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Barrio a barrio | La Salud

Vecinos de La Salud piden la poda de los árboles que los ‘atrapan’ en sus casas

«Ya es hora que el Ayuntamiento haga algo, porque tiene muy abandonado este barrio», se lamentan los residentes, cansados de abrir sus ventanas para ver troncos o ramas

Un vecino muestra las vistas desde la ventana de su vivienda. Carsten W. Lauritsen

Vecinos de los bloques que se localizan en la manzana E del barrio de La Salud muestran su hartazgo por el olvido y las promesas incumplidas por parte del ayuntamiento, después de las reiteradas demandas para que poden los árboles que crecen en los jardines de la zona. De la mano de Tino Expósito, el visitante se adentra por la calle Miguel Soto.

«Ahí es imposible que puedan entrar los bomberos», explica. «En el primer piso del bloque 23 vive una señora encamada, otra con movilidad reducida en el segundo y dos mayores en el tercero, que tardan quince minutos en acceder a su vivienda. Si un día se registra un incendio, ¿cómo nos van a evacuar?», se pregunta este vecino, del barrio de La Salud desde 1970, cuando tenía solo tres años.

Los vecinos elogian la labor de la empresa Valoriza, que ha potenciado el servicio de basura

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Tino muestra la salida de emergencia que existe en su edificio, por la que para un caso de evacuación habría que subir a gatas. Eso sin obviar que si los vecinos del bloque de al lado deben abandonar su inmueble tienen que hacerlo por el colindante. De ahí que los residentes se sientan atrapados en sus viviendas.

Pero ponen aún un ejemplo más gráfico. Ya sea podar o talar, los habitantes del bloque 25 de la manzana E de La Salud están resignados a abrir las ventanas de sus viviendas para deleitarse con el paisaje: el tronco de una palmera o la copa de los árboles. «Las ramas entran a nuestras casa y hemos pedido que poden, pero no hay forma». No se trata de un problema «de estética», por más que alguno vea algo más que un tronco cuando rueda la cortina o la persiana, sino que también se suma el problema de los insectos que deben soportar. «No puedes abrir nada porque está lleno de avispas», se lamentan.

Vecinos de La Salud piden la poda de los árboles que los ‘atrapan’ en sus casas

Miguel Ángel Izquierdo, que estableció su domicilio en La Salud hace dos años, también señala el riesgo que representa la caída de las ramas cuando hay viento, y conduce al visitante para mostrar le la huella que dejó una de ellas sobre el capó de su vehículo.

«Todos entendemos que los árboles dan oxígeno, algo que necesitamos todos, pero así es imposible vivir», cuenta otra vecina, que habla en presencia de Manuel Delgado, que lleva 45 años en La Salud. Junto a la calle Miguel Soto, señala desde la calzada al supermercado Komo Komo para hacer constar que la caída de los frutos y las hojas de los árboles ha provocado resbalones de personas mayores, a lo que suman el rabo de gato que «permanece sin limpiar desde hace un año», aseguran, mientras hacen una ruta en los pasillos para mostrar cómo está entongada la hojarasca. «Aquí la solución pasa por colocar dos pilonas justo en la entrada de ese acceso, para garantizar que pueda pasar un vehículo de emergencia», comenta Tino Expósito.

Otro de los problemas del barrio es la falta de estacionamientos, lo que lleva a algunos conductores a aparcar sobre la acera. Apuntan que una solución sería habilitar un jardín próximo a la calle Miguel Soto. «En vez de un cagadero de perros ahí se podrían habilitar entre quince y veinte plazas», explican. Precisamente uno de los vecinos que tiene su casa justo enfrente de dicha parcela interviene para advertir que esa posibilidad ya se planteó y se desestimó. «¿Qué pasa? ¿Que no voy a poder estar como yo quiera dentro de mi casa?», advierte, en referencia a que los coches aparcarían justo en frente de las ventanas y terrazas de esa hilera de casas.

«Un día va a pasar una tragedia», temen en caso de que deban ser evacuados por un incendio

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En la calle del Río Guadalete, los vecinos muestran cómo las raíces de los flamboyanes han levantado muchas de las losetas, mientras una señora se acerca para advertir. «Es insostenible vivir así porque las cucarachas campan entre kilos de hojas secas», y eso que el servicio de limpieza de Valoriza reconoce que acude a limpiar días alternos, pero es insuficiente. «Esto es un criadero de bichos». «El ayuntamiento tiene que tomar medidas y sin embargo no hace nada, póngalo ahí», insiste María Ángel, que reside en el barrio de La Salud desde hace 45 años.

«Está muy abandonado; que hagan algo», insisten. Alexis advierte la presencia de la prensa, después de preguntarle a Tino Expósito, y desde la ventana explica que vive con su madre impedida, e invita a ver cómo la única vista de su vivienda es el tronco de la palmera. Él vive en el primer piso y la copa ya llega al quinto. «Nos han prometido que vienen a podar y no hacen nada», cuenta otra residente, mientras en el corrillo formado por fuera del supermercado Komo Komo recuerdan que el alcalde, en una visita al barrio, les prometió que iban a pintar los muros y limpiar los jardines y no se ha registrado ningún avance.

Vecinos de La Salud piden la poda de los árboles que los ‘atrapan’ en sus casas

«Vendieron Emmasa para arreglar los barrios y mira cómo está La Salud». «Si quitaron los árboles de la calle Méndez Núñez, también se podría dar una solución a los de este barrio», comentan otros, para añadir que el ayuntamiento les ha hecho partícipe para incluir sus edificios en los proyectos de las Áreas de Rehabilitación y Reforma Urbana. «¿Cómo van a pintar las fachadas si en algunas están pegados los árboles?».

«Nos estamos enfermando porque no podemos ni abrir las ventanas», añaden otros residentes. No todo son reproches. Otro grupo de vecinos coincide en elogiar la labor desarrollada por Valoriza, en especial cuando se llama para la recogida de enseres. También se han repuesto los contenedores de basura y se ha puesto orden para ayudar al vecino, para demandar una intervención inmediata a parques y jardines desde la zona del ancla hacia arriba.

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