Óscar González es el trabajador que lleva más tiempo prestando servicio en Las Teresitas; de los 23 años como trabajador de la empresa concesionaria de la limpieza, se encarga desde hace diecinueve de cernir la arena. Comenzó primero como operario de la cuba, luego pasó al taller hasta que se ganó la plaza de chófer, por lo que se sabe al dedillo el día a día del operativo: primero cernir, luego recogida de papeleras y finalizar con el reciclaje especializado del material y la limpieza general.

Ni un turno completo de trabajo le daría a un operario para cernir la arena de punta a punto de la playa. Más que chófer, tiene la experiencia de un técnico en Turismo por los años a pie de arena.

Antes de la pandemia, se recogían más botellas de cristal, latas; ahora priman las mascarillas. El coronavirus ha marcado un antes y un después, explica Óscar, que asegura que ahora priman los usuarios locales frente a los extranjeros. «Antes se veían llegar guaguas llenas de turistas». Pero no pierde las esperanzas. «Volverán», asegura, mientras deja un consejo: «Ahora, con las normas restrictivas por la pandemia, están prohibido los botellones y no se recogen tantos cristales, pero eso, cuando pase todo, lo deberían regular y evitar que se tire vidrio a la arena, porque es un peligro y no se ve lo mismo por la noche que por la mañana», precisa. Natural de Arico y vecino de Santa Cruz, cuenta que en tantos años de servicio ha encontrado hasta la cartera que perdió el conocido de un amigo, o decenas de llaves.

De la limpieza de la playa que realiza Valoriza, al mantenimiento que atiende Acciona. Juan Marrero viene a diario de La Laguna a San Andrés para poner la playa. Cuenta que Acciona tiene encargado el mantenimiento de playas, parques, mobiliario... de la capital, y ahí está él, al pie del cañón, junto a Yeray Barreto.

De la veteranía de Juan, con 20 años en este servicio, a las tablas que está adquiriendo Yeray, que lleva un año y medio. Acciona tiene establecido dos turnos; uno de 8:00 a 14:30 horas y otro de 14:30 a 21:00 horas; el primero, para dejar impecable los baños y los vestuarios de la playa chicharrera; el de la tarde, para garantizar el mantenimiento y cerrarlos cuando llega la noche.