El alcalde, José Manuel Bermúdez, y el concejal de Infraestructuras, Dámaso Arteaga, se reunieron en la tarde de ayer representantes vecinales y empresariales de Anaga en las oficinas municipales de San Andrés informar de la evolución de la del puente construido en 1935: «Tenemos resuelto ya el equipo que redactará el proyecto y también la contrata que ejecutará la obra, y además se ha aprobado la intervención por la vía de emergencia», explicó el regidor municipal para justificar que se ha actuado en tiempo récord en la resolución de la situación que desde hace diez días obligó a cerrar la plataforma que se edificó hace 90 años porque no se garantiza su seguridad. Y el concejal de Infraestructuras apostilló: «En una semana se han movilizado todos los recursos posibles, hasta a la ministra de Defensa», un argumento para contrarrestar las críticas vecinales que se usan como argumento para promover una manifestación el sábado 24 de julio en San Andrés.

«Trabajamos para recuperar la normalidad del puente en octubre»

En la tercera reunión celebrada con los vecinos –la segunda a la que asiste el alcalde–, el regidor municipal explicó cómo se han sucedido los hechos en el puente.

17 de mayo.

El mandatario visitó San Andrés junto a miembros de la asociación de vecinos El Pescador, con Gabriel Martín, su presidente, al frente para conocer las demandas de los residentes.

19 de mayo.

Se registra la caída de cascotes en el antiguo puente de San Andrés, por donde desde el año 2019 se limitó el paso en un sentido que se alternaba con semáforos provisionales.

21 de mayo.

La situación del puente se pone en conocimiento de Proyectos Urbanos del área de Infraestructura para que emita un informe del estado del puente.

31 de mayo.

La junta de gobierno decide por vía de emergencia encargar un estudio sobre el alcance del deterioro y se informa a los vecinos en la primera de las reuniones que se celebran en el centro cultural del pueblo. El objeto del encargo: determinar cuál es el estado de la problemática del puente y su estado de deterioro.

2 de julio.

Se procede a cerrar de forma inmediata el puente porque estaba peor de lo que había concluido el informe técnico, al considerar que no se garantizaba la seguridad. Anaga queda incomunicada por Santa Cruz y hay que ir en coche por la cumbre para acceder a los pueblos del interior del Macizo

4 de julio.

Personal de Servicios Públicos e Infraestructuras proceden a demoler parcialmente el muro que limita el cauce del barranco para facilitar el inicio de los trabajo del montaje militar.

5 de julio.

La Brigada de Canarias XVI del Batallón de Zapadores, bajo el mando del capitán Molero, procede a la instalación del puente Bailey, que queda en servicio la tarde del viernes 9, después de habilitar unas zonas de giro para micros o furgones. Se reabre el tráfico rodado limitado a vehículos de hasta 10 toneladas, no pudiendo permanecer más de uno sobre la plataforma, con velocidad limitada a 20 kilómetros por hora y respetando el paso que regulan dos semáforos.

6 de julio.

Indignación entre los vecinos y residentes de San Andrés, en especial la zona de las viviendas sociales, por el ruido que soportan las 24 horas del día cada vez que pasa un vehículo sobre la plataforma militar.

Este fue el repaso que realizó el alcalde de Santa Cruz sobre la celeridad, a su juicio, con la que ha intervenido el ayuntamiento, para explicar que si la pasarela militar no se instaló antes fue porque se tuvo que declarar la emergencia y el cierre de San Andrés, sin clausura de tráfico no intervenía el Ejército, aseguró Bermúdez. Arteaga reconoció que «nos hubiera gustado no haber tenido que cerrar ni un día el puente, pero fue preciso hacerlo 7 días», un esfuerzo que reconoció Bermúdez, que pasó de puntillas por la convocatoria de la manifestación, para asegurar que «se ha dado la orden de que el puente, cuando se rehabilite, tendrá capacidad para garantizar, como mínimo, el paso de los vehículos de emergencia, al margen del tráfico público y discrecional». Arteaga fue más claro: «trabajamos para que el puente recupere la normalidad en octubre con el mismo tráfico, como mínimo, que tenía en el momento que se cerró, garantizado para bomberos, ambulancias...».

