El precinto ordenado por la Gerencia de Urbanismo y ejecutado por la Policía Local de Santa Cruz por carecer de licencia para la actividad que desarrollaba hasta el jueves acaba con casi cuatro décadas de historia del restaurante de la Cofradía de Pescadores de San Andrés. Al menos de momento, porque casi en paralelo el pleno capitalino aprobaba una posible solución a un contencioso de cuatro años: la condición de refugio pesquero para todo el entorno.

Indignación, rabia y comentarios a media voz contra la Corporación y el alcalde Bermúdez. Alguno con tintes xenófobos. Forman parte del ambiente de tensión a la hora anunciada entre la decena de personas que esperaban en la puerta del recinto. La presencia de un coche patrulla de la Policía Local, algo alejado, confirma que se ejecuta la orden. Los dos agentes esperan pacientes y marcan los tiempos. El representante de la Gerencia actúa con tranquilidad y respeto. Demuestra ser un negociador experto y eso, unido a la actitud empática de los policías, son factores para evitar incidentes.

Porque enfrente Lázaro Déniz Rodríguez –”hijo de marinero”–, el propietario, explota: “Son veinte años de lucha y de vida, y ahí dentro tengo 80.000 euros en material. Con todo en regla porque he pagado agua, luz, contribución y lo que ha hecho falta. Hasta una sanción de 20.000 euros. Ahora, a hipotecar mi casa”. A sumar la pérdida de 15 puestos de trabajo directos. Benjamín, un empleado de mediana edad con cuatro años en la empresa, le pone rostro. “Al paro con la que está cayendo. Un desastre”, resume. Hay emoción en el abrazo entre varios compañeros.

Tras media hora intensa los agentes acaban de precintar. Lázaro se niega a firmar nada y los policías lo identifican. Respetan el acceso al punto de venta directa de pescado ante la oposición de los empleados. Al final, incluso advierten de que para cualquier cosa llamen a Urbanismo. Acaba bien.

El proceso.

Casi cuatro años–se cumplen este verano– ha tardado la Gerencia de Urbanismo en poner fin a un expediente abierto por actividad clandestina contra el restaurante. En 2017 arranca el contencioso al no tener el local licencia de apertura o comunicación previa para ejercerla. Entre dos procedimientos, un nuevo expediente y la resolución de los tribunales han pasado los años.

El pleno.

A la misma hora en que se precinta se desarrolla el pleno de Santa Cruz. Una moción institucional defiende por unanimidad “la declaración de refugio pesquero para San Andrés”. Además de solicitar que se incluyan “las instalaciones de la playa de Las Teresitas como puerto de interés insular, incorporando tanto la lámina de agua del fondeo de barcos pesqueros, las instalaciones portuarias y las dependencias accesorias”. Acaba la resolución con referencia a “la tradición pesquera del pueblo de San Andrés como una de sus señas de identidad”.

Partir de cero.

El Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de San Andrés, José Luis Déniz, considera que “es momento de ceder para intentar partir de cero, hacerlo todo dentro de la legalidad y tener pronto la gestión de este entorno. No sólo del restaurante sino de todo el espigón con la declaración de puerto de interés y refugio pesquero. La ley dice que carece de cédula de actividad”.

La AV El Pescador.

Desde la asociación de vecinos El Pescador muestran “sorpresa” por la “severa” medida “en tiempos de crisis”. Resumen: “Resulta muy triste ver un símbolo del pueblo precintado”. Esperan “la ejecución del proyecto de zona pesquera en el entorno de la Cofradía” Y concluyen: “Apoyamos a los pescadores para defender la identidad y el orgullo de ser un pueblo pesquero”. Lázaro Déniz sigue quejándose pueblo arriba cuando ya hace rato que se han ido los funcionarios: “Hay cinco chiringuitos ahí (en la playa) pero vienen a por mí”.

Semáforo para las playas de Anaga

Los usuarios de las playas de Anaga durante la Semana Santa deberán tener en cuenta los semáforos indicadores de la ocupación del aforo permitido en esos espacios. La idea es disponer de la información necesaria sobre la capacidad de las playas antes de desplazarse al lugar de destino y ahorrarse, tal vez, un viaje en balde. Ya se tomó esta medida en el mes de mayo del año pasado, en plena pandemia. Con la instalación de los semáforos (con señalización en verde y rojo) los conductores y viandantes podrán conocer el grado de ocupación de cada playa antes de emprender su desplazamiento. Esta medida afecta a la de Las Teresitas, la más concurrida del municipio, a la de Las Gaviotas y a las del litoral del Macizo de Anaga como son los espacios de baño de Roque de las Bodegas, Almáciga y Benijo.