Como un producto complementario, Anaga comercializará café cuando culmine la fase de recuperación de este cultivo, cuyo origen se remonta en esta zona a hace más de dos siglos. Será un café selecto, de serie oro, que no solo se cultivará y envasará en esta zona, sino que contribuirá a consolidar un turismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente y reportará sus beneficios a la economía ecológica del lugar.
Entre tres y cinco años tardará aún para que usted pueda disfrutar del café con aroma de Anaga, cuando se prevé que ya se inicie el proceso de producción y comercialización de las entre tres mil y cinco mil matas de café que tiene preparadas tiene preparadas el área de Extensión Agrícola del Cabildo de Tenerife y que se procederán a plantar desde enero a marzo del próximo año.
No se trata de un cultivo invasor ni ajeno al parque rural, según explica Andrés Hernández Baute (de la Finca Lomo El Pino), uno de los tres promotores iniciadores de la experiencia junto a Jose, de la Finca El Huertecillo, y Tomás, de La Finca La Quinta. Este agricultor afirma que el café en la Reserva de la Biosfera de Anaga parte como un cultivo complementario, más allá a los tradicionales mangos, papas, calabazas, limoneros y naranjos. Persigue las características de un café selecto de forma que el producto sea otro atractivo para el turismo, tomando como referencia la labor que se ha desarrollado desde hace dos décadas en Agaete, hasta donde han cursado visitas con técnicos de extensión agraria para ver tanto la producción como la aceptación de la iniciativa.
«El café contribuye a mejorar la economía local, tanto las rentas como la consolidación de puestos de trabajo, y hasta fija a la población de los lugares donde se produce su comercialización como una apuesta por el turismo y la economía sostenible y respetuosa con el medio ambiente», explica Andrés Hernández.
El proyecto cuenta con la implicación del Cabildo de Tenerife, del parque rural y la reserva de la biosfera
Entre los atractivos, destaca que el café es una planta que no requiere mucha mano de obra, como puede ocurrir con los limoneros, olivos, magos o naranjos, que precisan de más logística. Así ha quedado de manifiesto durante esas visitas a Agaete, en Gran Canaria, donde han conocido el proceso de producción completa, desde el cultivo hasta el tostado y el posterior envasado.
Cuando se le plantea si Anaga ahora apostará por un tipo de cultura inédita en el parque rural, Andrés niega la mayor. «En Anaga siempre ha habido café gracias, precisamente, a la experiencia que hace más de dos siglos se llevó a acabo –tanto en Agaete como en el parque rural– desde el Jardín Botánico de la Villa de La Orotava, en una etapa en la que se apostó por la caña de azúcar porque parecía más rentable». De hecho, el café se ha mantenido como cultivo en los bordes de las huertas, con la gran diferencia de que ahora el objetivo es la apuesta por un producto de calidad, no para autoconsumo, sino para el turismo, lo que llama serie oro.
Visto el modelo de Agaete, en las varias visitas que han cursado a Gran Canaria, estos agricultores no tienen dudas: «Hay que copiar lo que funciona», lo que les motiva a abrir mercado en Tenerife sin que suponga entrar en competencia, sino cada uno con sus peculiaridades. De ahí que, con el decidido apoyo de la Concejalía de Agricultura del Cabildo de Tenerife, ya estén preparadas entre tres y cinco mil matas que se plantarán desde enero en el parque rural de Anaga, reserva de la biosfera.
La colaboración de las administraciones públicas es vital en el aprovechamiento de agua de cultivo
Para ello, los promotores pusieron en marcha la asociación Agroanaga, a la que pertenecen en la actualidad más de una veintena de agricultores que ha trasladado su deseo de poner en marcha el cultivo del café. También se avanzan en la colaboración con una ONG ca fin de implicarla en este proyecto. De hecho, en campañas anteriores ya se ha trabajado de forma conjunta entre agricultores y la referida ONG para no tirar el excedente de los cultivos, sino entregarlos y repartirlos entre el sector de la población con más necesidades y evitar que el alimento acabe en la basura.
