Santa Cruz de Tenerife ha logrado este año reducir, por primera vez, el volumen de residuos y materiales que no son susceptibles de ser reciclados, los denominados de fracción resto (los del contenedor gris), en un 5,2%, según los registros de la empresa de recogida de residuos Valoriza Medioambiente en la capital. En este caso, la adjudicataria del servicio señala que el volumen de recogida de residuos reciclables, como los envases que se destinan al contenedor amarillo, ha registrado un aumento progresivo.

Los denominados fracción resto son los materiales derivados de pañuelos usados, juguetes, biberones y chupetes, pañales, compresas y tampones, objetos cerámicos, polvo de aspiradoras, resto de polvo y pelos recogidos al limpiar o al barrer el suelo, desechos de animales domésticos y mascotas, algodón usado, colillas, utensilios de cocina, tiritas y vendas, bolígrafos, rotuladores, etc, cápsulas de café, chicles, pañuelos usados, bastoncillos, restos de poda y jardinería de gran tamaño, entre otras más.

Los datos de la recogida de residuos no reciclables de los contenedores grises y los reciclables, los amarillos, son el resultado de “una mayor implicación de la ciudadanía en la recogida selectiva de desperdicios, de manera que cada vez son más los vecinos del municipio que separan en origen los residuos de plástico, papel y cartón y vidrio, para su depósito en el contenedor correspondiente”, según apunta Valoriza. Asimismo coincide con la nueva planificación sobre la ubicación de contenedores de residuos que se ha aplicado este mismo año en el municipio para generar islas ecológicas e incrementar la capacidad de recogida selectiva de residuos a los que se puede dar una segunda vida.

Dentro de este tipo de residuos destaca el aumento del 23,3% registrado en la recogida de briks, latas o envases, con 2.207 toneladas recuperadas entre enero y octubre frente a las 1.790 toneladas del mismo periodo de 2019. Estas 417 toneladas más de envases equivalen a una media de tres kilos más por residente. En cuanto al papel y cartón, depositado en el contenedor azul, el volumen de residuos se mantuvo más o menos estable, debido, principalmente, al descenso de la actividad comercial registrada durante la pandemia, lo que provocó un descenso en la generación de los deshechos procedentes de embalajes.

Contenedor marrón

Otro de los factores que ha incidido, aunque en menor medida, en la reducción de los residuos de fracción, ha sido la puesta en marcha del servicio de recogida selectiva de materia orgánica –contenedor marrón– entre los grandes productores, tales como restaurantes, colegios, hospitales o centros comerciales. El edil de Servicios Públicos, Guillermo Díaz Guerra, destaca la mayor implicación que existe entre los vecinos en materia de selección de residuos, aunque reconoce que aún queda mucho camino por hacer. “Estamos en una situación de consumo insostenible de recursos naturales y todos debemos colaborar para mejorar la gestión de los residuos y consolidar un modelo de desarrollo más sostenible, basado en la economía circular”, detalló.

En línea con este objetivo y con la normativa europea sobre la gestión de residuos, la empresa responsable del servicio municipal de recogida de residuos, Valoriza Medioambiente, ha ubicado este año 1.566 islas de contenerización, que facilitan que el vecino no tenga que desplazarse a distintos lugares en función de la fracción que quiere depositar, y a reforzar el servicio de recogida de algunos residuos valorizables.

Al mismo tiempo ha ampliado en casi un 20% el número de contenedores amarillos y azules distribuidos en los barrios, hasta sumar un total de 2.185 unidades, y se renovaron otros tantos, ampliando con ello la capacidad que tenía el municipio para recuperar residuos reutilizables. Igualmente, se ha ampliado la frecuencia de recogida para dar respuesta al incremento de envases y cartones destinados al reciclaje, pasando de 3 a 5 el número de rutas.