El colectivo Queremos Movernos lamenta que, de nuevo, las personas con discapacidad o movilidad reducida se quedarán esta Semana Santa sin la anunciada ayuda del Instituto de Atención Social (IMAS) de Santa Cruz para poder disfrutar de la playa, tal y como ya ocurrió en el pasado, y eso a pesar de las dos alternativas en las que el equipo de gobierno dijo estar trabajando para garantizar este servicio.

Hace diez meses, el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, se reunió con la portavoz de Queremos Movernos, junto a los concejales del IMAS, Rosario González, y de Accesibilidad, Javier Rivero, para informarles de que se estaba trabajando en un contrato por un período de cuatro años para garantizar la cobertura a las personas que requieren asistencia y evitar la interrupción del servicio como ocurre cada vez que vence la concesión. Aunque el anuncio se realizó el pasado mes de julio, el servicio quedó interrumpido desde verano y no se ha vuelto a restituir.

En la Comisión Técnica de Discapacidad celebrada el pasado 6 de abril, la responsable del IMAS confirmó que este proyecto no se ha podido ultimar y que se trabajaba en un contrato mejor para garantizar la cobertura a las personas con discapacidad para garantizarle la ayuda en el baño en esta Semana Santa.

Sin embargo, “problemas con Cruz Roja” han impedido llegar a tiempo en el contrato menor en el que trabajaba la concejala de Atención Social para garantizar la prestación del servicio; al parecer, se da la circunstancia de que la referida ONG se quedó fuera de la adjudicación de los servicios sanitarios para Carnaval, en el concurso que convocó el Organismo Autónomo de Fiestas.

Al final, el equipo de gobierno no ha podido sacar adelante ni el anunciado contrato por cuatro años y el encargo por vía de urgencia y de forma puntual. Ana Mengíbar, portavoz de Queremos Movernos, lamenta que se haya quedado en el olvido la aprobación del proyecto a largo plazo que se hizo público el 12 de marzo que se hizo público “a bombo y platillo” para dar este servicio.

Mengíbar define esta situación como un “maltrato a las personas con discapacidad” cuando explica que “mañana sábado deberíamos estar disfrutando ya de la playa, en la antesala de la Semana Santa, pero mientras unos niños podrán jugar en la arena y disfrutar en el agua, otros estarán en casa soñando y esperando por la prometida ayuda. Mientras muchos jóvenes estarán tomando sol y riendo, otros estarán deseando ir a la orilla del mar, escuchar el bullicio y el sonido de las olas. Los mayores amputados, con parálisis cerebral, ciegos... estarán en casa envidiando a los que se puedan dar un bañito”, añade.

Junto a esta situación de impotencia y de la promesa incumplida, la portavoz de Queremos Movernos no oculta su indignación por la explicación que asegura recibió de la concejala del IMAS, Rosario González, cuando para justificar que no salió el contrato menor con Cruz Roja para dar servicio a las personas con discapacidad de cara a la Semana Santa , añadió: “Me consuela saber que cuando empiece el (contrato) grande será para cuatro años”.

“La playa es terapia para cualquiera. Cuánto más para nosotros. Para nuestro cuerpo y para nuestra mente. Flotar en el agua es liberante. Pero nos vetan. Nosotros iremos a la ducha de casa. No tenemos alternativa”, reflexiona Ana Mengíbar.

“Santa Cruz no merece equipos de gobierno indignos. Nosotros no merecemos este trato inhumano y carente de responsabilidad y compromiso político”, concluye la portavoz de Queremos Movernos.