Con la colaboración de Extensión Agraria del Cabildo, pone en valor Andrés Hernández, ahora las matas de café serán distribuidas entre la veintena larga de agricultores que quieren sumarse a la experiencia, lo que permitirá extender los cultivos que serán complementarios por el Valle de San Andrés, Taganana, Almáciga, Punta de Anaga e Igueste San Andrés.
Respeto máximo
Una de las claves para que prospere el cultivo del café es que, junto a las administraciones públicas que ya trabajan codo con codo con los miembros de Agoanaga, se sumen otras y, en particular, se garanticen las infraestructuras para el aprovechamiento del agua y su distribribución por el parque rural. A Andrés Hernández no le pasa desapercibido que hay tres meses de la época estival que son muy duros y que se podrían remontar sin suprimir ninguna cuenta natural. De ahí la necesidad de contar con el respaldo de todas las administraciones para aprovechar el excedente de agua que se registra en la época más abundante, siendo fundamental un depósito de almacenaje y la distribución para garantizar el riego. Para hacer posible estos dos últimos objetivos, ya se han gestionado, ante la Agencia de Extensión Agraria, las correspondientes subvenciones que permitan la consecución de fondos que permitan garantizar el agua para el cultivo de los cafetales.
En paralelo, se avanza en la cesión de una construcción que permitirá la instalación de la maquinaria necesaria para culminar el proceso de producción, tales como la puesta en marcha de una molienda y tostadora, una deshidratadora –que también se podría emplear en otros cultivos, como con los excedentes de aguacates–, así como una empaquetadora, con un uso más amplio.
Andrés Hernández Baute recuerda que desde que en el primer trimestre el próximo año se proceda a la plantación de las matas de café deberán transcurrir entre tres y cinco años para proceder a la comercialización. «La gente piensa que es plantarlo y ya está. La papa y la verdura tarda tres meses, la batata hasta ocho meses y los frutales, tres y cinco años», precisa este agricultor.
Desde 1799
El centro de transformación de café Agoanaga es un proyecto que cuenta con el correspondiente estudio especializado elaborado por Javier Moreno Pérez, quien asegura que, según las fuentes documentales, «la existencia de café en Canarias se remonta a 1799, cuando Viera y Clavijo, en su Diccionario de Historial Natural de las Islas Canarias, escribe sobre el café: En Tenerife han prosperado, de algunos años a esta parte, muchos pies, no dejando duda de que el clima les es favorable». El cultivo de café quedó arraigado en Canarias a finales del siglo XIX, cuando incluso lograron premios en la Exposición Universal de París, celebrada en 1878, los llegados de Agaete y de Santa Cruz de La Palma.
Desde que en 2021 se inicia el proyecto de recuperación y revalorización del cultivo del café se han comprobado que en los barrancos de San Andrés, Igueste y Anaga perduran cafetales antiguos con unas características muy singulares y que son ejemplares únicos. De estas prospecciones se ha procedido a la recolección de frutos, obteniendo trece muestras de estos ejemplares, según recoge Javier Moreno Pérez en su memoria técnica. Dichas muestras se han procesado y conservado para obtener una colección de semillas que permita la conservación de las variedades, además de iniciar un proceso de germinación a través de viveros certificados.
A partir de ahí, cursaron visitas a fincas de la zona, prospectando los terrenos objeto de las plantaciones de café, tomando muestras de agua y suelo y recogiendo las preocupaciones de los agricultores, mientras que en mayo desarrollaron las primeras jornadas técnicas del cultivo de café en Tenerife con cuantos se sumarán a la recuperación y expansión del cultivo en Anaga, utilizando la especie Coffea arabica L, lo que redundará en beneficio de la población y de las fincas donde se cultivarán a partir de enero.
