“La capital tinerfeña está inmersa en un proceso de transformación de sus servicios cumpliendo con los objetivos de sostenibilidad. Le estamos pidiendo a la ciudadanía que haga un esfuerzo para contribuir a alcanzar esos objetivos, aumentando los índices de reciclaje y reduciendo las emisiones de sus hogares y vehículos, y desde el Ayuntamiento tenemos que acompañar ese proceso dando ejemplo y priorizando los vehículos de menos o cero emisiones en nuestras flotas”, reconoce el concejal de Servicios Públicos y también primer teniente de alcalde de la capital tinerfeña, el popular Guillermo Díaz Guerra.

En aras de garantizar la mejora en la prestación del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos, la empresa Valoriza –concesionaria del servicio desde hace ya un año– avanza en la incorporación de casi un centenar de vehículos eléctricos y de gas que permitirán “una reducción muy alta del nivel de emisiones ambientales y también una disminución importante en la contaminación acústica”, según el responsable de Maquinaria de la zona.

El concejal de Servicios Públicos reconoce la decidida apuesta de su departamento para cumplir los objetivos de sostenibilidad a través de “incorporar vehículos eléctricos y de gas, que no sólo emiten menos contaminación a la atmósfera, sino que minimizan la huella sonora que producen”. Así lo demuestran los estudios encargados para comprobar dichos parámetros respecto a ruido generado en los diferentes procesos, como queda constancia en el “Informe para análisis de ruidos en la recogida de carga lateral” del servicio de basuras.

Díaz Guerra asegura que “en breve habrá ya casi un centenar de este tipo de vehículos prestando los diferentes servicios de recogida y limpieza” en las calles de la capital tinerfeño, lo que permitirá “tener una ciudad más amable, más respetuosa con el medio ambiente, en todos los ámbitos”.

El caso de Santiago Beyro

La conclusión sobre la huella cero en la prestación del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos queda de manifiesto en estudio realizado a raíz de que se habilitara una isla ecológica en la calle Santiago Beyro, en el entorno de la Cruz del Señor. A la altura del número 14 se habilitaron tres contenedores de fracción recto de 2.000 litros, otro de envases, de 3.000 litros más un quinto de papel y cartón, de igual capacidad. En el mes de julio pasado, un vecino formalizó una reclamación para expresar su disconformidad con el emplazamiento –dados los ruidos, entre otras incomodidades, que provocaba la recogida–, lo que provocó que la empresa procediera a desplazarlo unos metros debido a que el lugar óptimo de su emplazamiento se encontraba ocupado por una señalización de obras, vigente en el momento de la reclamación vecinal.

La concesionaria del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos, después de estudiar las sugerencias del reclamante, desestima su propuesta de nuevo emplazamiento justificando que “los nuevos contenedores son de carga lateral, condición que requiere que los referidos contenedores deben estar a la derecha de la calzada en el sentido de la circulación para poder proceder a su óptima recogida”.

También se desestima situar la nueva isla ecológica en la calle Juan Álvarez Delgado, otra de las propuestas del vecino, por un problema de espacio, según consta en el informe de la empresa Valoriza.

Conciliar vecinos y recursos

El desplazamiento de los contenedores no fue del agrado del vecino, que en noviembre pasado volvió a trasladar su disconformidad con la nueva ubicación del punto de recogida y planteó emplazarlo en la calle Tinguaro. Tanto el responsable del Servicio de Servicio de Valoriza Servicios Medioambientales y un técnico del ayuntamiento realizaron una visita a la zona propuesta para analizar la vialidad de la propuesta, en compañía incluso del reclamante.

Con un principio de acuerdo entre las tres partes –empresa, ayuntamiento y vecino– se remitió la pertinente consulta al área de Seguridad Ciudadana, Vial y Movilidad para que determinara si colocar los contenedores en la calle Tinguaro afectaría de manera negativa a la seguridad vial, departamento que rechazó el nuevo emplazamiento por dicha razón.

El pasado 16 de diciembre, el jefe de Servicio de Seguridad Ciudadana, Vial y Movilidad dirige un informe al área de Gestión y Control de Servicios Públicos sobre la solicitud del traslado de contenedores de la calle Santiago Beyro a Tinguaro en la que hace constar que “la zona que se propone para el cambio –teniendo en cuenta que la carga es por la derecha– es un espacio para dos estacionamientos antes de un paso de peatón”. Esta alternativa “no permite alejarse suficiente del mismo y, por lo tanto, el transeúnte queda oculto en el paso de peatón por la volumetría de los contenedores, por lo que se considera que se debe denegar lo solicitado al presentar un posible peligro para los viandantes”, concluye.

Estudio del ruido

La Concejalía de Servicios Públicos encargó un estudio sobre la incidencia del ruido del que alerta el vecino y que justifica la solicitud –que deniega Seguridad Vial– del cambio de emplazamiento de contenedores. Por su ubicación, “se trata de una isla ecológica de alta frecuencia”, dado que es de recogida diaria –de lunes a domingo– en horario nocturno, a excepción de los sábado, que el camión pasa en horario de tarde. Los envases se retirar los martes y jueves por la noche, y el papel-cartón, los martes, jueves, viernes y domingos, por la tarde y la mañana.

El informe Beyro precisa que realizar la recogida de residuos tarda 45 segundos por contenedor; “se invierten entre dos y cuatro minutos a diario para la retirada de todos los contenedores, unos veinte minutos a la semana”.

Al estudio de Valoriza, empresa encargada del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos, se incorpora un informe encomendado a una consultora externa, Quirónprevención, sobre la valoración de la emisión de ruido medioambiental que generan los dos tipos de vehículos que cubren la ruta que pasa por Santiago Beyro.

La empresa externa explica en el estudio sobre el ruido que “las pruebas que se han realizado tomando datos mediante un sonómetro, a una distancia de cinco metros desde su punto más desfavorable –con el vehículo en ralentí y durante la operación de descarga de un contenedor de residuos– cumplen con la normativa vigente” para recogida de carga lateral. Precisa, incluso, que “presenta valores inferiores a los límites superiores admisibles para los ruidos de vehículos a motor de cuatro o más ruedas”, constatando una diferencia, a favor del nuevo modelo de vehículo de Valoriza –del que espera incorporar casi un centenar de camiones– para reducir el nivel de emisiones ambientales y la contaminación acústica.