Centros infantiles Mimitos, La Ballena, Oso Mimoso, El Jardín y Nanín asistieron a la inauguración al ritmo de ‘Feliz Navidad’ que interpretó un quinteto de la Banda Municipal de Música.

La sede del Ayuntamiento chicharrero acoge desde ayer un belén con mucha historia, gracias al magisterio y el arte del creador grancanario Fernando Benítez que une en el mismo marco dos acontecimientos históricos: el nacimiento del Niño Jesús y la Gesta del 25 de Julio de 1797, cuando Tenerife derrotó al almirante inglés Horacio Nelson.

La inauguración del Belén instalado en las escaleras de las Casas Consistoriales contó con la presencia de los niños de los centros infantiles Mimitos, La Ballena, Oso Mimoso, El Jardín y Nanín, mientras un quinteto de la Banda Municipal de Música de Santa Cruz interpretó villancicos clásicos como «Noche de Paz», «Feliz Navidad» y «Lo Divino», con representantes de la corporación, con el alcalde al frente, actuando de anfitriones. Destacó la entrega de la concejala de IMAS, Rosario González, quien sembró en los pequeños el vértigo de la Navidad, al interactuar con los pequeños y recordarle que ya llega la Navidad y vienen los Reyes Magos, para alegría de los niños.

El autor del Belén de La Gesta, Fernando Benítez, natural de Moya, en Gran Canaria, recordó que lleva más de 30 años dedicado a este arte que heredó de su madre. La infancia de Fernando Benítez, nacido en 1967 en Moya, le ha marcado incluso su dedicación profesional, pues se mantiene como artesano y referente de los belenes que ha realizado para numerosas administraciones y empresas, destacando su participación con el Belén desde la óptica de «El pueblo de Néstor», que hizo para una cadena comercial; luego vino su colaboración con el Cabildo y durante una docena de años con el Parlamento canario. «Sin darme cuenta, la vida me llevó a esto», reconoce Fernando, que asegura que «nació para esto», si bien tiene casi finalizada su carrera de Derecho. 

«Mi infancia estaba marcada por muy pocas cosas, como jugar en la acequia, al fútbol, al escondite por la noche... y la Navidad, que no existía o que hay ahora, como estos encendidos monumentales. Se veía a Papá Noel en una lata de galleta por fuera, pero no era canario; de resto, la costumbre era ir a ver los escaparates de los negocios», comenta. 

En el inicio de su pasión por los belenes, Fernando Benítez recuerda las primeras figuras que le compraba su madre en una tienda del pueblo, que eran plásticas de la casa Óliver, «que eran de lo más corriente que había, pero yo con aquello ya era feliz. Luego comenzamos con un establecimiento especializado en figuras de Belén en la calle Peregrina, en Las Palmas de Gran Canaria».

«El Belén de Santa Cruz atiende al interés del ayuntamiento a que narrara la Gesta histórica. Sabía de la recreación del 26 de Julio de 1797, hasta que me hicieron el encargo y me lo estudié», cuenta el belenista. Se trata de una representación que se ha elaborado para la capital desde cero, con la peculiaridad de que está en la escalera, con la dificultad de entarimar, para que tenga la perspectiva y sea redondo, advierte el artesano. «Me inspiré callejeando por Santa Cruz, viendo el resto de edificios que quedaban; la calle Candelaria y también La Noria. Me sorprende que La Concepción es el punto vigía de la ciudad que se ve desde cualquier sitio; una torres esbelta que no podía faltar en el nacimiento».

«Aquí se ven personajes no sólo de la etapa de Nelson sino de finales del siglo XIX, con las tabernas, cuando se servía en la calle, o las lecheras de Tacoronte, afiladores de cuchillo... toda esa vía urbana que me imagino, sin más referencia histórica que la que yo me hago».

Entre las escenas, la armada inglesa socorriendo a Horacio Nelson, con el fragor de la batalla de la escuadra británica con Anaga de fondo, y a escasos metros del nacimiento que se representa en la calle de La Candelaria de 1797. «Sé que este Belén va a despertar alabanzas y críticas porque la gente no va a entender qué hace la arma inglesa al lado del nacimiento, pero un nacimiento también es fantasía y todo depende que se explique de la manera adecuada. Es mucho más de un pastorcillo que va a Belén», explica este artesano belenista.