La plataforma militar se cierra hoy entre las 10:00 y las 12:00 horas para intentar reducir los ruidos

También Bermúdez precisó en ese momento: «la plataforma militar tiene el paso limitado a vehículos de hasta 10 toneladas, pero si existiera una emergencia los militares nos autorizan el paso de vehículos especiales», dijo en referencia a bomberos o ambulancias. Y sobre el ruido, anunció que hoy, de 10:00 a 12:00 horas, se cerrará al tráfico para que los militares intenten ajustar las tablas que provocan tanto ruido; será una solución provisional; una prueba que si funciona, se aplicará en toda la plataforma militar.

Un golpe de realidad

Al término de la intervención política, tomó la palabra el representante de los vecinos de Almáciga, Alejandro Sosa, quien, aprovechando que estaban los vecinos y después de recordar que el alcalde no asistió a la reunión anterior, puso por testigos al resto de representantes vecinales para recordar que siempre se dijo que el viejo puente de San Andrés, una vez rehabilitado, permitiría un máximo de diez o doce toneladas.

Medió entonces Arteaga, para decirle que después de ese encuentro su departamento trabajó en resolver el conflicto planteado por vecinos de Paiba, que necesitaba pasar cubas de aguas para garantizar su abastecimiento, por lo que desde entonces se trabajó en reformar el puente más de lo que se había anunciado. De nuevo habló el alcalde, «este puente está protegido y no se puede tirar, vamos a hacer todos los esfuerzos para que puedan volver a pasar, como mínimo, los vehículos de emergencias, no se van a escatimar gastos».

La explicación no pareció convencer ni a Alejandro Sosa y a Alejandra, de Casa África, que evidenciaron su frustración por la incertidumbre de no saber cuándo se reabrirá el antiguo puente de San Andrés y si tiene plenas garantías para el paso de guaguas que lleven a los turistas hasta el Roque de las Bodegas... Bermúdez insistió en que el paso quedará garantizado para vehículos de emergencia y que se trabajará con la mayor celeridad, mientras Dámaso Arteaga insistió en que trabajarían para que en octubre esté listo.

La empresaria de Casa África intentó dar de una de cal y otra de arena; sin entrar en confrontación, dijo que para ellos, después de la pandemia y el cierre del talud, es fundamental no perder la campaña de septiembre... Pero el ritmo de la obra es otro y en esta semana se sabrá cuándo podría estar operativo. «No oculto que me voy con incertidumbre porque veo la campaña de septiembre en peligro».

El representante de la Voz de Valle fue el único que sacó la referencia de la manifestación. «Nosotros podemos entendemos estas explicaciones, pero los vecinos están muy indignados», intervino Alejandro Sosa, de Almáciga: «Se cuestiona la dejadez durante tantos años y pedimos un puente alternativo». Bermúdez insistió en que se trabajará en el viejo puente, para garantizar el tráfico que existía antes de cerrarse, pero le dijo que «ahí hay un proceso judicial abierto y la única solución es que se resuelva y luego construir el puente». Al portavoz de la Voz del Valle, de Taganana, le pareció insuficiente, y también al de Almáciga. Bermúdez dijo: «Yo estoy abierto a cualquier fórmula, a construir otro puente, pero con un requisito: que cumpla la legalidad», y el técnico de Infraestructura acreditó que se ha intervenido con rapidez inusual y que los juristas municipales no avalan el puente alternativo por la situación judicial de la zona, en el Valle de las Huertas.

Sorprendió el presidente de la asociación de vecinos El Pescador, Gabriel Martín, quien lanzó una invitación al optimismo, dijo, y recordó el trabajo del ayuntamiento en la construcción del dique de protección del pueblo. Alejandra, de Casa África, se revolvió: «¿Va a comparar Anaga incomunicada por la construcción del dique?».

La reflexión dejó entrever la división vecinal ante la manifestación, mientras los políticos reiteran que han intensificado la velocidad habitual en la administración para restituir la normalidad en el puente. En tres semanas, nueva reunión para analizar los avances.