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Barrio a barrio | Roque Negro/Afur

Vecinos de Anaga denuncian la pérdida de cosechas de nuevo por la falta de agua

En verano aumenta el consumo y no hay caudal en el barranco para que los residentes rieguen

Acceso desde la carretera insular a los caseríos de Roque Negro y Afur, en Anaga. María Pisaca

Vecinos del interior de Anaga lamentan la pérdida de sus cosechas por tercer año consecutivo por la falta de caudal de agua en la galería de Roque Negro. Según explican los dirigentes vecinales, «no corre ni gota de agua y no podemos regar los cultivos». Los residentes recuerdan que el 1 de agosto de 1961 se suscribió un acuerdo para la puesta en marcha de la galería de Roque Negro que garantizaba a los vecinos diez pipas por hora a los residentes en la zona.

En los tres últimos años ha mermado el caudal hasta el punto de que no pueden regar sus producciones agrícolas. La situación se remonta al inicio de la década de los años sesenta, antes de que llegara la luz a los caseríos de Afur y Roque Negro.

Compensación desde 1961

Los residentes en dicha zona aportan un contrato que se remonta al 1 de agosto de 1961 y que suscribe el entonces concejal del distrito ocho de Santa Cruz, Ernesto Díaz Pérez, así como los alcaldes pedáneos de Roque Negro, Jacinto González Izquierdo, y por Afur, Domingo Alonso Rojas, participando en representación de Emmasa el que fuera aparejador-jefe de Emmasa, Manón Trujillo López. En el escrito se garantiza la entrega a los vecinos de ambos pagos de diez pipas por hora procedentes de la galería Catalanes-Roque Negro.

En el documento se precisa que «para dicho fin se procedió previamente a la apertura de un hueco suficiente para poder penetrar en la galería de referencia en el muro que tapa la boca de la misma por el costado Norte», en la zona de Roque Negro.

«Una vez efectuado este, se procedió a rectificar el módulo colocado al efecto en el colector de la galería, haciendo salir al exterior un caudal de agua equivalente a las diez pipas por hora».

Malestar vecinal

José Iván Rodríguez, de la Asociación de Vecinos Rurales del Macizo del Interior de Anaga, hace suya la protesta de los residentes en la zona al asegura que «ya con tres las cosechas que hemos perdido porque aquí no sale ni la meada de un gato», comenta con sorna para lamentar el escaso caudal de agua que llega a sus propiedades.

«Es verdad que ahora no llueve como antes y sufrimos la sequía», explica el referido dirigente vecinal, que también advierte de que «antes eran cien los agricultores que cultivaban el campo y ahora no queda ni la cuarta parte. ¡Imagínate qué ilusión pueden tener los jóvenes para mantener las producciones agrícolas cuando ven que no tienen agua y lo pierden todo», añade José Iván Rodríguez.

En los mismos términos se explica el presidente de la Asociación de Vecinos Roque Negro, Andrés González, también propietario de un terreno en la zona de La Hoya. «Hemos perdido las cosechas de habichuelas, así como los tomates que teníamos plantados. Hemos perdido las cebollas, las coles y los bubangos porque ha menguado el caudal de agua».

El portavoz vecinal asegura que cuando ha solicitado información sobre la situación, las respuestas se refieren a que «el contrato de 1961 que garantiza las diez pipas de agua por hora está vencido... pero mientras no presenten uno nuevo, el que está en vigor es ese», advierte, para insistir en que desde la galería de Roque Negro se atiende el servicio desde Taganana a Roque Negro, Catalanes o Casas de la Cumbre.

Lalo, otro de los vecinos de Roque Negro, también muestra su desaliento porque ha perdido la cosecha de este año. «El martes volví a pasar y el charco estaba seco y todo seco, y lleva así más de dos semanas». Este residente del interior de Anaga se lamenta porque «encima coincide con que no hay ni gota justo poco antes de que empiece a pegar el calor», comenta en referencia a las altas temperaturas de los últimos días.

