Medio centenar de personas participaron esta tarde en la 'mudanza' de la acampada contra los desahucios que durante 34 días se llevó a cabo frente a la sede de Presidencia del Gobierno canario. 

Poco después de las siete y media de la tarde los participantes en la 'acampada de la dignidad'  levantaron a los pies del monumento a la Patrona de Canarias, frente a la plaza de España, la primera de sus carpas. 

Al grito de "Está lucha es por nuestros hijos" llegaron los manifestantes hasta el corazón de la capital chicharrera, centro neurálgico de la actividad económica y turística. 

El portavoz de las familias afectadas por los desahucios, Lolo Dorta, explicó que "el Gobierno de Canarias solo se comprometió con nosotros a sacar un decreto para el Archipiélago si el Ejecutivo central no garantiza la moratoria que evita los lanzamientos judiciales". 

Pero Dorta advirtió que "esta moratoria no afecta a las personas que tienen que abandonar su vivienda por impago de los alquileres"

La decisión de trasladarse hasta la plaza de La Candelaria obedece a la "falta de respeto" que los afectados por los desahucios creen que han demostrado los políticos al dejar en saco roto la petición para reunirse y alcanzar un compromiso para resolver una situación que afecta a miles de personas en Canarias. 

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Traslado de la acampada de la plataforma antidesahucios en Santa Cruz María Pisaca

La acampada se lleva a cabo diez días después de que la plataforma antidesahucios comunicara la iniciativa a la Subdelegación del Gobierno por vía de urgencia. Aunque tenían previsto realizar la mudanza de forma inmediata, los representantes de la Administración central en la provincia tinerfeña advirtieron que no se podían dar por enterado ya que no se cumplían los plazos, por lo que la fecha del traslado se fijó el 8 de agosto. 

En las últimas 24 horas los miembros de la plataforma antidesahucios han mostrado su firme decisión en continuar su acampada a pesar de las caricias de empresarios de Zona Centro. Algunos de los concentrados reconocieron que algunos miembros de la Policía local le habían advertido de que no permitirían la acampada en la plaza de La Candelaria. 

Poco después de las ocho de la pasada tarde noche casi una veintena de iglús tomaron la céntrica plaza de La Candelaria, con medias de distanciamiento social de un metro entre carpa y carpa, que despertó la curiosidad de vecinos y visitantes, si bien la presidenta de la asociación de vecinos El Perenquén, Silvia Barrera, se trasladó para recibir a la plataforma.