El caserío de Roque Negro vivió el domingo con doble emoción la fiesta de la Virgen de Fátima. Por segundo año consecutivo no ha celebrado la procesión ni la programación conmemorativa de sus actos patronales, en una edición en la que ha estado presente el recuerdo a quien fuera su presidente vecinal.

El segundo motivo de congoja de la eucaristía celebrada el domingo es que fue la última misa que presidió como párroco, tanto de Roque Negro como de Taganana, Esteban Rodríguez, quien prestó su labor pastoral en esta zona de Anaga durante tres años y que acaba de ser destinado a dos templos de La Orotava.

«No nos despedimos; decimos hasta luego. Hasta pronto. Han sido tres años de bastante cariño, apego y familiaridad, en una etapa marcada por la incidencia del covid. Como él mismo sabe: Roque Negro es Roque Negro y aquí tiene las puertas abiertas», le reiteran sus feligreses.