El Almacén Ventoso, edificio emblemático en la historia de la reparación y construcción naval del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, volverá a acoger actividades vinculadas a dichos trabajos pero desde una perspectiva más didáctica, cultural e histórica, aunque siempre igual de importante para seguir acercando, como ya lo hizo en sus orígenes, el puerto a la ciudad.

El emblemático edificio Almacén Ventoso, en las instalaciones de Puertos de Tenerife. | | E.D.

Si todo avanza sobre la planificación prevista, en 2023 se iniciarán los trabajos de adaptación del edificio para albergar el futuro Centro de Interpretación Muelle Norte-Correíllo La Palma, proyecto que pretende recuperar en su entorno original la historia de esta importante actividad del puerto chicharrero que desde mediados del siglo XIX dio a Tenerife una posición relevante en el contexto portuario nacional.

De la mano de la Fundación Correíllo La Palma, el objetivo de la iniciativa no es otro que mantener viva la historia y recuerdo de estos servicios, que hace dos siglos ya conectaban no solo el puerto con la ciudad y además permitieron la conexión marítima con el resto de las Islas. Es en este último aspecto donde surge el papel de los vapores correos insulares, y concretamente del Correíllo La Palma coetáneo del Titanic y actualmente sometido a trabajos de restauración y rehabilitación en el puerto tinerfeño.

El ‘Correíllo La Palma’

El Correíllo La Palma es el único superviviente de esta familia de buques que desde finales del siglo XIX y hasta principios de los 80 del siglo XX cubrieron las líneas de transporte marítimo interinsular entre las Islas Canarias, transportando pasaje, carga y correspondencia. Serán así dos los testigos, bienes tangibles de esta historia, sobre los que pivotará el proyecto en desarrollo que cuenta con el apoyo y colaboración de la propia Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, propietaria del local que el Cabildo de Tenerife gestionará en términos de concesión administrativa. La corporación insular, propietaria del Correíllo, ha sido quien ha solicitado el local a través del área de Carreteras, Movilidad, Innovación y Cultura al frente de la que se encuentra el consejero Enrique Arriaga.

También el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife forma parte de esta iniciativa, como patrono de la Fundación Correíllo La Palma, dotándola de una importante ayuda económica que impulsará su ejecución. Carlos González, presidente de Puertos de Tenerife, entidad benefactora del Correíllo La Palma, asegura que «recuperar el patrimonio histórico-artístico es una de las vías de gestión establecidas para que nuestros puertos se abran al ciudadano, lo que además nos permitirá poner en valor este entorno portuario, lo que significó en la historia del Puerto de Santa Cruz».

Proyecto

En base al proyecto redactado se prevé que el edificio cuente inicialmente con dos salas, una configurada como museo interactivo y otra de exposiciones en la que el ciudadano y turista que lo visite conozca y disfrute de piezas de interés histórico marítimo-portuario, así como de todo tipo de datos sobre la historia de los varaderos del puerto de Santa Cruz de Tenerife, de la actividad de los carpinteros de ribera y su vinculación con el desarrollo de la capital tinerfeña. También podría acoger parte del patrimonio histórico propiedad de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, aspecto este que aún se debe perfilar.

Para Juan Pedro Morales Chacón, presidente de la Fundación Correíllo La Palma, «la materialización de este proyecto nos permitirá exponer en tierra el conocimiento recopilado y directamente vinculado al Correíllo». «De hecho ya estamos barajando el contenido de la primera exposición que además tendrá carácter itinerante», matiza.

El enclave ideal

El Almacén Ventoso formaba parte de los varaderos de la Junta de Obras del Puerto que estuvieron en funcionamiento desde 1919 hasta prácticamente finales de 1960, cuando fueron absorbidos por las necesarias obras de modernización y ampliación de la instalación portuaria. Conocido en fechas recientes como El Musa o el A Bordo, originariamente acogía a los carpinteros de ribera y operarios vinculados a los trabajos de reparación naval, desde calafates a buzos o marineros en una actividad que progresivamente iba a más.

Y es que el puerto de Santa Cruz de Tenerife era la última escala de las naves que viajaban rumbo a África, América y el Pacífico, y arribaban para repostar agua, alimentos frescos, para descanso de la tripulación y, obviamente, para arreglar cualquier daño habido en la nave antes de reiniciar la travesía.

Pero no solo se reparaban buques, también se construían. Desde antiguas embarcaciones de vela, bergantines, goletas y principalmente pailebots, balandros, gabarras y remolcadores, fueron construidos en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Como muestra palpable de esta realidad encontramos conservada en Muelle Norte, a muy pocos metros del Ventoso, la falúa de prácticos nº1, construida en los varaderos de la Junta de Obras del Puerto en 1945.

Cicop

Esta importante iniciativa será objeto de exposición el próximo 19 de noviembre en el XXII Simposio de Centros Históricos y Patrimonio Cultural de Canarias (Cicop), que se celebrará en Santa Cruz de Tenerife. Bajo la denominación Patrimonio y Paisaje de la Ciudad Litoral, habrá un módulo dedicado al patrimonio inmaterial e industrial, donde será protagonista el Correíllo La Palma, concluyendo con la visita guiada de los participantes a este histórico buque.