«Hoy (por ayer) todo muy bien». Así de categórico se mostró Jesús Marrero, de los restaurantes que se localizan en Benijo en el día después que puso en jaque a los empresarios de la zona, cuando la Policía y la Guardia Civil procedieron a cerrar el acceso a las playas de Anaga a la altura del cruce de Almáciga por la alta presencia de vehículos y, en particular, caravanas y furgones.

Después de que una comisión vecinal decidiera plantarse en el cruce de la vía insular TF-12 con el desvío de la TF-134 el pasado sábado, el concejal accidental de Anaga, Alfonso Cabello, gestionó con el área de Seguridad Vial del Ayuntamiento de Santa Cruz una solución: instalar señales verticales y aplicar el mismo cierre en la playa de Almáciga que se hace efectivo en los aparcamientos de Las Teresitas desde las 22:00 a las 6:00 horas, como ocurrió la noche del sábado al domingo.

Vanesa Sosa, vecina y trabajadora de los negocios de Almáciga, aseguró ayer que «los clientes han podido llegar a los restaurantes; ha ido muy bien. Se ha controlado el paso y con las playas a tope. Cuando se ponen a hacer su trabajo las cosas salen bien», reconoció.