“Tú no me digas que ya salió lo del alquiler. Parece mentira pero todos los años paso una Navidad amarga pendiente de si renuevan o no el alquiler los del Ayuntamiento”. Eva Castellano Felipe se muestra más aliviada que agradecida después de saber que la Junta de Gobierno de la capital tinerfeña acordó ayer encomendar a Viviendas Municipales el mantenimiento de los pagos contraídos con tres de las cinco familias que hace doce años –el 30 de diciembre de 2008– se vieron obligadas a abandonar sus viviendas, en la entrada del barrio de María Jiménez, después de que la riada de aquel día arrastrara desde la parte alta de la montaña hasta el techo del cuarto de baño de su casa una piedra de grandes dimensiones.

Desde aquel diciembre de 2008, las cinco familias de los Castellano Felipe han vivido de alquiler, realojados por el Ayuntamiento de la capital tinerfeña. De los cinco beneficiarios de aquel realojamiento, uno falleció y otra beneficiaria se aburrió de estar dependiendo de que cada año el ayuntamiento tuviera que realizar el trámite de renovación de su alquiler. Más constante ha sido Eva Castellano Felipe, que el pasado 6 de noviembre se alongaba a las páginas de EL DÍA pidiendo ayuda porque su casero se había aburrido de los pagos atrasados del ayuntamiento y le requirió su piso. Temerosa de quedarse en la calle y sin llavín, Eva Felipe pidió ayuda para lograr que el Ayuntamiento mantuviera el compromiso de pagar su alquiler.

Ayer, la Junta de Gobierno desatascó un engorroso procedimiento que afecta directamente al Distrito de Anaga, porque es el lugar donde ocurrió la caída de la piedra; el área de Presidencia y Organización que dirige Alfonso Cabello, que es la que desarrolla los trámites administrativos y judiciales, y el departamento de Viviendas Municipales, de Juan José Martínez, que, de facto, es la que interviene y desde donde se canalizará la solución para resolver el problema a las tres familias.