La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife aprobó ayer sacar a licitación, por un presupuesto de 127.306 euros, la demolición del quiosco-bar Arcos de La Noria, situado debajo del Puente Serrador. Además del derribo del citado establecimiento, que lleva abandonado más de seis años, esta actuación incluye también la recuperación de las bóvedas de los arcos y el restablecimiento del puente a su estado original, según explica a EL DÍA el concejal responsable del área de Infraestructuras, el nacionalista Dámaso Arteaga.

El edil prevé que los trabajos se inicien este mismo verano, “con el fin de que la ciudad recupere ese espacio antes de que acabe el año”. Una vez que la demolición del local sea adjudicada, la empresa elegida tendrá un plazo de tres meses para llevarla a cabo. Esta intervendrá en una superficie total de 360 metros cuadrados. En concreto, el quiosco-bar abandonado, que en su momento fue uno de los lugares de moda de la capital chicharrera, acogiendo la actividad de restaurante y también de ocio nocturno, ocupa dos bóvedas del Puente Serrador.

El concejal de Infraestructuras celebra que por fin, “tras una larga tramitación administrativa”, se haya podido licitar el derribo de esta construcción. “Para finalizar este expediente se han tenido que sortear diferentes dificultades. Primero, hubo problemas con la entidad a la que en su momento le fue adjudicada la gestión del local y después se tuvo que esperar a que se emitieran todos los informes favorables necesarios, entre ellos el del Patrimonio Histórico del Cabildo, pues dicho espacio forma parte del Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Conjunto Histórico, del Antiguo Santa Cruz”, ha explicado Arteaga.

El Gobierno local licita por 127.000 euros el derribo de los Arcos de la Noria

2005

El quiosco-bar se construyó en el año 2005, después de que el Consistorio, con Miguel Zerolo como alcalde, otorgase la correspondiente concesión administrativa para su explotación a la entidad Arcos de la Noria. Según se explicó en su momento desde la Corporación local, esta fue resuelta por los “incumplimientos reiterados” de la sociedad adjudicataria, denunciados, la mayoría de las veces, por los vecinos de la zona. La situación de este quiosco llegó hasta el Juzgado, pero, finalmente, los encargados de la concesión renunciaron a ella. Desde el Cabildo se solicitó al Ayuntamiento que el puente recuperase su estado original, “para la recuperación arquitectónica del espacio”.

En 2019, el Consistorio encargó, por un importe de 8.000 euros, la redacción del proyecto de derribo del local y de restitución del puente a su estado anterior. Y ayer, la Junta Local aprobó licitar la obra. Ante la posibilidad de que el establecimiento esté siendo ocupado en la actualidad por personas sin hogar, Dámaso Arteaga indica que se iniciará el procedimiento correspondiente para buscar una alternativa habitacional, pero “ese quiosco será derribado”.

El local, dice el edil nacionalista, está en desuso y su estado es de “completo abandono, degradando enormemente la imagen del entorno histórico en el que se encuentra, impidiendo el tránsito peatonal, así como invadiendo un elemento arquitectónico de la ciudad con protección integral y catalogado como BIC”.

“Con esta actuación, el puente recuperará su estado original y mejorará el entorno de la calle de La Noria. Estamos hablando de la recuperación de un espacio histórico, en la zona más antigua de la ciudad”, manifiesta el concejal.