La Junta de Gobierno extraordinaria que se celebró el pasado miércoles adjudicó la obra de ampliación de la carretera de El Suculum que dará acceso a la parte alta de este barrio que se levanta sobre el pueblo de San Andrés. Se trata de una aspiración histórica de este pueblo que se localiza en el Valle de las Huertas.

Los trabajos, que tienen un presupuesto de 691.000 euros, están previstos que comience en septiembre y tendrán una duración de seis meses. El presidente de la Asociación de Vecinos Los Pedacillos, de El Suculum, José Ángel Rojas, no ocultó ayer su alegría después de que se confirmara el anuncio que hace un mes le transmitió la concejala del distrito de Anaga, Macu Fuentes. «Estoy como unas castañuelas», dijo.

La aspiración de la ampliación a la parte alta del barrio –el único acceso rodado de El Suculum– es una aspiración vecinal que se remonta a finales del siglo XX. «Estamos hablando de una carretera de vida o muerte», precisaron algunos de los vecinos consultados. Por una parte, porque «muchos residentes en la zona han fallecido esperando que sea una realidad; es una vía de vida porque vendrá a impulsar la parte alta de El Suculum que se ha quedado despoblada ante la falta de un acceso fácil para los vecinos de avanzada edad de esa zona».

La obra se ejecutará desde la prolongación de la calle Pimentel hasta la denominada vía María Juana. Además de la anhelada conexión con la parte alta, otro hito que garantizará la calidad de vida, pues la construcción de la vía supondrá la creación de unos muros de contención y permitirá la creación de una veintena de «aparcamientos legales» en el nuevo trazado de la carretera, además de realizarse al final un viradero.

La gestación de esta ampliación de la carretera de El Suculum se remonta a 1975, cuando se expropiaron los terrenos que en el futuro se querían dedicar a la vía de acceso a la parte alta. Dado que no se ejecutó la obra, los propietarios solicitaron la restitución del suelo, lo que supuso un conflicto judicial que se prolongó en el tiempo y obligó a los técnicos de Patrimonio a realizar una investigación para retrotraer la titularidad del suelo y ver si era público o no.

La obra de ampliación de El Suculum ya comenzó en 1999, cuando incluso la entonces concesionaria, Dragados, instaló una caseta en la calle Nila, pero quienes se decían propietarios del suelo frenaron la obra. A la espera de que los tribunales dilucidaran la titularidad, cada año en la etapa de Miguel Zerolo en la Alcaldía se consignaba una partida presupuestaria para la carretera de El Suculum que finalmente no se ejecutaba y se destinaba al viario del barranco de Santos; de ahí que el presidente de la asociación de Los Pedacillos, José Ángel Rojas, diga que «la mitad de esa obra se pagó con dinero de El Suculum».

Cuando se resolvió la titularidad, se vio afectada por una Unidad de Actuación Pública y otra de ámbito general, si bien fue fundamental la participación del técnico municipal Pedro Luis Rodríguez, para costear la obra conforme al porcentaje que le correspondía al ayuntamiento para no afectar a dos propietarios en situación precaria. La ampliación de esta carretera es vital para el desarrollo de El Suculum.