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Castañas, un artículo de lujo este año

Fiel a la tradición que heredó hace más de setenta años –primero con su abuelo y luego con su padre–, Domingo Negrín vuelve a instalar su puesto junto a la plaza de toros

Domingo, tercera generación de los Negrín. Carsten W. Lauritsen

«Montar el puesto no es un negocio para mí, sino cumplir con la tradición, con la cantidad de clientes y vecinos que siempre nos reciben con los brazos abiertos», explica Domingo Negrín, que agradece la segunda oportunidad que le brindó el área de Patrimonio que dirige Juan José Martínez para formalizar los trámites y abrir, máxime en una campaña muy difícil por los precios y un bicho que hace estragos en el fruto.

Castañas Negrín vuelve a la carga como es costumbre en su familia desde 1950, cuando Domingo Negrín Herrera se convirtió en el primer vendedor en la capital. Por aquella fecha se valía de un carro con ruedas que me permitía pulular por toda la ciudad hasta que recaló en la confluencia de la calle Serrano, en la avenida de Las Asuncionistas y de forma circunstancial estuvo también en las proximidades del puente del mercado Nuestra Señora de África para sortear las obras que se ejecutaban en las ramblas de Santa Cruz.

Natural de Barrio de La Alegría, donde nació en 1979, Domingo Negrín es la tercera generación de su familia que se dedica a tostar castañas y venderlas desde hace diecinueve años, cuando abrió ya en solitario junto a la plaza de toros, siguiendo la estela de su abuelo, con el que se inició, y luego de su padre, quien falleció hace casi un año. Aunque esta edición a punto estuvo de quedarse sin montar su puesto –asegura que hasta ahora el ayuntamiento no convocaba plazos–, finalmente la Concejalía de Patrimonio Municipal que dirige el nacionalista Juan José Martínez sacó una segunda convocatoria –en total ofertó diecisiete puestos– y Domingo ya está tostando castañas junto a la plaza de toros.

La madre de Domingo Negrín en el puesto de la Plaza de Toros. Carsten W. Lauritsen

Admite que esta campaña es especialmente dura para afrontar esta actividad que para él no es un negocio, sino que lleva en la sangre esta tradición. «Los precios se han disparado: solo te pongo un ejemplo, el carbón cuesta el triple de lo que valía el año pasado, y no es un material que tu puedas recuperar, sino que desde que prendes ya tiras para adelante, tengas buena o mala tarde». El incremento en su materia prima es la tónica habitual, pues también el precio de los folios que utiliza para acondicionarlos en forma de conos se ha duplicado. «Entiendo a quienes se quejan que por un euro le vendemos diez castañas, pero es que los precios se han incrementado». A esto se suma el bicho que ha afectado en esta zafra al castañero por lo que junto al fruto que recolecta en su finca de La Esperanza, haya tenido que comprar también a otros agricultores. «Eso sí, nuestro producto es de la tierra y de calidad», asegura, para añadir que descartan tostar castañas de la Península porque son más secas. Además, tiene el añadido del control de calidad por la que pasan: las manos de su esposa, Ana María Domínguez, que lo acompaña en la venta de las castañas desde hace 19 años, incluso cuando estaba embarazada de su hija Carla Negrín, la cuarta generación. «Ella nos ayuda, pero yo primero le digo que lo que tiene que hacer es estudiar y formarse», aunque a ella le gusta vender como a su madre. «Pero primero que estudie», para explicar que acude algunas tardes y ayuda, como su abuela, que cubre la ausencia de Ana María, que de lunes a jueves trabaja en una finca vacacional y cuando puede vende algunas ciruelas. Domingo, en paro, se encarga de la casa y la familia, y tira para adelante de este puesto que al día puede vender unos 50 kilos de castañas en cucuruchos de papel. «Piensa que de cada cien kilos mi mujer le hace un corte una a una para que no revienten al tostarlas y puede descartar unos treinta kilos».

«Nosotros estamos abiertos hasta el 22 de diciembre, porque las castañas desde que las coges te aguantan seis o siete días; eso sí, esto es un producto de calidad».

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