Barrio a barrio | Las Moraditas de Taco
Vecinos de Las Moraditas piden aparcar en la ‘rotonda olvidada’ de la piconera
Plantean esta alternativa después de que el ayuntamiento comunicara que los 40 aparcamientos de la plaza no se abrirán y se usarán como almacén de material electoral

Barrio de Las Moraditas de Taco /

Conseguir aparcar en Las Moraditas de Taco es misión casi imposible por las empresas que existen en este barrio del distrito Ofra-Costa Sur y la carencia de espacio en un núcleo que se levanta en torno a una vía circular que tiene dos nombres según el tramo: Tamaduste o Chamorga.
Después de más de veinte años esperando los cuarenta aparcamientos de los bajos de la plaza principal del barrio, el ayuntamiento tiró por tierra estas aspiraciones al asegurar que el espacio no reúne las condiciones y el lugar se destinará como almacén para custodiar el material que se usa en las prestaciones. Los residentes no entienden el cambio de decisión ni que las humedades que impiden guardar coches no afecten para el uso como almacén, mientras el presidente de la asociación vecinal Nueva Moradita, Nacho Mendoza, pone de ejemplo la filtración de agua en una esquina de los bajos de la plaza que afecta a una vivienda colindante.
Pero el colectivo vecinal no se resigna y busca alternativas para estacionar en el barrio, y propone que el Cabildo de Tenerife le de un uso provisional a la rotonda que se construyó frente a la piconera de Taco y donde estaba previsto que se fuera a unir el viario del eje Ofra-El Chorrillo, obra que está parada hace más de trece años.
Los vecinos se comprometen a que se permita aparcar en la rotonda hasta que se retomen los trabajos de una vía que se anunció como estratégica dentro de la movilidad en el área metropolitana. «De la misma forma que se han rodado las vallas para ir a pasear con los perros y hacer deporte en esa zona, pedimos a la Corporación insular que de forma provisional nos permita estacionar los vehículos en esta zona porque es un desahogo para todo el barrio. Muchos residentes, cuando vienen de sus trabajo, se encuentran que no tienen dónde dejar los vehículos», explica el presidente de la asociación en presencia de su hija, también secretaria del colectivo, Guacimara Mendoza.
Antes de llegar a la rotonda del olvido, los dirigentes emplazan al visitante en la plaza de acceso a Las Moraditas de Taco para iniciar el recorrido, y pedir también al Cabildo de Tenerife que proceda a la mejora de lo que fue una zona verde junto al desvío de acceso por la autopista del Norte para evitar que el matorral seco un día acabe convirtiéndose en una hoguera.
En el trayecto, Nacho Mendoza elogia el civismo de algún vecino que, cansado de vivir frente a un terraplén lleno de rabo de gato, ha acondicionado un pequeño jardín, para destacar también la labor de personas que han prestado servicios a la comunidad mejorando los márgenes de la calle Tamaduste. El presidente de la Nueva Moradita no se da por satisfecho con la respuesta del ayuntamiento: «Le pedimos en una visita anterior del alcalde que podaran los árboles y que quitaran los retoños y no se ha hecho nada», se lamenta, si bien la secretaria del colectivo destaca la intervención de parte de Emmasa para resolver la canalización de aguas pluviales en la zona donde convergen los dos tramos de la misma calle. «Esto ya está resuelto», celebra.
Rumbo a la ‘rotonda del olvido’, también admiten la falta de implicación de sus convecinos, que abandonan enseres en la acera, «y mira que le hemos dado los teléfonos y hasta los horarios, pero hay gente de todo tipo».
La rotonda marca el fin de la calle Tamaduste y el inicio de Chamorga, donde se localizan tres solares, alguno de titularidad municipal. «Nos dijeron que los iban a murar; es un peligro si llueve y se vienen abajo». Nacho advierte del deterioro de lo que queda de una casa abandonada frente a unos contenedores o la estructura de lo que iba a ser un edificio. Al llegar la plaza donde se iban a poner aparcamientos, está Maruca, la que fuera cocinera de la Ni Fú-Ni Fá, junto al recordado Tomás. «Me vine de Somosierra aquí hace 60 años», cuenta. «A ver si me hacen caso y ponen sombra donde están los bancos de la plaza», reclama, mientras el dirigente le explica que se desestimó destinar la parte baja a los coches porque decían que había que hacer una salida de emergencia por otra zona.
Nacho Mendoza también reclama reubicar el paso de peatones frente a la calle Las Chafiras, que lo movieron justificando que el anterior emplazamiento no tenía visibilidad, para reiterar la necesidad del asfaltado en la vía circular. «Nos mandaron el plan pero es necesario que se ejecute ya para evitar filtraciones en las viviendas».
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