No oculta su indignación porque la falta de agua ha acabado con sus bubangueros, los pimientos de Padrón e italianos que tenía plantados, así como las habichuelas y unos tomateros. Con sorna, comenta: «Habrá que ver qué cantimploras llevan los duendes para que desaparezca justo el agua que sale debajo de la galería», si bien insiste en que no volverá a plantar hasta tener plenas garantías de que contará con agua en la zona, para lamentar la pérdida de estos productos con los que abastecer su hogar.

Más demanda en verano

La concejala de Anaga, Inmaculada Fuentes, ha gestionado el malestar y la inquietud de los vecinos del interior del Parque Rural, y comparte los datos de la empresa Emmasa, que precisa que la galería da cobertura de Almáciga a Benijo, Roque Negro y Afur.

Inmaculada Fuentes precisa que en invierno no existe la misma demanda de agua que en verano, que es cuando los residentes advierten la carencia y, como es el caso, denuncia la pérdida por tercer año de sus cosechas. «La empresa busca soluciones, pero hay menos agua», explica la concejala de zona, para referirse a que Emmasa siempre facilita las instalaciones de contadores para uso agrícola, como ocurrió en el último año con dos producciones, una agrícola y otra ganadera, en las zonas de Benijo y El Draguillo, si bien advirtió de la necesidad de cumplimentar los requisitos que establece la compañía, que pasan por la preceptiva licencia.

El concejal de Servicios Públicos, de la que depende Emmasa, el popular Carlos Tarife, explica que «el problema de la galería de Roque Negro se da en verano. Normalmente en invierno los consumos en la zona son menores que el caudal de la galería y el exceso se va al barranco y lo usan los vecinos para regar. En esta época aumenta el consumo y no hay caudal en el barranco y de ahí que se den las quejas».

Las fuentes consultadas explican que la situación se debe al incremento de consumo en verano, para recordar que esta incidencia no ocurre en el período estival. Un portavoz de Emmasa asegura que la empresa no tiene nada que ver con el agua agrícola, competencia que corresponde a Balten, según la misma fuente, si bien el Cabildo dice que no tiene nada que ver.

Luz desde Afur

La presidenta de la Asociación de Vecinos de Afur, Goya Alonso, admite que hay falta de agua en la zona, especialmente en la época de verano, y recuerda que fue en agosto de 1961 cuando se fijó un acuerdo con Emmasa para garantizar diez pipas por hora para los vecinos, y precisa: «cinco para los de Roque Negro y otras tantas para los de Afur», si bien en los últimos tiempos «las charcas de Roque Negro están tapadas y no llega ni gota a los vecinos de Afur».

Goya Alonso recuerda que el acuerdo para garantizar el agua a los residentes de esta zona se firmó antes de que llegara la luz –hito que se logró en 1970–, y se mantuvo el suministro del agua gratis a Roque Negro y Afur hasta hace veinte años, cuando se pusieron en marcha los contadores, cuando se dio a elegir a quienes querían que el suministro les llegara a su casa o aquellos que preferían que siguiera por el barranco.

Es ahí donde se establece la distinción entre el suministro entre consumo doméstico y agrícola. «Yo tengo claro que prefiero que no me falte el agua en mi casa». «Creo que lo oportuno es pedir una reunión al gerente de Emmasa y plantear una solución para los vecinos y no denunciar en los medios de comunicación esta situación», explica Goya Alonso, que saca a relucir que de forma histórica ha habido problemas en el reparto de las pipas de agua que corresponden a Roque Negro y que a duras penas han llegado a Afur.

Mientras, los cultivos están secos y los vecinos renuncian a perder tiempo y dinero. «No queremos que nos den 10 pipas a la hora, sino que dejen correr un hilo de agua para llenar los charcos. ¿Quién cuida la biodiversidad de los barrancos», se pregunta Valentín, otro de los vecinos de Afur.

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