La parroquia de Nuestra Señora del Pilar celebra este mediodía la procesión de la Virgen de las Angustias, una talla que data de 1804, obra de Miguel Arroyo, artista de la plástica barroca según el estudioso Gerardo Fuentes, y que salió por primera vez el Viernes Santo del año siguiente. Junto a esta imagen, es también autor del Crucificado que se venera venerado en la Iglesia de San Juan Degollado, en Arafo, y la Virgen de Candelaria, en La Concepción de Santa Cruz.

Leyendas contradictorias se han transmitido sobre el rostro de la talla, si bien la mayoría de los investigadores coinciden en que el artista, que había sido clérigo, después de secularizarse y contraer matrimonio, le dio el nombre de la Virgen a su tercera hija, la más pequeña de su prole.

Inicialmente, la talla procesionaba vestida de hebrea, un cuidado que llevaba a cabo el propio autor, Miguel Arroyo, si bien en la actualidad participa en el culto del Viernes Santo con luto tradicional.

El lugar de culto de la imagen también suscitó un enfrentamiento entre Carlos Benavides, beneficiado en aquella época de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de Santa Cruz, y el autor, por lo que en el pecho de la talla figura esta inscripción: «Miguel Arroyo la hizo y dio a la Iglesia de El Pilar siendo Beneficiado don Carlos Benavides. Año de 1804», según el cronista oficial de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Ledesma.

Carlos Benítez Izquierdo, licenciado en Historia, rescata también de la tradición familiar dos posibles orígenes de la llamada Procesión de los Republicanos, en tiempos de la Primera República (febrero de 1873 a diciembre de 1874). El primero se refiere a que en la calle San Francisco, entre Villalba Hervás y San José, donde en la actualidad está la Librería Punto Fijo, Antonio Delgado Yumar regentaba un establecimiento de similar actividad comercial en el pasado. En la trastienda de este local propiedad de este republicano federal tenía lugar una tertulia de miembros del Partido Republicano. Cuando la Virgen pasaba a mediodía del Viernes Santo, salían los participantes en aquellas reuniones a presentar los respeto a Las Angustias.

La otra motivación que justifica el nombre de la Procesión de los Republicanos, explica Carlos Benítez Izquierdo, es que siendo alcalde accidental Emilio Calzadilla (1875-1916), republicano para más señas, se debate en un pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife si ese año en el desfile religioso tocaba o no la Banda Municipal porque la Corporación carecía de recursos económicos. Viendo el regidor accidental de la ciudad -que murió el Martes de Carnaval de 1916- que no iba a salir la banda ante la maltrecha situación, se ofrece a pagarla de su bolsillo.

Al año siguiente al esfuerzo económico que realizó Emilio Calzadilla con fondos personales, y como era gran aficionado a la ópera, la Banda Municipal de Santa Cruz de Tenerife interpreta como agradecimiento la ópera "Adiós a la vida" que tuvo lugar en la plaza de San Francisco porque por entonces ahí tenía su sede el Ayuntamiento antes de su traslado a la Casa de los Dragos.

La Procesión de los Republicanos es uno de los cultos de la Semana Santa de mayor devoción para una ciudad que fue de una sociedad predominantemente de ideología liberal y de ahí su vínculo de los miembros del Partido Republicano.

Antes incluso de la Segunda República, el historiador Carlos Benítez Izquierdo precisa que el entonces alcalde de Santa Cruz, Esteban Mandillo, regidor entre 1918 y 1920, estando enfermo, piden que lo lleven al hotel Camacho y desde una de las habitaciones que daba a la calle San Francisco escuchó la interpretación del 'Adiós a la vida'. Sirva como nota de color la anécdota que protagonizaba Celina Calzadilla, sobrina de Emilio Calzadilla, el alcalde accidental que pagó la banda. Se le atribuye a ella el comentario de que cuando alguna persona le iba a dar conversación, para no continuarla Celina Calzadilla argumentaba que tenía promesa de no hablar y seguía su rumbo.

En el artículo publicado en el programa de la Semana Santa de la capital tinerfeña, Ana María Díaz ahonda también en por qué se le conoce a esta Virgen como La Republicana, y expone: «Muchos se preguntarán la causa de la existencia de una Virgen conocida como La Republicana, términos que a priori suenan contradictorios. Es sabido que la II República española se proclamó a principios de la década de los treinta del siglo pasado (1931-1936) y en el artículo 27 (Capítulo Primero: Garantías individuales y políticas, Título III: Derechos y deberes de los españoles) de su Carta Magna, la Constitución de 1931, se lee lo siguiente: «Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno, por consiguiente, en este punto se halla la justificación histórica de una advocación con el sobrenombre de un sistema político en nuestra capital, pues fue la única que salió en procesión a pesar de estar prohibido».

La procesión de la Virgen de las Angustias recorre tradicionalmente las calles de El Pilar, para continuar por Suárez Guerra, Emilio Calzadilla, San Francisco, Castillo, Valentín Sanz y de nuevo a El Pilar, trayecto en el que se ha convertido en tradición la aparición de una bandera republicana en la fachada del colegio Montessori que recuerda la única procesión que salió en 1931 .