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Joyas del Patrimonio | Los BIC de la capital (XXII)

Cabildo insular

Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento por Decreto de 14 de agosto de 2009

Fachada principal del Palacio Insular. E. D.

El Cabildo Insular de Tenerife, constituido por la Ley de Cabildos de 11 de julio de 1912, celebró su sesión inaugural en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife el 16 de marzo de 1913. Como no disponía de sede propia, sus sesiones las tuvo que llevar a cabo en la Diputación Provincial, situada en el edificio Santa Cecilia (actual Parlamento), hasta que en 1914 se instalaron en una casa ubicada en la confluencia de la Avenida 25 de Julio con la calle Numancia y, varios meses más tarde, se trasladaron a una vivienda de la calle Castillo, esquina Juan Padrón, ocupando también la recién construida casa Alonso, que se encontraba enfrente; dependencias que abandonarían precipitadamente en 1940 para instalarse en el nuevo edificio que estaban construyendo, al enterarse de que el capitán general iba a poner allí las oficinas de la administración militar.

El edificio

El inmueble se levantó en terrenos situados frente a la Avenida Marítima de Santa Cruz de Tenerife, en la explanada resultante del derribo del Castillo de San Cristóbal y la Casa de la Aduana y haber rellenado la caleta de Blas Díaz. Proyectado en 1934 por el arquitecto José Enrique Marrero Regalado, su planta de forma rectangular se desarrolla sobre un gran patio de luces, estructurándose en cinco pisos y un sótano en el cuerpo central.

La composición de las cuatro fachadas del edificio, construidas en piedra natural, se concreta en un gran basamento que abarca en altura la planta baja, sobre el que se dispone el cuerpo principal, dominado por el orden monumental con su rotundo entablamento que salva las tres plantas y el ático superior, rematado por un antepecho abalaustrado.

La fachada principal, emplazada mirando a la Plaza de España, contiene la triple puerta de entrada al edificio, la cual está cobijada por un atrio adovelado de cinco huecos frontales sobre un pórtico con siete arcos de piedra basáltica, donde se estructuran cuerpos a base de columnas de orden toscano en cuyos intercolumnios se articulan cinco ventanas que llegan hasta un entablamento de arquitrabe corrido y friso liso, en el que aparece el nombre de la institución. Sobre éste se desarrolla otra altura con los mismos huecos y una cornisa que enmarca el escudo heráldico de la Corporación y el apellido del arquitecto de la obra. Este cuerpo lo remata un parapeto que alterna tramos macizos con tramos abalaustrados.

Las otras tres fachadas repiten en el centro de cada frontis el mismo diseño de la fachada principal; es decir, un cuerpo saliente compuesto por cinco grandes columnas toscanas de orden gigante, en cuyos intercolumnios se desarrollan vanos cuadrados.

En las fachadas que dan a la Avenida Bravo Murillo y a la Avenida Marítima, presididas por una doble puerta y una puerta sencilla, respectivamente, sobre sus cornisas de remate encontramos volutas enroscadas hacia adentro, así como el macizado y resaltado del elemento central de la balaustrada de coronación rematados mediante un entablamento que enmarca el escudo heráldico de la Institución.

Tres de las cuatro esquinas del edificio están rematadas por sendos torreones calados con composición tronco piramidal escalonada, que sobresalen una planta sobre el cuerpo del edificio, a excepción de la esquina que forma la plaza con la avenida, donde la gran torre-reloj de seis alturas está formada por dos columnas de orden toscano que finalizan en una cornisa resaltada en la que se emplazan las esferas del reloj, continuando con un cuerpo formado por cinco arcos de medio punto que culminan en dos bandas de columnas progresivamente retranqueadas hasta alcanzar la cúspide. La torre, a modo de faro, señala su presencia al exterior (mar) y al interior (ciudad).

El reloj de carillón de la torre, fabricado en 1951 en Miranda de Ebro (Burgos) por la empresa Viuda de Perea, tiene la peculiaridad de que se sincroniza de forma constante, debido a los contrastes de temperatura y la cercanía del mar. De sus siete campanas de bronce, la mayor la utiliza para dar los toques de las horas, mientras que las otras seis, más pequeñas, sirven de carillón cada cuarto de hora a la melodía del Tajaraste.

Algunas de sus dependencias fueron alquiladas a diferentes entidades hasta finales del siglo XX, de manera que en las dos primeras plantas se establecieron la sede de la compañía Iberia, la Junta Administrativa de Obras Públicas, la Sección Agronómica y las Jefaturas de Montes y del Distrito Minero. También fue residencia del gobernador civil y del obispo de la Diócesis Nivariense en Santa Cruz. Los últimos inquilinos que ocuparon la planta baja fueron la Delegación de Hacienda, el Museo Arqueológico de Tenerife y la Oficina de Información turística.

Bienes Muebles Vinculados Vitrales (BIC 2002)

Los tres paños de vidrieras policromadas que presiden la marmórea escalera imperial de acceso a las dependencias de la Corporación, realizadas por la empresa Maumejean, de Alcalá de Henares (Madrid), representan escenas cotidianas de la cultura de Tenerife, con tareas propias de la agricultura y ejemplos de la flora autóctona. En su centro figuran el escudo constitucional y el de la isla de Tenerife. Los artísticos dibujos realizados sobre cristales tintados de color en su propia masa están unidos con tiras de plomo.

Murales del Salón Noble (BIC 2011)

La sucesión de escenas que figuran en los 200 metros cuadrados que conforman las tres paredes del Salón Noble de esta Institución, fueron realizadas en 1960 por el pintor gomero José Aguiar García (Cuba, 1895- Madrid, 1976), empleando la técnica de encáustica sobre lienzo; en la orientada al Sur se representan muchachas, divinidad solar, nacimiento de las islas, la tierra y las madres, diosa con frutos, aparición de la Virgen de Candelaria y evangelización del indígena. La cara Oeste contiene escenas campesinas, y en la cara Este figuran escenas de la gente de la mar.

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