La Fundación Santa Cruz Sostenible promovió esta semana las jornadas sobre la reserva de la biosfera de Anaga, una declaración que se hizo efectiva hace seis años. Marisa Tejedor, catedrática en Edafología y Química Agrícola y exrectora de la Universidad de la Laguna, además de patrona de la Fundación Santa Cruz Sostenible y presidenta del comité científico MAB (Hombre y Biosfera), recordó la declaración de Anaga como reserva de la biosfera, que tuvo lugar el 9 de junio de 2015.

La exrectora, que moderó la primera mesa –sobre la conservación de la reserva– explicó que estas jornadas se promovieron con el reto de reflexionar sobre la situación en la que se encuentra la reserva, así como su futuro, por lo que se convocaron tres mesas de trabajo; una sobre conservación, otra que versó sobre desarrollo sostenible, y una tercera que se centró en la participación de la población, que ahondó en la necesidad de cumplir la gobernanza junto a los atractivos que definen la biodiversidad y el ecosistema.

Marisa Tejedor recordó que la reserva de Anaga se enmarca dentro del programa Hombre y biosfera, que ahonda en la armonía que existe entre las personas y el entorno, por lo que es fundamental conocer la voz de los residentes, lo que justificó la participación de los ponentes en esta mesa.

La patrona de la Fundación Santa Cruz Sostenible, que moderó la mesa sobre la conservación, incidió en la magnífica biodiversidad de Anaga, tanto terrestre como marina, porque la reserva incluye también la orla que rodea al macizo e hizo suya las palabras del catedrático emérito de Botánica en la ULL Wolfredo Wildpret de la Torre –también patrono de la fundación Santa Cruz Sostenible–, que insistió en la importancia de la educación ambiental, mientras el profesor Alberto Brito, catedrático de Biología Marina, destacó la coexistencia de especies tropicales y otras propias de zona templadas en el litoral de Anaga, además de recordar el profesor Alberto Brito que en su día se promovió la reserva marina integral que en la actualidad está pendiente de culminar.

También salió a relucir la preocupación por las cabras asilvestradas que ponen en jaque la biodiversidad, sin que ello cuestione la conservación de la ganadería caprina como una de las señas de identidad de Anaga.

Entrar en acción

Vicente Zapata, doctor en Geografía e Historia y profesor titular de Geografía Humana y Director del Aula de Turismo Cultural de la ULL y también patrono de la Fundación Santa Cruz Sostenible, que moderó la segunda mesa que versó sobre Comunidad y Participación, puso en relieve la necesidad de ahondar en la participación de los ciudadanos de Anaga e impulsar las iniciativas, después de valorar la relevancia de estos diálogos que permitieron reunir en torno a un mismo objetivo a científicos, vecinos, empresarios y políticos.

El éxito de esta iniciativa, por la que el profesor Zapata aboga que continúe en el futuro, quedó refrendada en la alta participación a través de los canales digitales, para recordar el acuerdo de los participantes a la hora de pedir que se activen los órganos de la reserva y fortalecer los lazos entre los vecinos y agentes implicados en el entorno de la reserva.

«La cita evidenció la riqueza del diálogo desde diferentes perspectivas, sin debate, sino desde la aportación de todos, un territorio donde están involucradas tantas instituciones», añadió Zapata.

Tutelar la iniciativa empresarial

Pedro Millán, gerente de la Fundación Santa Cruz Sostenible, moderó la tercera y última de las mesas organizadas para tomar el pulso al estado de Anaga como reserva, unas jornadas que han venido para quedarse y continuar con el diálogo que reúne en torno a la misma mesa de trabajo a la población con expertos; de hecho, están grabadas y disponibles para ver.

Entre las conclusiones de la mesa de trabajo sobre conservación, dentro de las jornadas sobre Anaga, reserva de la biosfera, Pedro Millán advirtió de la necesidad de pasar de las palabras a los hechos y plantear acciones concretas para que la gente de Anaga se gane la vida donde ha nacido y vive, bajo la única premisa de la ‘línea roja’ que marca el máximo respeto a los valores del macizo. De otra forma, en este marco no tienen cabida proyectos que pongan en peligro la historia y la naturaleza, así como la idiosincracia de los pueblos de Anaga que han hecho posible esta realidad.

Millán recordó que la mesa ahondó en la necesidad de desarrollar un plan de movilidad en la reserva a la vez que se potencie el transporte público y poner freno al uso del vehículo privado. «No se trata de impedir que se visite Anaga, pero sí al abuso del transporte privado, lo que pasa por mejor servicio de transporte público», dijo. Respecto al desarrolló de iniciativas empresariales o al desembarco del mundo digital, los vecinos y residentes demandaron la tutela de la administración para dejar en el olvido la brecha digital, usando el apoyo de la administración en favor del desarrollo de la economía del sector primario y que no se les deje solo a los promotores.

Entre las nuevas iniciativas de negocios desarrolladas, Pedro Millán puso en valor la iniciativa emprendida de un promotor que gestiona seis casas vacacionales en Taganana y que contribuyen a salvar y mantener el patrimonio arquitectónico de esta zona.