Componentes de alguna murga infantil y candidatas a reinas del pasado optan a convertirse en los presentadores de la elección de la soberana del Carnaval de la cantera, junto a niños llegados de diferentes lugares de la geografía insular que evidencian su predilección por el reggaeton y los ‘bailes tik tok’.
«Candidata número 1: María Pérez Hernández. Tiene 8 años y viene en representación del Ayuntamiento de Santa Cruz. Luce una fantasía de Francisco García titulada Noches de Carnaval». Nunca antes una aspirante infantil desfiló tantas veces, ni en un ensayo general... Ese fue el texto que el equipo artístico que dirige Enrique Camacho remitió a los trece niños y cuarenta y tres niñas que se inscribieron al proceso de selección de los ocho presentadores de la gala infantil del Carnaval, entre los que están previstos elegir a cuatro niños y otras tantas niñas.
Finalmente, acudieron a la cita ocho niños y treinta y cuatro pequeñas que tuvieron que demostrar su dicción y tono de voz a la hora de simular la lectura del nombre de una de las participantes en el desfile. Además, también tuvieron que establecer un diálogo con Alicia Rodríguez, la responsable del casting y maestra de ceremonia de galas, además de demostrar sus habilidades con el canto o el baile, e, incluso, desvelar otras facetas artísticas.
Entre los participantes, Noelia, de 9 años, que estudia cuarto de Primaria en el colegio Toscal-Longuera, en Los Realejos, y que explicó que participa en el Carnaval gracias al grupo que tiene su madre con unas amigas, que se encargan de preparar los disfraces. Entre los benjamines de la selección, Neymar, de 6 años, que hasta contó a los encargados de elegir a los presentadores de la gala de elección de la reina infantil del próximo Carnaval que aprendió a leer con 5 años durante el confinamiento, y se atrevió a hacer una interpretación con los 22 angelitos que cuidan de las personas en la pandemia.
El proceso de selección de los maestros de ceremonia bien podría convertirse en un acto más del Carnaval 2022 por la frescura, la alegría y la capacidad de sorprender de sus protagonistas. Entre ellos, Javier Dorta, que enamoró con su dicción a Alicia Rodríguez y que, a la postre, se mostró como un incondicional de la profesional de la escena, capaz hasta de enumerar y determinar los años en los que la presentadora ha participado en galas infantiles: 2015, 2017 y 2019. No salió de su asombro la propia Alicia. Javier se mostró más dispuesto a cantar, pero... «bailar, no, por favor». En el capítulo de otras virtudes, toca el piano gracias al aprendizaje en una escuela de música.
De las sorpresas a los reencuentros. Alicia, que presentó a Karen Irene cuando fue la candidata infantil que desfiló en el número 1 en 2019, tuvo la oportunidad de verla ayer sobre el teatrillo de la Casa del Carnaval optando a convertirse en su compañera sobre las tablas en la gala infantil, y explicó que también patina gracias a su participación en un club de La Esperanza, por lo que le abrió las puertas al director artístico a presentar sobre ruedas a las candidatas a reinas.
Jade fue otra de las participantes, capaz de cantar y bailar. Es más, hasta tiene su propia aplicación para poder interpretar sus temas favoritos, y hasta demostró su habilidad con el funky. Llama la atención la predilección de los aspirantes a presentadores por el reggaeton y la academia de baile virtual en la que se ha convertido la aplicación Tik tok.
Alicia Rodríguez no pudo evitar emocionarse cuando vio a Carmen Victoria, de 5 años, y después del diálogo y de hacer la presentación, atreverse a cantar algún tema de Michael Jackson. Enamoró al jurado y hasta la propia Alicia Rodríguez acabó mostrando complicidad al preguntarle a qué colegio pertenecía, La Pureza, el mismo que la presentadora.
Los niños esperaron desde las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche fuera de la Casa del Carnaval a que Sergio Martín, del equipo de dirección, los fuera nombrando, y entraban uno a uno. Dentro, en una mesa colocada frente al teatrillo, los cuatro profesionales encargados de elegir a los ocho niños; solo les faltaba el pulsador, como en los programas de la televión. Ainoa Dorta sorprendió al jurado cuando se quitó su mascarilla, con los labios pintados con purpurina. Y para quitar nervios, hasta le pidieron una patada para demostrar que sabe kárate y luego seguir.
Daniela, de 12 años, enamoró porque para ella era un sueño estar en el proceso de selección; o Sara, que estaba supernerviosa porque «me encanta estar aquí». El jurado le dijo que lo había hecho genial y ella respondió: «Y ustedes, también». Enrique Camacho le dio el pase de oro: «Nos vemos el miércoles». Al margen de quien sea elegido, Santa Cruz tiene madera de grandes presentadores y locutores que hoy cuentan con pocos años de edad.
