reyes y... ¡segunda y última pasada del helicóptero!, esta vez en sentido inverso, desde la Grada de Gol a Herradura. Ni que decir tiene que los espectadores estaban a mil, con gritos y aplausos a Sus Majestades de Oriente.

Los Reyes Magos visitan el Parlamento de Canarias

El Día

Ya en la recta final de la puesta en escena de la Fábrica de Babayán, los Reyes Magos aparecieron en vehículos de lujo sobre el césped, lo que sugirió a más de una madre la idea de que en el Portal de Belén del próximo año reemplazar los camellos con este tipo de coches de lujo... 

Ya en el centro del terreno de juego, Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron la bienvenida del alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, y del concejal de Fiestas, Alfonso Cabello. El regidor municipal la entregó la llave mágica que abre todos los hogares de la capital. 

Junto a las dos pasaditas del helicóptero, que dejó con el desconsuelo de los mayores de revivir en el momento en el que aterrizaban sobre el césped –algo ahora impensable por las estrictas medidas de seguridad–, con la finalización del espectáculo llegó lo mejor del acto: el reencuentro con los Reyes Magos de Oriente que dieron la vuelta por el perímetro del terreno de juego saludando a cuantos fueron a su encuentro.

Para Miguel, Anaga, Aurora, Matías, Belén, Lukas, Theo..., miembros de la generación de la mascarilla, que abarca a los recién nacidos de hace cinco o seis años –aquella que vió por televisión la llegada de Sus Majestades al estadio los dos años anteriores, al igual que ocurrió cuando pasaron a velocidad en las cinco cabalgatas que recorrieron entonces sus barrios–, fue la primera vez que vivían en primera persona el agasajado a los Reyes Magos en el estadio. Sus caras era un poema. Primero le gritaban. ¡Melchor!, luego cuando el rey mago se le acercaba a saludarlo, parecía que la lengua se la había comido el gato, mientras los ojos se les salían de las órbitas por la emoción.

Los Reyes Magos llegan al estadio Heliodoro Rodríguez López

El Día

Apenas pasó media hora hasta que comenzó la Cabalgata anunciadora. Cada uno la cuenta según el sitio desde donde la vio; en este caso la crónica se realiza a la altura de la plaza de Duggi, junto al colegio San Fernando, por donde discurrió, tal vez a la medida de Televisión Canaria que la emitió en directo, de forma dinámica, si bien en la calle del Pilar algunos recriminaron que tras el paso inaugural del desfile que se marcó la Banda Municipal de Música de Santa Cruz siguiera un vacío eterno. Hasta el punto que en algún momento algunos corearon: "¡Que pasen los Reyes!". Pero más allá de ese momento, todo fue a pedir de boca.

Una cabalgata de lujo

Los integrantes de la Banda de Música, a su paso por el parque García Sanabria, por donde se había habilitado una zona especial sin ruido, sacaron un cartel en el que hacían constar que no tocaban para respetar esas indicaciones en deferencia al público para el que se había limitado el lugar.

La Cabalgata de Reyes fue una exhibición de gusto y buen hacer desde la dirección Javier Caraballero a todo el equipo que peleó para evitar los vacíos. Junto al concepto artístico, que cambió los disfraces de Carnaval de los grupos por fantasías cuidadas alegóricas con la Navidad según diseño de Leo Martínez, llamó la atención las docena de carrozas, todas con luces, personajes infantiles, como la dedicada a la temática de Pinocho o la sensacional plataforma móvil de Hiperdino. Eso sí, en el desfile de anoche hubo más coronas de papel que caramelos, que parecían contados, no así en el caso de los pajes de Baltasar, los más generosos.

La Cabalgata arrancó con la Banda Municipal de Música, a la que se le echó de menos tal vez algún villancico más animado, para seguir con la Policía motorizada, de la que Fernando Campomar, histórico carnavalero, le dijo a sus cuatro nietos, componentes de la murga infantil Redoblones, que eran Los hombres de Harrelson, el referencia a la serie de los años setenta. Luego desfilaron los integrantes de la comparsa Río Orinoco, vestidos de soldaditos de plomo; sorprendió la carroza musical de Ni 1 Pelo de Tonto, a ritmo de rock, que dio paso a unos insectos articulados, luego Los Joroperos bailaron enfundados en coronas luminosas, mientras Cariocas lucían un traje de carta de Reyes, personajes Disney, caballos inflables, Danzarines con copos de nieve, osos polares, cisnes inflables, Tabajaras con cartas de reyes, payasos gigantes para dar paso a las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar, que se identificaban con una estrella de Belén cada uno en una sucesión de personajes y Rumberos, con bolas de Navidad; Abenaura, de Hadas; Tropicana infantil con los carboneros y cerrando, los Bomberos, con sus camiones con las sirenas activadas y una legión de niños en sus carros que dieron forma a una Cabalgata de Reyes como pocas se han celebrado en Santa Cruz.