El colectivo Somosierra Activa presume de parque, el Leoncio Oramas, y solicita mejoras –como incluir dos marquesinas y mesas de dómino–. Entre sus preocupaciones, la reubicación de contenedores: antes tenían cinco puntos y ahora dos, lo que ha provocado que algunos tiren la basura como hacían antes.

De la mano de Arturo Plasencia, Isabel Mora e Isabel Santos, de la asociación vecinal Somosierra Activa, recorremos este barrio, “el más grande de Santa Cruz junto con El Toscal”, advierte el presidente del colectivo, para precisar que está acotado por el parque de Leoncio Oramas, Los Gladiolos y el barrio Azorín y se extiende hasta el entorno del Pancho Camurria, por la parte baja, para llegar por arriba al bar Estrella, en la carretera general de El Rosario. En su mayoría está configurado por quince bloques de viviendas unifamiliares y a los que se suman dieciséis construidos en altura. El origen de este núcleo se remonta a mitad del siglo pasado, en la época de García Escámez al frente del mando económico.

Arturo nos cita en la parada de guaguas de Hiperdino, en el límite con otro barrio, Tío Pino. Desde ahí, nos adentramos al parque Leoncio Oramas que se creó hace unas tres décadas. “Ya es un parque emblemático de Santa Cruz”.

Somosierra Activa

Arturo Plasencia presidente este colectivo que el lunes pasado recibió de declaración de interés público, lo que la faculta para aspirar a una sede vecinal. De hecho, es unas de sus demandas, en especial para poder desarrollar programas de dinamización a través de talleres de acción cultural e integración de los residentes.

Demandas generales

A modo de presentación, ha preparado en una cuartilla una presentación de las necesidades generales de la zona. Hace un repaso por las carencias que padecen en materia de accesibilidad, a consecuencia de que los residentes se estableciendo en esta zona siendo jóvenes y el paso del tiempo no ha pasado en balde. Ha llegado el momento de adaptar el barrio a la circunstancia de sus moradores. También en el apartado de debe sitúan la situación de la limpieza tanto del parque como de las calles, donde el necesita mejorar no sólo recae en adaptar la ruta de la recogida de Valoriza a las necesidades de los vecinos sino también en que los residentes cuiden en barrio y no dejen abandonada la basura donde antes estaban los contenedores en una particular muestra de protesta.

Los coches abandonados –cada año aparecen dos o tres en las calles de Somosierra–, la necesidad de impulsar la recién inaugurada pista de patinaje –y hasta la fecha no utilizada–, la necesidad de revisar las acometidas y las pilonas para garantizar el tránsito de vehículos en la zona del bloque 1 y la necesidad de poner un punto de recogida en el bloque 26, cerca del Pancho Camurria, son algunas de las necesidades que plantean a priori. En Somosierra, el vecino se mueve por bloques o sendas más que por el nombre de calles.

Parque Leoncio Oramas

Según comenzamos a bajar por la parte alta del parque Leoncio Oramas, Arturo Plasencia comienza la presentación del barrio con agradecimiento al ayuntamiento por las mejoras que ha atendido a solicitud de su colectivo, Somosierra Activa, como un jardín que se rebosaba cada vez que se regaba, a la altura del bloque 19, y que el distrito acabó construyendo un pequeño muro de contención que evita que se regara más por fuera en el propio jardín. Bajando por la calle Elisa González de Chaves también el distrito de Ofra, que dirige Gladis de León –y antes, Dámaso Arteaga– ha reubicado unas farolas que hacían imposible el tránsito de los viandantes, pues era imposible para un peatón, cuanto más para una silla de ruedas o el paso de una sillita de bebé.

Puntos de recogida de basura

La entrada al frente del servicio de basura de la compañía Valoriza, desde hace un año, y la reubicación de contenedores también se ha dejado sentir en Somosierra, en especial en el entorno del parque Leoncio Oramas. La empresa quitó la mitad de los puntos donde se retiraba la basura y creó dos islas ecológicas en la zona; los vecinos de Somosierra Activa solicitan un tercer punto en la calle Elisa González de Chaves y redistribuir las distancias para facilitar a los residentes de edad avanzada que depositen su basura. Mientras llega la solución, las bolsas con los restos florecen en la acera, donde antes había un contenedor, en una protesta callada de quien se niega a caminar hasta la otra punta de la calle a depositar su basura. Ahí juegan un papel fundamental los dirigentes vecinales, que intentan que Valoriza redistribuya los contenedores a la vez que insisten a los residentes que no abandonen su basura en plena calle, no solo por la mala imagen, sino porque atrae gatos y ratas.

Según avanzamos hacia la zona del Pancho Camurria, Arturo Plasencia agradece el rebaje de aceras que realizó en el mandato anterior el concejal de Ofra, Dámaso Arteaga, y que facilitó el tránsito para una madre y su hijo con movilidad reducida. Junto a la acera, también señalan dos vehículos abandonados, que están dado de baja, sin rodaje ni seguro, y que esperan que lo retiren de la vía pública, confía el presidente del colectivo Somosierra Activa.

