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Infraestructuras culturales

Bermúdez: "Santa Cruz necesita la efervescencia cultural del Círculo de Bellas Artes"

El alcalde anima al presidente de la institución a ejecutar las obras y retomar la actividad cuanto antes

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Visita al Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife María Pisaca

Políticos y técnicos se dieron cita en el Círculo de Bellas Artes de la capital tinerfeña que lleva cerrado al público a la espera de unas obras que le permitan lograr la preceptiva licencia que le permita retomar su actividad cultural, después de que tuviera que cerrar sus puertas hace tres años y medio por la denuncia de unos vecinos que pusieron al descubierto la situación.

El alcalde santacrucero, José Manuel Bermúdez, visitó este templo de la cultura de la capital chicharrera que, desde 1925, se localiza en la céntrica calle de Castillo. Después de recorrer las cuatro plantas y hasta la terraza del inmueble, el regidor animó al presidente de la institución, Alejandro Tosco, a agilizar los trámites porque «Santa Cruz necesita la efervescencia cultural del Círculo de Bellas Artes», tanto por su ubicación en la trama urbana como por lo que supone en la dinamización.

Junto al presidente de la institución, representantes de los equipos técnicos que afrontan la obra –Santiago Gutiérrez, de Arquitectos Cuende y Gutiérrez, y Humberto Gonar Jr., de Ingenieros Mesa y Rufino–, que explicaron algunas de las claves que permitirán que Santa Cruz recupere este referente cultural.

La visita comenzó desde la cubierta, donde se localiza una gran azotea que, salvando los patios de luz, cuenta con una superficie de unos trescientos metros cuadrados, lo que movió al arquitecto Santiago Gutiérrez para que el nuevo concejal de Urbanismo, Guillermo Díaz Guerra –presente en la visita también como concejal del distrito Centro–, facilite los trámites de la normativa encaminados a hacer posible un mayor aprovechamiento de este emplazamiento, todo un mirador del corazón de Santa Cruz.

Desde la azotea, a cada uno de los pisos en sentido descendente. En el cuarto piso se localiza precisamente un nivel de titularidad municipal en virtud al acuerdo de colaboración que en el pasado mantuvo en Círculo de Bellas Artes con el propio ayuntamiento, que contribuyó a sortear una situación económica adversa. En general, se trata de una obra que, como definió el presidente del Círculo de Bellas Artes, es poco estética, porque se destinan a arreglar las ‘tripas’ del edificio; se trata, en definitiva, de una actuación que persigue adaptar el inmueble para cumplir con la ley vigente» y finaliza agregando que «lo que perseguimos es que al actualizar el edifico a la ley, dispongamos de la licencia de apertura y podamos reiniciar toda la actividad de la que somos capaces de generar en Santa Cruz».

La joya de la corona

De ahí que la intervención en la tercera planta se centre en ordenar la instalación eléctrica y dar mayor protagonismo a los puntos de luz. La joya de la corona se localiza en la segunda planta –con acceso a los palcos desde la tercera–, donde se localiza el salón de actos, ya sin huecos de luz y con una superficie superior a los trescientos metros, una instalación llamada a mayores logros para eventos que, sin ser de gran formato para encontrar acomodo en el auditorio, el recinto ferial y el teatro Guimerá, permita reunir a poco más de doscientas personas.

Ya en las plantas de acceso y primer nivel, las zonas de exposiciones más conocidas, con un bar en el primero, y que también han tenido que sortear las limitaciones de la normativa urbanística al no garantizar las medidas de evacuación, otro de lo hitos a superar.

Frente a las prisas del alcalde por acometer las obras y poner en marcha el Círculo de Bellas Artes, Alejandro Tosco, pintor y gestor cultural de vocación que ha centrado sus tres años al frente de la institución a planificar e impulsar la obra, puso los pies en el suelo a recordar que se han avanzado con los proyectos a falta de culminar la inversión prometida desde las diferentes administraciones.

Tosco elogió las facilidades y la apuesta ejemplar desde la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias que dirige Juan Márquez, que comprometió 220.000 euros y ya ha aportado los 190.000 correspondiente a la mejora del inmuebles, pues los 30.000 restantes se reservan a la programación cultural.

El Cabildo prometió 400.000 euros y ha satisfecho la mitad y debe el Círculo de Bellas Artes justificar el primer pago para percibir, mientras que resta suscribir el convenio ya anunciado entre la institución y el ayuntamiento capitalino. Eso solo para acometer una primera fase de un millón que permita actuar para abrir, pues resta una segunda etapa, cuando ya esté en marcha.

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