En una esquina del mercado, Isabel Gutiérrez, de 41 años, llora mientras la consuela Claudio Mansilla, de 57. Cuenta que el 27 de noviembre fue desahuciada en La Laguna y, después de dormir en un coche y de vivir de okupa, el Ayuntamiento le dio acogida en la Pensión, si bien le ofrecieron pasar al nuevo recurso en el edificio de lujo que ha transformado en un centro de acogida, el primero en la historia de La Laguna.

Isabel se rompe. “Cómo voy yo a vivir ahí”. “Tengo dos hijos de 11 y 15 años que están con su padre... Cuando venían conmigo los fines de semana en el régimen de visitas le tenía que alquilar la habitación en la pensión. Ellos no saben nada de la situación en la que me encuentro, porque encima yo trabajo. Recibo una PCI y además recibo un sueldo como trabajadora sociosanitaria, pero no me da para vivir y comer”. “Le he pedido al Ayuntamiento de La Laguna una vivienda, o que actúe de fiador, porque trabajo y cobro 900 euros y no tengo un avalista”. “Esta noche duermo en la calle si no me voy al recurso”. Llora de nuevo.

Bienestar Social de La Laguna confirmó la atención a Isabel. “Se han buscado todas las opciones y se ha puesto a su disposición una plaza y el Recurso Alojativo Municipal Clemencia Hardisson, que permite no separar a las familias y optar a proyecto de empleabilidad o acceso a vivienda,”. ”Nuestro único recurso es ese centro, porque hace diez años que no se construyen viviendas sociales”.