“La situación de la zona nueva de la avenida de Venezuela es una locura”. De esta forma concluyente advierte la portavoz del colectivo Queremos Movernos una serie de irregularidades, a su juicio, en que se incurren en el tramo de la obra que se ha abierto, mientras el concejal de distrito Salud-La Salle, el popular Carlos Tarife, asegura que se han realizado rebajes y que desde la dirección de la obra le han asegurado que se garantiza la accesibilidad. No obstante, el edil se ofrece al colectivo para realizar juntos una visita a la zona “porque todavía estamos a tiempo de resolver las carencias que se confirmen de sus advertencias”.

Ana Mengíbar enumera casi una decena de incumplimientos de la normativa de accesibilidad, para asegura que “lo lógico es que si se hace una obra nueva se acometan los remates conforme a la ley y no tengamos que esperar tres años para que se resuelvan”, y muestra un real decreto de 2007 que obliga a las administraciones a que todas las obras que se ejecuten tengan garantizada la accesibilidad de los usuarios.

Plataforma de hormigón de una antigua cabina. El Día

Entre las irregularidades, Ana Mengíbar señala una señal vertical que se ha colocado dentro de la banda de encaminamiento. “Se podría haber rodado sin ningún problema y, aprovechando la obra, colocarla fuera del itinerario peatonal accesible”. Muestra tres ejemplos de esta afirmación. También se refiere a una “torta de cemento”, un monumento a donde estuvo una cabina telefónica, pero “unos y otros se han tirado la responsabilidad sobre de quién es competencia. Lo cierto es que un ciego transita por la zona y se cae; al margen de personas mayores o con movilidad reducida”.

Báculos de luz en en centro de la acera de la avenida de Venezuela. El Día

Lamenta que no movieran los báculos de la luz y los colocaran en el borde de la acera, que no retiren una papelera que está cogida a un poste o se haya pintado un semáforo a varios metros de donde está la señalización vertical para poner a prueba el oído.