El Servicio Provincial de Costas en Santa Cruz de Tenerife ha interpuesto una sanción de 400 euros por acampar en la playa de Las Teresitas, en la capital chicharrera.
En concreto, la multa, publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), debido a que ésta no ha podido ser notificada a los infractores, se tramita por la «ocupación del dominio público marítimo terrestre, sin autorización administrativa, mediante acampada con autocaravana entre el 7 y el 15 de febrero de este año», en la zona de baño chicharrera.
Ante el incremento de la presencia de caravanas en la playa de Las Teresitas y, también, en los aparcamientos del Parque Marítimo, a finales de enero, el área de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife decidió intensificar el control sobre estos vehículos.
60 roulotte
Durante un solo fin de semana, fueron identificadas un total de 60 roulotte, de las que 31 se encontraban estacionadas en la zona de baño chicharrera y 29 fueron localizadas junto al Palmétum. Los agentes de la Policía Local sancionaron a los responsables de una decena de autocaravanas.
Desde el Consistorio capitalino se sigue insistiendo en que la acampada en el litoral chicharrero está totalmente prohibida, pues no existen zonas habilitadas para el desarrollo de dicha actividad. Pero, además, y según se establece en la correspondiente ordenanza municipal, un vehículo no puede permanecer más de 48 horas estacionado en el mismo lugar de la vía pública, pero ni en las playas ni en ningún otro espacio.
Por lo tanto, todo aquel que acampe o que permanezca con una autocaravana en la playa de Las Teresitas no sólo será multado por la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife, por incumplimiento de las ordenanzas municipales, sino que, además, en este caso, también podrá ser sancionado por el Servicio Provincial de Costas, por la ocupación del dominio público marítimo terrestre sin haber solicitado la correspondiente autorización administrativa.
Los usuarios de autocaravanas en Tenerife han denunciado en numerosas ocasiones la falta de espacio en la Isla para poder disfrutar de esta actividad «con todas las garantías» y con total tranquilidad, así como la falta de regulación con respecto a la misma.
