El área de Patrimonio Municipal saldó una deuda histórica con la comparsa Bahía Bahitiare, de Zara Díaz Mendoza, formación que después veinte años de participación en el Carnaval sin una sede estable –alternó entre la asociación vecinal de La Verdellada, luego en Tíncer y por último en el instituto de Las Veredillas– disfrutará de una sociedad propia. Tras el fallecimiento del histórico Esteban Reyes y al cerrar sus puertas la formación de cuerpo de baile y parranda Los Brasileiros, el colectivo que lidera Zara Díaz pasará a ocupar las instalaciones que se localizar en la parte alta del mercado de La Salud.

En la tarde de ayer recibió la cesión oficial en un acto celebrado en el salón de pleno, lo que pone fin «a las peripecias» y al «suplicio» que durante dos décadas ha pasado la comparsa Bahía Bahitiare para salir cada edición al Carnaval. La concejalía que dirige Dámaso Arteaga también viene a dar estabilidad a la agrupación musical Cantares Luz de Luna, que tendrá su cuartel general en la calle Jade, en el barrio de Santa Clara, después de haber compartido tanto instalaciones como sede en la asociación vecinal de Príncipe Ruymán.

Rogi Monzón, de Rumberos, comparsa madre de Canarias. Carsten W. Lauritsen

La murga femenina Ni Muchas-Ni Pocas, con veinte años de participación en la fiesta de la máscara, pasará a ampliar su local en Llano Alegre, al sumar la antigua sede de Atelsam, lo que le permitirá trasladar sus ensayos al salón contiguo y dedicar la actual a la elaboración de tocados y de sus fantasías. El Ayuntamiento también amplía el local de Rumberos, en La Salud, con un espacio anexo a su sede.

Asimismo, el Consistorio asigna local propio –en régimen de cesión municipal– al movimiento vecinal de Somosierra Activa, en la calle Poeta Francisco Izquierdo, así como al colectivo de El Chapatal.