El barrio de Cueva Bermeja, junto a la cementera que se localiza en la autovía de San Andrés, se prepara para vivir, a comienzos del próximo año, la construcción de un muro que reforzará al que ya existe en la calle Río Orinoco. Una actuación que vendrá acompañada por el acondicionamiento de una rampa para saldar la deuda histórica de la falta de accesibilidad desde los aparcamientos y la parte alta de la misma calle Río Orinoco. Para ello, se construirá un jardín en bancales que respetará el manguero más próximo a la zona de juegos infantiles de la asociación de vecinos y al traslado de los árboles restantes.

Los técnicos explican a los vecinos en qué consistirán las obras.

Aprovechando esta actuación, la acera de la parte de arriba, por donde pasa la calle Río Orinoco, se ampliará de los actuales sesenta centímetros de ancho a casi dos metros, lo que mejorará el tránsito de los peatones. Como si de una novedad se tratara, los técnicos que acompañaron al concejal de Infraestructuras en la presentación del proyecto precisaron que «hasta podrán pasar dos peatones a la vez por la nueva acera».

Y para aprovechar la actuación y culminar la mejora de la zona, también se procederá a la instalación de, al menos, dos luminarias con sistema led en la zona donde los vecinos recuerdan que, tradicionalmente, se celebraban los bailes en Cueva Bermeja, en el lugar conocido como la placita, donde en la actualidad se localizan dos bancos que, según el concejal, también serán repuestos, cerca del pequeño módulo de calistenia que ya existe. «Lo único que faltaría sería habilitar una zona de sombra», le comentó en complicidad Dámaso Arteaga al presidente de la asociación de vecinos, Gabriel Franquis, quien confía en que el número de luminarias nuevas se pueda duplicar y cubrir, al menos, cuatro en la nueva acera resultante de la construcción del muro en la calle Río Orinoco, para evitar sombras.

«Se creará una zona muy coqueta para los vecinos», destacó Dámaso Arteaga en presencia de una decena de vecinos que asistieron a la presentación. El responsable de Infraestructuras, a preguntas del presidente de la asociación vecinal, precisó que no se demolerá el muro actual, sino que se construirá uno en la zona donde existe el actual jardín, ganando poco más de un metro y veinte centímetros. El espacio resultante entre el muro antiguo y el de nueva construcción se rellenará de hormigón y se rematará como acera por la calle Río Orinoco, lo que facilitará el tránsito peatonal en la parte alta. Además, se suprimirá la escalera metálica que existe en la actualidad en la zona más cercana a la asociación.

La rampa, que discurrirá por una suave pendiente dentro de la normativa, tendrá forma de zeta y acabará en los aparcamientos, junto a una plaza reservada para personas con movilidad reducida. El concejal advirtió que la obra quizá podría suponer la limitación en los estacionamientos de una o dos plazas para vehículos, si bien confía en que se gane en la obra que se realiza en la parte alta de la calle Río Orinoco. A la vez, anunció a los vecinos una nueva reunión, próxima al inicio de los trabajos, para precisar si será preciso habilitar algunas plazas para el acopio del material de obra.

El proyecto del muro, la pasarela peatonal, los jardines y la acera de la calle Río Orinoco se encuentra en fase de aprobación técnica y Arteaga anunció el siguiente paso, la licitación para ejecutar esta inversión de unos 300.000 euros. Una vez que se resuelva la adjudicación de los trabajos, a finales de año, el área de Infraestructura calcula que la obra en sí se prolongará durante cuatro meses, con lo que en la primavera de 2022 Cueva Bermeja estaría disfrutando ya de la actuación presentada ayer.

«Se trata de un muro para toda la vida», insistió Arteaga, después de que el presidente de la asociación le recordara que el actual fue construido por los propios vecinos en los años cincuenta. «No eran arquitectos, ni aparejadores, pero ha aguantado hasta ahora», puso de ejemplo Franquis.