La rehabilitación de la barriada García Escámez comenzó a gestarse hace seis años, cuando los residentes advirtieron del mal estado que presentaban los balcones. Esta situación se tornó en una intervención integral, gracias a las Áreas de Regeneración y Renovación Urbana (ARRU), que promociona el concejal Juan José Martínez, y que permitirá ‘rejuvenecer’ estas viviendas, entregadas en 1944.

Un total de 96 familias de la barriada García Escámez se beneficiarán de la inversión de un millón de euros que permitirá la mejora de esta construcción, que se comenzó a entregar en 1944. La obra, adjudicada a la empresa Ferrovial y que se ejecutará bajo la dirección de José de la Torres –un habitual ya en este tipo de intervenciones–, permitirá dejar en el olvido las cañerías de plomo, que serán sustituidas por PVC.

Junto a la reposición de las cañerías, también se procederá a la sustitución del saneamiento de zonas comunes, y a desmontar las cubiertas, donde se realizará una intervención de aislamiento térmico, colocación de placas de impermeabilización y teja nueva. También se realizarán reparaciones puntuales en elementos de fachada, arcos de caja de escalera, viviendas con pavimentos hundidos y molduras de ventana; reparación de balcones, para garantizar su estabilidad, y a restablecer –donde fuera oportuno– la recuperación de la fachada original, además de intervenir en portales y escaleras, crear una nueva red de electricidad e instalar una infraestructura de telecomunicación, además de sanear la fachada, que serán pintadas unificando el color de los distintos bloques.

Se pasará de una barriada en la que alguna vivienda aún usa «corriente de 110» a incorporar hasta wifi, destacó el alcalde en la visita a una obra que se adjudicó el pasado 9 de julio y que tiene un plazo de ejecución de doce meses.

«Yo todavía no me creo que vaya a empezar tan rápido», reconoció el regidor, José Manuel Bermúdez, en la reunión con un grupo de vecinos antes de hacer un recorrido para conocer el avance de los trabajos. «Han sido siete años de trámites», recordó, para precisar a Toñi, una de las vecinas más implicadas en la puesta en marcha de este ARRU, que «comenzamos por el mal estado de algunos balcones y finalmente se ha creado la comunidad de vecinos hasta sumarse al Área de Regeneración y Renovación Urbana».

Del millón de euros que supone la actuación, el Ministerio de Vivienda aportará el 35%; el Gobierno canario, el 21,82%; el ayuntamiento de Santa Cruz, el 19,5%; el Cabildo de Tenerife, el 13,6%, y el 10% restante los vecinos.

Entre los residentes de García Escámez, la hija de Ángela Toledo Casañas, la propietaria que recibió el primer piso que se entregó en la barriada, el 4 de enero de 1944, recordaba ayer. Su familia se trasladó desde El Hierro para participar en la construcción de carreteras.

Montserrat Baeza de las Casas también mostraba su alegría por la mejora de esta barriada donde ha hecho su vida. Aunque nació en la calle de La Noria, su madre, palmera, y su padre, un electricista de Puerto de la Cruz, se establecieron en García Escámez cuando ella tenía unos días de vida, hace ya 76 años. Casada con Sergio Alonso –que comenzó de mozo de carga en Iberia en Los Rodeos, en 1965– y se jubiló en 2006 como jefe de la unidad de rambla, en el Reina Sofía, tienen tres hijos y nietos, vive con entusiasmo la rehabilitación de una urbanización recoleta y singular por su arquitectura, con un ambiente familiar.