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Llegaron los Reyes Magos

Santa Cruz acoge las cinco ‘cabalgatas del minuto’

A los Reyes Magos, que vuelven a desfilar en carrozas, ‘no les llega’ a tiempo el anunciado GPS

Los Reyes Magos recorren Santa Cruz de Tenerife

Los Reyes Magos recorren Santa Cruz de Tenerife

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Los Reyes Magos recorren Santa Cruz de Tenerife Humberto Gonar

Con o sin acto de acogida en el estadio –como se comenzó a hacer en 1981–, es imposible no contagiarse de la emoción de los pequeños, de la ingenuidad y la entrega con la que reciben a Sus Majestades de Oriente. Basta con ver la cara de los pequeños, y no tanto, dando saltos y coreando a Melchor, Gaspar y Baltasar cuando llegaron desde las naves Carboneras de Valleseco para comenzar en la avenida Madrid, junto al Parque de La Granja, uno de los cinco cortejos reales, tantos como distritos tiene la capital tinerfeña.

Ayer fue el segundo año consecutivo que por el covid y la aplicación de la normativa sanitaria no se desarrolló la Cabalgata con el formato tradicional y se apostó por desfiles de barrios, una fórmula que en el futuro, y cuando regrese la normalidad, está llamada a que el Ayuntamiento mantenga, incrementando la oferta: paseo real por el centro de la ciudad más visita a los barrios.

Antes incluso de que en Televisión Canaria se emitiera el especial de Las Fábricas de Babayán, a cargo de Timaginas Teatro, que se grabó como alternativa al acto de acogida a Sus Majestades de Oriente en el estadio, que se limitó a la entrega de las llaves de la ciudad a Melchor, Gaspar y Baltasar, ya había comenzado el primero de los desfiles. Y es que los Reyes Magos llegan a Santa Cruz por Taborno, donde recorrieron los pueblos y caseríos de Anaga en vehículos adaptados para las angostas carreteras del macizo.

De resto, la organización, bajo la dirección artística de Javier Caraballero –por sexto año–, hizo posible que los Reyes cambiaran las guaguas en las que recorrieron la ciudad el 5 de enero de 2021 por una carroza para cada uno, en un formato idéntico para los otros cuatro recorridos que abarcaron Suroeste –el más largo de la ciudad–, Ofra y Centro-La Salle y Centro-Salud. Estos dos últimos se desgajaron respecto al trayecto trazado el año anterior para llegar, sin prisas –al menos tantas como en 2021– y abarcar un mayor campo de acción y facilitar el encuentro con los pequeños.

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Cortejo Real que sustituye a la tradicional Cabalgata de Reyes Magos por el centro de Santa Cruz de Tenerife Carsten W. Lauritsen

Pero nunca llueve a gusto de todos. Así, algunos vecinos de la zona de El Toscal se lamentaban porque el desfile no pasaba por la calle de La Rosa, mientras residentes y comerciantes de Ramón y Cajal no entendían como esta vía había quedado fuera del rutómetro real, a pesar de ser un clásico de estos trayectos, protagonismo que heredó de la Rambla de Pulido tras el paso del tranvía.

Mientras en el Suroeste –distrito de Javier Rivero– los vecinos se lamentaban por la rapidez del cortejo, en la avenida de Venezuela –territorio de Carlos Tarife– los residentes pudieron disfrutar del paso de Sus Majestades hasta en cuatro oportunidades; también fueron generosos con los moradores del Ofra, donde hicieron un bis en Miramar. Sin embargo, casi tres horas después de que el cortejo real partiera de Llano del Moro –a las seis de la tarde–, todavía no había llegado a Añaza, algo similar a lo que ocurrió en Valleseco, en Anaga.

Quizás por aquello de que lo bueno se hace esperar, muchos niños y mayores coincidieron en que las Cabalgatas duraron menos de un minuto. El formato: dos motoristas de la policía, luego un patrulla, los tres reyes magos en sus respectivas carrozas –decoradas con luz y con música, al menos en el trayecto del Centro-La Salle– y un camión con regalos que cerraba el desfile. Y a 12 kilómetros por hora, según el concejal de Fiestas, y a un paso fugaz para otros, aunque no tan rápido como en 2021.

Al frente de cada desfile, en un coche de la comitiva, los concejales de distritos, salvo en Zona Centro, donde el alcalde y el concejal de Fiestas –también con la participación de la coordinadora del distrito Salud-La Salle– realizaron todo el trayecto mientras coordinaban el ritmo de los cortejos, en una demostración de trabajo en equipo, con el plus de la experiencia del personal de Fiestas. Bastaba ver el manejo de Montse Perdomo coordinando la llegada de Sus Majestades a las carrozas de la avenida Madrid con todo preparado para facilitar el acceso –con escaleras incluidas– y ordenar el cortejo; sello de calidad.

El alcalde se mostró emocionado por la reacción de los niños pero indignado por no poder usar el estadio

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Este año Sus Majestades volvieron a demostrar su magia al multiplicarse para estar en los cinco distritos, y ni aún así le falló su buena voz a Melchor a su paso por las calles del distrito de Ofra, con más pelo que nunca, o el Baltasar del Suroeste –una historia de superación personalizada–, mientras el Gaspar de Zona Centro-La Salud evidenciaba su don de gente –envidia de un director comercial– en el diálogo con los niños. Así, junto al parque de La Granja, según se iban subiendo a cada carroza, los pequeños, con sus padres, coreaban cada uno de los nombres de Sus Majestades. La reacción popular rompió por un momento al concejal de Fiestas, al quien pareció habérsele colado un cisco en los ojos. «No se por qué, pero me puede la emoción», admitió con una espléndida sonrisa bajo una mirada aguada. Y eso que al final ayer el tiempo respetó los cortejos y no llovió por la tarde.

El Gaspar se vino arriba en el parque de La Granja. «¡Gaspar!, ¡Gaspar!, ¡Gaspar!», gritaron, y Gaspar se acercó a los niños. Aumentó el emoción. El rey les garantizó que este año no hay carbón, y provocó la ovación. Él les pidió que se fuera a la cama pronto, mientras ellos se deshacían en ofertas: «¿Qué quiere que te deje esta noche: leche, Coca-Cola?». Y arrancó el cortejo. Fue el momento de más intimidad porque al enfilar la calle San Sebastián la Cabalgata la velocidad marcó la distancia con los vecinos que esperaban el paso de los Reyes. Allí, en la antigua puerta de Herradura, estaba Alba, de diez años, quien tiene puesta su confianza incondicional en Melchor, a quien le gritó: «¡Pido salud para mi abuela!». Y se hizo el silencio a su alrededor.

La anunciada novedad de la puesta en marcha de un geolocalizador para facilitar a los vecinos identificar a través de una página web dónde estaría a tiempo real la cabecera de cada cortejo no superó la prueba y petó por la alta demanda de los usuarios, lo que no impidió que los vecinos se apostaran en las aceras en altares de toda la vida: plaza de Weyler, Méndez Núñez, El Pilar... por donde también pasó la cabalgata del minuto.

También los vecinos del Pasaje Tigaiga, en Somosierra, celebraron su particular cabalgata de Reyes, por segundo año consecutivo, frente a la centenaria adoración de Sus Majestades que se volvió a recrearse en Taganana de la mano de Luján González en una noche mágica donde los niños son los grandes protagonistas.

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