Emmasa, dentro del convenio entre Sacyr y el Ayuntamiento de Santa Cruz, ejecuta la construcción de la estación de tratamiento de aguas residuales que se habilita en Igueste, desde hace un mes. Tal y como se informó a los vecinos, los trabajos tendrán una duración de doce meses y un millón de euros de inversión, lo que permitirá «dar un paso más en la consolidación del desarrollo sostenible en Anaga, basado en la conservación y protección del entorno natural único», como explicó el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez.

El primer teniente de alcalde y responsable de Servicios Públicos, el popular Guillermo Díaz Guerra, admite que «esta es la clase de actuaciones que, tradicionalmente, se ha dicho que no aportan votos, porque no se ven. Mi opinión es que hay que hacerlas, no solo por cumplir la normativa, sino para garantizar la protección al medio ambiente y la sostenibilidad del medio».

El concejal explica que el proyecto ha sufrido importantes complicaciones administrativas: «Por un lado, conciliar con vecinos y Cabildo el recorrido de las tuberías por el barranco; por otro, la negativa de Costas a alejar la conducción en paralelo por el litoral y, finalmente, no poder penetrar más en el mar, por la presencia de praderas submarinas, a la búsqueda de mayor profundidad. Con estas limitaciones, es la mejor solución para evitar el vertido de agua residual».

La puesta en marcha, con la demolición de la escalera y la excavación para la propia estación, ha obligado a trasladar el viradero de Titsa y a la supresión de una docena de aparcamientos.