Vecinos del Macizo Interior de Anaga trasladaron ayer su indignación por el caos de tráfico que se vivió de nuevo en la carretera que va de Pico del Inglés en dirección a Taganana así como en la Degollada de las Hijas, cruce que permite el acceso hacia los caseríos de Roque Negro y Afur.

Varios residentes trasladaron ayer su malestar y advierten del riesgo que supone transitar por esta vía. «Esto es una dorsal que enlaza San Andrés y Las Mercedes, cruzando toda Anaga. Es un peligro enorme lo que estamos viviendo aquí, y lo peor es que comienza a ser habitual; no solo ocurre los fines de semana sino también un jueves o viernes», añaden.

Poco antes del mediodía de ayer, los vecinos de Anaga que alerta del caos de tráfico precisan que, cuando emprendieron la carretera tras pasar el Pico del Inglés se encontraron que el carril derecho estaba lleno de coches aparcados, lo que nos obligaba a invadir el carril izquierdo para ir a nuestras casas», continúan.

«Solicitamos que alguien haga algo. Nosotros tenemos que invadir el carril izquierdo y... ¡nos vamos a matar!», afirman ya desesperados, después de explicar que cada vez que hay un problema de tráfico llaman a los dos policías locales. «Incluso el sábado vimos a la Policía canaria que patrullaba por la zona. Pero esto es una carretera insular, y quien tiene las competencias es la Guardia Civil. Por favor, hagan algo», insisten.

Los vecinos, con el respaldo de la asociación del Macizo Interior de Anaga, no descartan incluso convocar movilizaciones para reclamar seguridad en el tráfico vial en el interior del Macizo, a la vez que insisten en que es responsabilidad insular.

Y ponen otro ejemplo. «En la Degollada de Las Hijas, a la entrada del desvío desde la dorsal hacia Roque Negro y Afur, aparcan los coches justo en el cruce, y desaparecen los conductores. Especial incidencia se produce a las dos de la tarde, cuando afecta en particular al paso de la guagua. A veces, cuando no puede entrar, se ve obligada a seguir de largo; otras veces intenta salir y no puede porque los coches están aparcados y es imposible transitar por la zona». Los vecinos reiteran que viven con el alma en vilo.