La tradicional Exposición de Flores, Plantas y Artesanía, que conserva su denominación después de cuarenta y cuatro años de celebración aunque este año solo había dos puestos de flores por setenta y uno de artesanía y gastronomía, cerró ayer sus puertas nueve días después de su apertura a la nueva normalidad. Los participantes se dan por satisfecho con las ventas que han obtenido, a pesar de que nada que ver con las que obtenían cuando participan en el pulmón verde de la capital; si comparan resultados, la recaudación media ha caído a la mitad.

Pero más allá de los beneficios económicos, los artesanos están contentos por recuperar el contacto con el público, como explicó el propietario de Suculentas Tenerife, que precisó que llevaba catorce meses cuidado de sus bonsai en su finca de Tejina y sin poder trabajar. «Ojalá esto suponga el regreso a la nueva normalidad y que no se pare, sino que otros municipios continúen la experiencia», precisó el ganador del segundo premio de arte floral. Del 1 al 9 de mayo han pasado por el recinto unas 9.000 personas, lo que durante la pandemia era un imposible.

Ha sido un tiempo de reinvención y adaptación a los nuevos tiempos, como recordó Dailo Rodríguez, de Floristería Tau. Lleva seis años con su negocio y el año y medio de la pandemia lo ha aprovechado para adaptarse a las nuevas tecnologías. «Tengo la tienda en el barrio de El Toscal pero la mayoría de las ventas las realizo a través de internet y por encargo».

A las seis de la tarde de ayer, el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, y el concejal de Fiestas, Alfonso Cabello, junto a los ediles de Seguridad y Promoción Económica así como de Urbanismo y responsable del Distrito Salud-La Salle, Evelyn Alonso y Carlos Tarife, acudieron al recinto ferial a la entrega de los premios en las tres categorías. Junto a los reconocimientos a los dos puestos de flores, a los artesanos galardonados por sus obras.

El Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas (OAFAR) ha ubicado un total de 73 casetas; junto a dos expositores para la venta y exhibición de flores y plantas, se instalaron quince especializados en productos de gastronomía canaria y cincuenta y ocho de artesanía.

En la modalidad a la Mejor Obra Artesana, el primer premio recayó en Marisol Ramos, por sus trabajos con lino presentados desde su empresa Slow Loom; mientras que el segundo ha ido para Pedro Trujillo Cruz, que volvió a sorprender tanto al público como al jurado por sus tallas en madera, en especial con la obra denominada «Amazig»; quedando en tercer lugar Cande Alonso, con su apuesta «Sombrero de El Hierro de colmo».

Ejemplo de emprendedora

Durante el recorrido por el recinto ferial, el concejal de Fiestas, Alfonso Cabello, mostró su alegría en el encuentro con Marisol Ramos, artesana que hace tres años participó en una jornadas impulsadas desde la Sociedad de Desarrollo de la capital tinerfeña con el objetivo de abrir un horizonte empresarial a los creadores de arte local y posibles emprendedores.

Después de entregarle el primer premio a la mejor obra artesana, Alfonso Cabello elogió el tesón y el esfuerzo demostrado por Marisol Ramos, quien en 2019 se sumó a las jornadas de la Sociedad de Desarrollo que facilitó a los interesados en iniciar un proyecto contactar con empresarios consolidados y poder conocer en primera persona su trayectoria y hasta obtener su consejo. Fruto de aquella jornada de fomento de emprendedores, Marisol Ramos presentó su proyecto textil con lino a Amid Achi, quien ha hecho historia en la economía de Tenerife desde que se implantara en la década de los años setenta con negocios como el Número 1, entre otros. Aquella conversación animó a Marisol Ramos a desarrollar su propio negocio de lino adoptando algunos de los consejos que le dio el empresarios, que no veía su producto para vender en las grandes superficies pero la animó a crear su propia empresa con su marca. Cabello le contaba esta experiencia al alcalde, tras la entrega del premio, con la satisfacción de que la Sociedad de Desarrollo fuera motor para impulsar esta iniciativa.

También recibieron ayer los premios –un trofeo con forma de strelitzia– los ganadores de la mejor obra contemporánea, Beatriz García, de la firma Makanuda, con su colección textil «Deshielo»; en segundo lugar Manuel Maderuelo, de FIM reciclado y que sorprendió con unas lámparas elaboradas con cartón y papel reciclado y que parecen talladas en madera, y el tercer galardón, para Cristina Hernández, de Pisando Colores, en una sensacional apuesta de «Travesía», desde las argollas canarias tradicionales a las que elabora con nuevas técnicas. Lo mejor de todo, «hemos demostrado que se podía hacer la feria», sentenció el alcalde.