Aprovechando el paso por el parque Leoncio Oramas, Arturo Plasencia reclama la mejora de las losetas –albardillas y escalones– del anfiteatro; esa zona era antes un punto negro en el barrio para la inseguridad, porque aparecieron hasta colchones. También ahí actuó el distrito con la colocación de unas luces potentes que garantizar la seguridad por la noche; “por lo menos que más de uno no se lleve un susto cuando pasa por ahí”, apunta Arturo.

Cerca del anfiteatro, solicitan aparatos biosaludables para que los residentes puedan realizar ejercicio, “y también una marquesina y unas mesas de domino”, apunta Isabel Mora. “Y aparatos de calistenia”, para los más jóvenes.

Una sede social

Durante el paseo, los miembros de la asociación insisten en reclamar una sede social, que dependencia de la declaración de interés público que ya han obtenido. En el paseo por Somosierra, más basura abandonada y enseres. Isabel Santos intenta disculpar a sus vecinos: “Antes había cinco puntos de recogida en toda esta zona y nos dejaron dos”, a lo que le replica Isabel Mora: “Pero la gente tampoco puede ser así”, mientras agita la cabeza contrariada. A la altura de la cúpula del parque Leoncio Oramas, los vecinos han reclamado un punto intermedio de recogida a Valoriza, confiados de que eso resuelva el malestar de los residentes.

Marquesinas y mesas

También en la parte baja del parque Leoncio Oramas los vecinos reclaman una marquesina y unas mesitas de domino, como las que plantean en el entorno del anfiteatro. “Sabemos que esta zona no se le puede poner peso, porque está hecho con bóvedas sobre el barrando del Hierro que se canalizó, pero estas propuestas que planteamos sí son viables”, añaden.

Senda Buen Paso

Antes de llegar a la senda Buen Paso, advierten de la plazoleta que ha hecho suya un indigente desde hace ya casi dos años. Él duerme en el sillón de madera, que parece un mueble más de su campamento.

En la senda Buen Paso, Arturo recuerda que se mejoraron las acometidas, pero falta una aún.

Ya en la calle Caracas, lamenta cómo han ido desapareciendo algunas de las pilonas que delimitaban la acera: “unas se han caído por golpe y otras, porque están podridas en la base y se parten”. Lo cierto es que su ausencia provoca que algunos coloquen los coches sobre la acera, “hasta que las repongan”, confía el presidente.

Limpieza del Pancho Camurria

A su paso por la trasera del pabellón deportivo, Arturo Plasencia adelanta: “Ves esos colchones ahí abandonados, la concejala de Asuntos Sociales me llamó para advertirme de que los iban a retirar”. Dicho y hecho, días después de la visita, ya no estaban coincidiendo con la entrada en servicio de la ampliación del centro de acogida municipal, con 35 nuevas plazas, mientras los vecinos lamentan que aún haya algunos vehículos donde se pernocta.

Calle Poeta Hernández Machado

Los vecinos recuerda en 2014 Santa Cruz vivió una riada que provocó que la charca de Somosierra arrasara una rampa provisional que da acceso a la calle Poeta Hernández Machado que fue habilitada de nuevo, de forma provisional. Abajo, a la izquierda, se localiza un terraplén de tierra ideal para su mejora para estacionamiento. Arturo desvela: “En la época de José Ángel Martín, del PSOE, quisieron poner ahí unas vallas publicitarias, que los vecinos se negaron porque le iban a quitar las vistas de Santa Cruz”. Hoy están las bases de hierro aún.

Antes los niños de la zona cruzaban por la corona de la charca, hasta que el ayuntamiento intervino, ante las denuncias vecinales y colocó un cierre perimetral que cierra el paso y evita el riesgo.

Junto a la sede vecinal, también piden un centro para los mayores del barrio, donde estuvo Mayores de San Ferrey, a la vez que están inmersos en un plan director deportivo que incluye a más barrios.

De la calle Sansón y Barrios a la pista de patinaje

En el paseo por Somosierra, María Rodríguez, vecina de la calle Sansón y Barios pide la reubicación de contenedores. “Me van a llenar la casa de ratas”, y alerta de la escasa visibilidad, mientras Arturo Plasencia muestra la joya del barrio: la flamante pista de patinaje, inaugurada durante el mandato socialista –el pasado mes de junio– y a la que solo hay que quitarle el polvo porque todavía hoy nadie la ha utilizado (y eso que allí entrenó el Patín La Salle en el pasado), no así la parte infantil que completa la instalación y que está a la espera de más módulos para niños y de marquesinas o artilugios que generen sobra. “Y en la parte alta, en la zona del bar Estrella no te olvides de decir que hacen falta dos limitadores de velocidad”, comenta Arturo confiado de que en la próxima visita tenga una sede y un club de mayores para sus vecinos.